Dr. JosepCornellá | 16 JUN 07

''Queda algún médico que da fármacos para la homosexualidad''

Este pediatra y psiquiatra asesora a otros especialistas sobre cómo ayudar a los adolescentes que viven su orientación sexual como un problema.


LUIS PARDO 

Es un pionero: de su mano los problemas de identidad sexual del adolescente han empezado a tener un espacio en los congresos médicos. Josep Cornellà i Canals (Gerona, 1950) ha conseguido que cada vez más galenos tomen conciencia de que la esfera sexual del menor no se limita a prevenir un embarazo no deseado o una enfermedad infecciosa. «Hay chicos que se sienten chicas y viceversa, padres que se agobian porque su hijo varón juega con muñecas, menores que se angustian ante una polución nocturna o adolescentes que se deprimen porque su orientación sexual no coincide con la de la mayoría», señala este experto, responsable en la provincia de Gerona del Programa Salud y Escuela de la Generalitat de Cataluña y que en su doble condición de pediatra y psiquiatra impartió la semana pasada un taller sobre orientación sexual en el congreso de la Asociación Española de Pediatría celebrado en Barcelona.

Pregunta.- Al adolescente pueden asaltarle dudas sobre su orientación sexual. ¿Cuándo consultarlo?

Respuesta.- Aquí vale esa frase que dice que un problema es un problema cuando causa problemas. La sociedad no admite como normales cosas que lo son. Cualquier adolescente debe seguir un proceso para adquirir su identidad sexual, en el que aprenderá a superar sentimientos de culpa y vergüenza, a cortar gradualmente lazos con los padres o a reconocer aquello que le es eróticamente placentero o desagradable. En éstas y otras etapas pueden vivirse situaciones de conflicto. Cuando esto sucede el médico no debe intervenir, porque no sería ético, pero sí puede acompañar, ayudar, escuchar, etcétera.

P.- Antes de que la orientación sexual se defina en el menor, ¿hay muchos padres que se adelantan a los acontecimientos temerosos de que se cumpla una sospecha de homosexualidad en sus hijos?

R.- A la consulta acuden padres porque comprueban con desagrado que al hijo varón no le gusta el deporte y en cambio se entretiene con las muñecas de su hermana. Se les aclara que es pronto, que hay que observar y dejarlo estar, pero es indudable el temor que experimentan ante una posible homosexualidad. En cualquier caso, el profesional debe adelantarse y explicarles que, si así fuera, estaríamos ante una situación normal, no patológica. Suele darles igual porque en estos casos cobra todo su sentido eso de 'yo no soy racista pero que mi hija no se case con un negro'. Cuando el problema toca de cerca preocupa.

 

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