En la menopausia | 26 OCT 06

El 56% de las mujeres sufre de insomnio

Una de cada cuatro recurre a pastillas para poder dormir.

En tiempos en que la estética ayuda a prolongar cada vez más una apariencia juvenil, el reloj biológico sigue marcando implacable la llegada de la menopausia. Uno de los síntomas es la alteración del sueño, que se vuelve más liviano hasta llegar al insomnio. Es más: en ese momento de la vida, casi seis de cada diez mujeres lo padecen y tienen un menor rendimiento en las actividades diurnas y un humor... aún peor.

“A la hora de dormir, en el climaterio siguen los cambios que empiezan a los 40 y sin demasiadas diferencias con lo que les pasa a los hombres. Pero en las mujeres se dan situaciones especiales, relacionadas con los cambios hormonales”, explicó la doctora Mirta Averbuch, directora del Centro Integrativo de Medicina del Sueño (CIMS) de TCba Salguero. Son esas cuestiones particularmente femeninas las que registró la primera encuesta sobre calidad y cantidad de sueño entre los 45 y los 65 años realizada en el país. Los resultados no sólo muestran que a partir de esa edad se duermen menos de las ocho horas recomendadas habitualmente (el 40% dijo que descansa menos de seis), sino que cuatro de cada diez mujeres insomnes recurren a medicamentos, ya sea con receta o automedicándose, para poder dormir.

Retrasado y fragmentado

La disminución normal de los niveles hormonales (estrógenos y progesterona) propia del climaterio no sólo retrasa la llegada del sueño, sino que también lo fragmenta más. "La diferencia entre el hombre y la mujer en esa etapa está dada por la mayor vulnerabilidad al insomnio en la mujer, que tiene una personalidad más rumiante para resolver los conflictos, y por el déficit de estrógenos y progesterona, que produce los calores y el retraso en la conciliación del sueño. Excluidos los sofocos, el proceso de envejecimiento del sueño en el hombre es igual al de la mujer."

Pero las hormonas son sólo responsables de un 50% del problema. También influyen los malos hábitos alimentarios, las tensiones del día, la falta de una rutina horaria para ir a dormir y el uso de la cama como "escritorio" o para mirar televisión.

La encuesta dirigida por la doctora Averbuch, que incluyó a 600 mujeres, identificó además que el 32% opinaba que su sueño había sido "malo" en los 30 días previos al estudio. Esto, aclaró la especialista, estaría sesgado por el alto consumo de pastillas para poder dormir. Aunque "si nos guiamos por el resto de los resultados", ese porcentaje es más alto.

"Las personas vulnerables, sean hombres o mujeres, desarrollan en esa etapa trastornos en el sueño y lo más frecuente es que los médicos no especializados indiquen psicofármacos sin haber estudiado la causa del insomnio -dijo la directora del CIMS-. Medican sólo el síntoma y las personas siguen autoadministrandose los fármacos por años. Los hipnóticos de nue

 

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