SOBREPESO | 28 JUL 07

Tus amigos obesos te pueden hacer engordar

La obesidad se propaga como si fuera un virus. Su incidencia crece a un ritmo tres veces superior a lo previsto en los últimos años. La genética no basta para explicar el fenómeno. Un sorprendente estudio revela que sigue el patrón de una enfermedad contagiosa.

 ALEJANDRA RODRÍGUEZ 
  
ULISES

Decir que la obesidad es contagiosa puede parecer exagerado y, además, contribuye a estigmatizar a los ya de por sí relegados 'gorditos'. Pero un estudio publicado esta semana en 'The New England Journal of Medicine' ha sacudido a la comunidad científica al mostrar que la tendencia a añadir kilos a la báscula se extiende entre el entorno social del obeso siguiendo un patrón similar al de las enfermedades infecciosas. La investigación demuestra que los genes, aunque juegan su papel, son menos culpables de la escalada de la obesidad de lo que se creía. Por contra, los expertos se muestran esperanzados porque quizá las estrategias preventivas, educativas y terapéuticas para paliar este problema de salud pública puedan diseminarse a través de los lazos sociales y tener un efecto positivo multiplicador

Cuando una persona aumenta de peso, las de su entorno corren un riesgo mucho mayor de comenzar a engordar también. De esta manera, el exceso de kilos y la obesidad se extienden implacablemente, apoyándose en el entramado de los lazos familiares y sociales; igual que lo haría un virus.

Esta conclusión quizá levante ampollas entre el cada vez mayor colectivo de personas que padecen sobrepeso u obesidad, pero lo cierto es que un seguimiento, recogido en el último número de la revista 'The New England Journal of Medicine', ha demostrado que la genética no basta para justificar las cifras que se manejan en la actualidad.

Actualmente en EEUU, el 66% de los adultos tiene sobrepeso. Se calcula que en 2015, es decir, en menos de una década, el porcentaje ascenderá al 75%. En España la situación no es demasiado halagüeña ya que ahora mismo uno de cada tres ciudadanos pesa más de lo que debería. La alarma entre los especialistas crece cuando se observan las poblaciones infantil y adolescente, en las que el trastorno se ha triplicado en sólo unos pocos años.


AUMENTO DEL RIESGO

Los autores de la sorprendente investigación escogieron un segmento de la muestra que participa en el estudio Framingham; un gran seguimiento epidemiológico del que forman parte, desde 1948, todos los habitantes del pueblo estadounidense que da nombre al trabajo.

En total, se analizó una muestra de más de 12.000 personas, con especial atención a la progresión de sus conexiones familiares, sociales y laborales. Así fue como comprobaron, a grandes rasgos, que tener un amigo 'gordito' aumenta las probabilidades de subir de peso en un 57%; un 40% si el que engorda es un hermano y un 37% si es el cónyuge. Es más, si la relación de amistad es muy estrecha y bilateral (esdecir, ambas partes se consideran amigos íntimos), la cifra se dispara hasta el 171%. Entre los hermanos, el fenómeno es más acusado cuando se trata de personas del mismo sexo, especialmente si son chicas. Finalmente, la propensión a la obesidad no se manifiesta entre vecinos, ni siquiera aunque vivan muy próximos.

«Nuestro trabajo sugiere que la obesidad se puede diseminar a través de las redes sociales de manera cuantificable y con un patrón predecible que depende de la naturaleza de este tipo de lazos. Es más, la distancia social parece ser más importante que la estrictamente geográfica en este sentido», concluyen los autores del curioso seguimiento.

En realidad, la idea de que las personas que se desenvuelven en un entorno similar pueden acabar desarrollando las mismas patologías no es nueva, pero el reciente trabajo va más allá.

«Aunque es cierto que los sujetos relacionadas entre sí pueden compartir unos factores medioambientales, experiencias similares o asuntos simultáneos que pueden favorecer su aumento de peso, nuestras observaciones indican que también se da un componente de inducción que explica la propagación de la obesidad de persona a persona», apostillan los investigadores para explicar el fenómeno del 'contagio'.


SORPRESA RELATIVA

Los especialistas en obesidad y nutrición no se han mostrado demasiado sorprendidos por estos hallazgos, aunque sí encuentran curioso que se haya establecido un esquema similar al de una enfermedad infecciosa. «No se había publicado con anterioridad nada parecido, pero lo cierto es que los especialistas lo vemos habitualmente», resume Consuelo López Nomdedeu, especialista en nutrición y profesora de la Escuela Nacional de Salud Pública.

«Ojalá la cuestión fuera puramente genética. En ese caso sabríamos que con años de investigación acabaríamos dando con soluciones; sin embargo, este trabajo prueba que el ambiente y la manera que tenemos de interactuar con él juega un papel parejo al de nuestro código genético», afirma la experta.

La doctora López Nomdedeu, que participa estos días en el curso 'Perspectivas actuales en nutrición, salud y enfermedad', que celebra la escuela Francisco Grande Covián, con el patrocinio del Instituto Danone, en Santander, insiste en que «todos tendemos a reproducir los esquemas propios en nuestro entorno más próximo; una conducta que es especialmente notable a la hora de alimentarnos».

Y es que en cada unidad familiar tenemos una noción del tamaño de las raciones, de la cantidad y frecuencia con la que comemos, así como de los alimentos que más se deben consumir y los que menos se ingieren. «Todo ello lo estereotipamos y lo acabamos haciendo extensivo, de manera más o menos consciente, a todo el que nos rodea», dice la especialista en nutrición.

Y si no, pensemos en que cuando tenemos invitados en casa, en lo único en lo que no se escatima es en comida, de manera que un simple aperitivo se convierte en un ágape pantagruélico y una cena ligera en un constante ir y venir de platos de la cocina a la mesa.

Asimismo, tal y como señala la investigación, tener contactos sociales con sobrepeso repercute en que los miembros de esa red desarrollen una mayor tolerancia antes las cuestiones relacionadas con el sobrepeso, ya sean de tipo estético o, incluso, de salud. Esta pauta también se ha observado en otras áreas como el tabaquismo, el deporte, las actividades de ocio....

La especialista coincide en esta afirmación y recalca que esta tendencia es un camino que va en dos direcciones. «Cuando, por ejemplo, una mujer comienza a coger peso, su marido tiende a engordar porque lue

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024