Investigación y ciencia | 26 ENE 07

Valentín Fuster: La investigación no se hace en edificios, se hace en sistemas

Valentín Fuster participa en Madrid en dos importantes congresos, el Update in Diabetes and Cardiovascular Diseases y el "Aterotrombosis, una enfermedad sistémica".

Con este motivo, El Cultural ha hablado con el cardiólogo sobre el CNIC, las causas y efectos de las enfermedades cardiovasculares, sus personales proyectos de gestión y sobre el momento que vive la ciencia en nuestro país.

Trabaja en su despacho neoyorquino con implacable orden y con una determinación que no conoce días festivos. Porque es festivo en Nueva York y Valentín Fuster (Barcelona, 1943) acude a su despacho del Hospital Monte Sinaí con la misma puntualidad matutina que un día laborable. Si muchos pacientes supieran que, además, va y viene casi todas las semanas a España ("25 por ciento en España, 75 por ciento en EE.UU.", que participa en varios congresos en la misma jornada y que preside con igual eficacia el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares o la Asociación Mundial de Cardiología probablemente le dirían que se aplicara su propia receta: cuidado con el estrés.

P. ¿Considera que las enfermedades cardiovasculares son un expresión del mundo desarrollado? ¿Existen las mismas patologías que en los países en vías de desarrollo?

R. Desde el punto de vista cardiovascular es muy parecido. En los dos grandes estudios que se han hecho a nivel mundial la patología cardiovascular es muy similar. Y los factores de riesgo son también muy parecidos. Al contrario de lo que se cree, en los países subdesarrollados o en proceso de desarrollo la enfermedad cardiovascular está avanzando rápidamente debido a la obesidad. Esto se debe en parte a que el consumo de calorías es más barato con hidratos de carbono. En cambio, en los países avanzados son las grasas y los hidratos de carbono pero el punto final es el mismo. La situación es muy complicada, pues la obesidad lleva a la diabetes, a la hipertensión, a una alteración de los lípidos en sangre y esto es lo que hace que la enfermedad cardiovascular llegue también a los países subdesarrollados.

ECONOMÍA Y GENÉTICA

P. ¿Podría decirse que el paso de la sociedad rural a la urbana ha influido en el desarrollo de estas nuevas patologías? ¿Qué papel juega la genética en su desarrollo?

R. No hay duda. Es lo que llamamos westernlized world. Las economías suben, por eso éstas son unas enfermedades adquiridas. La genética decide que unos la desarrollen y otros no. Son enfermedades de los últimos cien a doscientos años que vienen con el desarrollo de una economía que nos lleva a comer distinto, a problemas como la hipertensión, a un mundo de estrés con una repercusión indirecta en la enfermedad. Por eso considero que es un problema de la sociedad de consumo. La genética es fundamental pero sólo decide.

P. Entonces cabría deducir que estamos ante patologías externas, condicionadas por unas condiciones ambientales muy concretas.

R. Hay causas externas pero necesitan una genética que las soporte. Y aquí está, digamos, nuestra lucha. Pese a que mi trabajo se desarrolla en torno al campo vascular de investigación, entre la parte básica y la clínica, estamos luchando muchísimo por la prevención de la enfermedad. Estamos tratando una enfermedad adquirida a un coste altísimo. Por eso tenemos que ir a la base, al por qué adquirimos esa enfermedad. Y esto requiere un sistema de educación y de cambios culturales que no son fáciles.

P. ¿Considera la alimentación y el ejercicio como los antídotos de los hábitos actuales?

R. No sólo eso. Es la conducta del individuo. Lo que tenemos que ver es cómo se puede ser un santo en una sociedad competitiva y estresante. Se le dice que tiene que comer bien y hacer ejercicio y luego se pone a fumar porque está preocupado. Por eso tenemos que ir mucho a los niños. Ellos pueden captar la importancia de la salud en un momento muy receptivo de su vida. Hay que entrar en un sistema en el que investiguemos moléculas y enfermedades pero también en el que investiguemos cómo podemos tener un impacto cultural en la educación, donde la gente deje de tener los factores que han llevado a la enfermedad en el último siglo. Por eso considero que la investigación es algo muy complejo en el que la prevención es una parte esencial.

P. ¿Cómo se contemplan las emociones, a veces inevitables, en el desarrollo de este sistema?

R. Aquí encontramos un problema doble: el contexto de la ansiedad, el estrés, afecta a la enfermedad probablemente porque este individuo no se cuida a sí mismo. No creo que el estrés por sí solo produzca la enfermedad, al menos no se ha probado. Sí que lleva al individuo a un factor de riesgo importante. Por otra parte están las emociones agudas. En este caso sí que es posible que la emoción, por una descarga importante de hormonas en la sangre, pueda producir un evento agudo.

Es en este momento cuando entra de lleno en el proyecto del CNIC. Se le ve apasionado y muy interesado en explicar bien las líneas maestras de un centro en el que tiene entregadas buena parte de sus energías. Creado en 2002, el CNIC es para el doctor Fuster un lugar de investigación pero también de prevención. Cuando hablamos del CNIC estamos hablando de un centro de investigación, claro, pero no es solamente de investigación básica para conocer cómo se desarrolla la enfermedad, es un centro de cómo prevenirla también. Actuamos a un nivel muy básico, pero también a un nivel epidemiológico, de educación. La investigación no son sólo las moléculas; son moléculas, enfermos, individuos normales... Estoy trabajando muchísimo por cambiar el paradigma del tratamiento hacia la protección de la salud. Y en este aspecto se necesita investigación básica, investigación de aplicación al enfermo, como le digo de carácter epidemiológico. En definitiva, investigar en un contexto mucho más amplio de lo que se hace ahora.

UN PROCESO CAMBIANTE

P. ¿Podría considerarse que el proyecto del CNIC se encuentra ya consolidado?

R. No se puede hablar de consolidación porque una institución así es un proceso, como la investigación, un proceso constante y cambiante. Hablar de consolidación significa hablar de algo ya terminado y esto se contradice mucho con lo que significa el proceso de investigación. Cuando nos sentimos satisfechos de lo que hemos hecho es el momento en el que empiezan los problemas. Yo no creo en el concepto de consolidación, creo en el concepto de autocrítica y en un proceso permanente de renovación. En el CNIC estamos en un momento dinámico importante, por lo cual, vuelvo a decirle, la palabra consolidación no forma parte de todo lo que yo hago y he hecho a lo largo de mi carrera.

P. ¿Está aplicando en el CNIC la experiencia de gestión acumulada en otras instituciones?

R. Por supuesto. He trabajado en Londres, en Edimburgo, en Boston, en Rochester y en Nueva York. Tengo la experiencia suficiente para promover un programa de investigación que puede ayudar a España. Lo que pasa es que llevo fuera del país más de 35 años. Uno se ha de educar muchísimo para comprender la cultura, el sistema, etc. Esto es importantísimo para poder llevar el programa adelante. He aplicado la experiencia de cómo se investiga en cinco instituciones como las que yo he trabajado pero estoy en un país donde hay unas situaciones nuevas que he de llegar a conocer.

P. ¿Considera que las fórmulas americanas son buenas para España?<

 

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