Desde la escuela | 04 JUN 07

Cómo enseñar a los chicos a comer sano

Prevenir el sobrepeso: expertos en nutrición aconsejan cómo transmitir buenos hábitos alimentarios.

Comer variado, no desistir ante la negativa a aceptar un nuevo alimento y respetar los signos de saciedad son elementos clave

Hoy, en la Argentina, no es la falta de comida la principal amenaza para el desarrollo de los chicos. Muy por el contrario, el gran peligro es la sobreoferta de alimentos baratos pero de mala calidad, que se publicitan en todos lados, las 24 horas. Así es como las estadísticas oficiales muestran que por cada argentino menor de 6 años con desnutrición aguda hay otros nueve con obesidad.

"En la edad escolar, el porcentaje de niños con exceso de peso supera el 20% y casi tres de cada diez niños ingieren muchas más calorías de las que requieren diariamente", dijo a LA NACION el doctor Sergio Britos, director asociado del Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (Cesni).

En ese contexto, enseñar a nuestros hijos a comer sanamente es la mejor forma de dotarlos de herramientas que les permitan realizar elecciones adecuadas sobre su alimentación. Pero ¿por dónde empezar?

"La panza de la mujer embarazada es la primera escuela que tiene el chico", respondió Britos, que comentó que dentro del útero el bebe percibe los sabores de lo que come su madre. De lo que se trata no es sólo de llevar una alimentación saludable y variada durante el embarazo, sino de ir tomando conciencia de que los chicos forman sus hábitos alimentarios durante los primeros tres años de vida.

Así, luego de transcurridos los primeros 6 meses de lactancia materna exclusiva, comienza el desafío de comenzar el camino que llevará a la introducción de los pequeños a la mesa familiar. "Es importante incluir en su dieta diaria alimentos de todos los tipos, colores, sabores y preparaciones culinarias", dijo Britos.

"La introducción de los alimentos nuevos debe de hacerse de a uno, y no mezclándolos con otros ya conocidos, para que el chico pueda distinguirlos -aconsejó la licenciada Cristina Banzas, nutricionista del Grupo Educador en Salud y Alimentación (GESA)-. Y no hay que pasar todo por la licuadora, para que el chico vaya conociendo nuevas texturas y diferentes consistencias."

¿Y si rechaza el nuevo alimento?

"Si lo rechaza, se vuelve a probar al día siguiente, y si al tercer o cuarto día lo sigue rechazando, se suspende y al tiempo se vuelve a intentar -respondió Banzas-. Es importante insistir, no a la fuerza ni tampoco tratando de distraerlo para que abra la boca..."

"Hay que tener siempre presente que el rechazo a los alimentos nuevos es una conducta innata de los bebes -agregó Britos-. Por eso, su introducción debe ser objeto de repetidos intentos, lo que implica mucha paciencia por parte de los adultos, para evitar enojarse y dejar de insistir."

Responsabilidad compartida

En cuanto a la alimentación de los chicos, la doctora Mónica Katz, directora del posgrado en nutrición de la Universidad Favaloro, opinó: "Es importante introducir el concepto de responsabilidad compartida: los adultos deciden cuándo y qué se come, y los chicos, cuánto".

"Cuándo comer es parte de la socialización del chico -dijo Katz, refiriéndose a la estructuración de los hábitos alimentarios en desayuno, almuerzo, merienda y cena-, qué comer también debe ser responsabi

 

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