Complejas relaciones familiares | 21 MAR 07

Abuelas esclavas

Abuelas que no pueden decir "No".
Autor/a: A. Guijarro Mor 

 
El maltrato familiar a la mujer adulta no siempre procede de su pareja. A veces los miembros más queridos, hijas e hijos, paticipan, generalmente sin darse cuenta, en generar una ABUELA ESCLAVA. Una abuela esclava, eso sí, voluntaria, por amor familiar. Una abuela esclava que no sabe decir "no" a nada, que no quiere dejar de ayudar a sus hijos aunque en ello le vaya la vida, que no denuncia su situación sino que la niega, y que, además, se autoinculpa de todo.

La mejor forma de acabar con este síndrome es concienciando a la Sociedad, y sobretodo a unos hijos ciegos que creen que la fortaleza y aguante de sus voluntariosas madres son eternos. Por eso me atrevo a pedirle a USTED que participe activamente en este foro, aportando casos y datos que conozca al respecto. De esa manera contribuirá sin duda a solucionarlo.

Si usted no sabe aún lo que es una "abuela esclava" lea la siguiente descripción.

"El Síndrome de la Abuela Esclava" es una verdadera Pandemia del Siglo XXI (Dr. Antonio Guijarro Morales. Cardiólogo. Hospital Clínico Universitario "San Cecilio" de Granada), cuyo resumen es el siguiente:

Definición:

El Síndrome de la Abuela Esclava es una enfermedad muy frecuente, grave, potencialmente mortal, que afecta a mujeres adultas con responsabilidades directas de ama de casa, asumidas voluntariamente y con agrado durante muchos años, que se produce como consecuencia de la interacción de factores extrínseco e intrínseco.

El factor extrínseco es un desequilibrio, precipitante de la enfermedad. Estas señoras durante muchísimos años son abuelas felices y sanas, capaces de hacer ellas solas el trabajo de dos o más personas, con agrado y alegría. Pero el paso del tiempo no juega a su favor. Las obligaciones familiares aumentan exponencialmente conforme la familia crece, se multiplica y algunos de sus miembros enferman. La abuela no dice a nada que no, y acepta más y más cargas. Simultáneamente su fortaleza físico-psíquico-emocional se va deteriorando ineludiblemente sin que nadie se de cuenta. Llega un momento en que se produce un desequilibrio entre lo que esa señora puede hacer y lo que ella misma quiere hacer. Ella quisiera seguir haciendo, como siempre, todo lo que cree que la familia necesita que ella haga.

El factor intrínseco determina la predisposición a enfermar e impide curar apropiadamente. Por razones sicológicas y educacionales estas señoras poseen un extraordinario, excesivo por inadecuado, sentido del orden, la responsabilidad, la dignidad y el pudor, que les impide quejarse o pedir ayuda con suficiente expresividad. Son mujeres tan entregadas que no conocen lo que es reivindicar algo para sí mismas. Llegado el desequilibrio los hijos creen ver todavía fortaleza donde solo queda voluntad y ocultación del agotamiento.

Factores agravantes:

Algunos de los factores agravantes son:

- Realizar trabajos o actividades extra-hogareños sin liberarse de las obligaciones de ama de casa.

- Familia numerosa.

- Casas grandes, con muchas habitaciones y muebles que limpiar.

- Ancianos, niños o enfermos a su cargo.

- Hijos que, tras independizarse, vuelven al primitivo hogar, bajo los cuidados maternos, sobretodo si lo hacen trayendo pareja y/o hijos propios consigo.

- Enfermedades asociadas, o el natural envejecimiento, que limitan la capacidad física y emocional de la paciente.

- Ausencia o pérdida de ayudas domésticas: Se casa, enferma o jubila la antigua sirvienta, sin sustituirla por otra de igual eficacia o rendimiento. Se ausenta uno de los hijos que ayudaba en las tareas.

- Traumatismo emocional: Enfermedad grave o fallecimiento de un ser querido. Separación conyugal propia o de un hijo.

- Deterioro económico: Disminución del poder adquisitivo al sobrevenir la jubilación. Fracaso de negocios familiares. Pérdidas patrimoniales.

- Acumulación de obligaciones: Agregarse invitados. Atender a familiares que residan fuera del hogar (padres, tíos o hermanos enfermos). Mantener otras actividades o compromisos: religiosos, sociales, etc.

Perfil psicológico y social:

Las abuelas esclavas son mujeres adultas con responsabilidades directas de amas de casa, asumidas voluntariamente, y con agrado, durante muchos años.

Por razones educacionales y sicológicas tienen un extraordinario, a veces excesivo, sentido del orden, la responsabilidad, la dignidad y el pudor. En general de niñas les enseñaron muy poco pero las adiestraron extraordinariamente para sus futuras funciones de madre y ama de casa.

Son mujeres entregadas en cuerpo y alma a la familia. Durante años han asumido y realizado eficazmente un trabajo equivalente a la jornada laboral de dos o más personas, habituándose a hacer en un día las labores que normalmente precisarían dos o más jornadas. Si las circunstancias lo propician no dudarán en hacerse esclavas de su familia, por amor, por supuesto, por amor.

Con el paso del tiempo cada vez notan más el estrés familiar, hasta que llega a ser excesivo. Para ellas el estrés consiste fundamentalmente en el agobio o interna sobrepresión que se producen por tener la obligación, con responsabilidad directa, de cumplir simultáneamente varias tareas con eficacia, puntualidad y acierto.

Cuando llega el desequilibrio este tipo de abuelas se amargan porque saben que su incapacidad decepcionará de alguna forma a los seres queridos.

Comienzan a sentir la incomprensión de aquellos a quienes han entregado lo mejor de sí mismas durante los mejores años de sus vidas. Después comienzan las bromas, tomando a chanza los errores o los fallos de la abuela. Se aterran al vislumbrar que acabarán sufriendo el desamor, y quizás el desprecio, de aquellos seres que más quieren en este mundo, que a la vez son quienes más les están decepcionando.

Se auto inculpan. Sus hijos son así porque ella los ha educado de esa manera, para ahorrarles una vida tan sacrificada como la que ella llevó. Debería haber sido un poco menos blanda en su educación, quizás, pero ahora ¿qué se puede hacer?

Jamás se quejan con la debida elocuencia. Consideran humillante, incluso indigno, la petición vehemente de socorro. Prefieren un final adelantado para sus vidas antes que gritar, “escandalosamente”, pidiendo auxilio.

La abuela esclava puede pertenecer a cualquier clase social, si ejerce de ama de casa con responsabilidad directa asumida, y reúne las características psicológicas antedichas. A veces son mujeres sin nietos, pero con cargas familiares equivalentes. Muy excepcionalmente algunos varones asumen responsabilidades semejantes (jamás iguales), si conviven con mujeres impedidas.

Diagnóstico:

Debe sospecharse el Síndrome de la Abuela Esclava en mujeres adultas, no ancianas (más frecuente entre los 38-68 años de edad), con responsabilidades directas de amas de casa, que reúnan las características personales intrínsecas antedichas y presenten síntomas que no curan adecuadamente.

Si el médico no sospecha el excesivo estrés familiar, porque es ignorado y/o negado por la paciente y su familia, la enfermedad puede pasar desapercibida por varias razones:

1. Los hijos creen que su madre sigue teni

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024