Lo que hay que saber | 25 AGO 06

Dudas y mitos sobre el sexo posinfarto

Un tema con muchos interrogantes que deben ser aclarados.

"Son muchas las preguntas que la persona se suele hacer después de haber sufrido un infarto en relación con su vida sexual. Pero habitualmente son muy pocas las que se atreve a manifestar al equipo médico que lo atiende -dice el doctor Jorge Tartaglione-. Es necesario despojarse de todos los tabúes o la vergüenza que se puedan tener con referencia a la vida sexual posinfarto, y preguntar."

Para el cardiólogo, actual jefe del Servicio de Prevención y Calidad de Vida del hospital Churruca, los interrogantes más frecuentes (y sus respectivas respuestas) son:

¿Puedo volver a tener relaciones sexuales sin problemas? Los miedos y las ansiedades que con más frecuencia surgen respecto de su vida sexual suelen referirse al esfuerzo físico que las relaciones sexuales requieren, ya que el paciente suele temer que la actividad física suponga un riesgo importante para su corazón. Hay que dejar claro que el esfuerzo cardíaco durante una relación sexual es moderado, lo que en principio no traería ninguna complicación.

¿Cuándo podré volver a tener relaciones? Es más recomendable reanudar las relaciones sexuales después de un entrenamiento tanto físico como psicológico progresivo. Después de éstos las personas pueden aprender a detectar cuáles son las respuestas físicas de su cuerpo después de un esfuerzo y, desde el punto de vista psicológico, reconocer también cuáles son sus reacciones emocionales nocivas y cómo controlarlas mediante métodos de respiración y relajación.

¿Qué problemas puedo tener durante mis relaciones? Lo más probable es que no haya ninguno. No obstante existen casos en que ocasionalmente puede aparecer una angina de pecho durante la actividad sexual lo que podría causar ansiedad. Lo más posible es que esto le suceda a aquella persona que también pueda sufrir angina de pecho cuando esté realizando algún otro esfuerzo físico moderado como caminar. Si esto llegara a suceder es conveniente hablarlo con el médico para su control.

¿Puedo llegar a morir durante una relación sexual? Quizá se llegue a plantear el miedo ante la muerte cardíaca coital. Las posibilidades de que esto suceda son muy remotas, pero sólo con pensarlo se puede llegar a desencadenar un cuadro intenso de depresión y ansiedad que limite mucho la actividad sexual futura. A veces puede ser oportuno realizar una terapia de apoyo en la que el paciente y su pareja puedan reducir el tiempo de adaptación a esta nueva situación vital.

Un papel más activo

"El papel de la pareja es fundamental para una buena adaptación a la actividad sexual después del infarto -afirma el doctor Tartaglione-. Debe estar informada sobre la enfermedad y acerca de qué tipo de esfuerzo puede realizar su pareja, así como de los sentimientos que pueden ir surgiendo -como irritabilidad, retraimiento, depresión-, para evitar así cualquier tipo de fricción en su trato interpersonal."

Para el doctor Tartaglione es aconsejable que la pareja de la persona infartada sea quien adopte un papel más activo durante la relación sexual. "Esto puede ayudar al paciente a superar el miedo y la incertidumbre que puedan llegar a aparecer", concluyó el cardiólogo.


Volver del infarto:
consejos para retomar una vida plena

El retorno a la actividad cotidiana constituye un momento clave para realizar cambios hacia estilos de vida más saludables

Nadie es el mismo después de un infarto. Para muchos, el miedo a repetir esa angustiante experiencia los lleva a autoimponerse límites innecesarios que retrasan el regreso a las actividades cotidianas e impiden el disfrute de una vida plena. Otros, por el contrario, prefieren olvidar lo sucedido y tratan de retomar la rutina diaria sin prestar demasiada atención a los consejos médicos y familiares.

Lo que no debe perderse de vista, coinciden los expertos, es que el período de rehabilitación posinfarto constituye una ventana de oportunidades para un cambio hacia estilos de vida más saludables. "Es un excelente momento para que la persona tome conciencia de que le pasó algo realmente grave, de que pudo salir de esa situación y de que puede hacer cosas para no repetirla", afirma el doctor Jorge Belardi, presidente del Instituto Cardiovascular Buenos Aires (ICBA).

Para eso, agrega el doctor Jorge Tartaglione, jefe del Servicio de Prevención y Calidad de Vida del hospital Churruca, "es necesario que tanto el paciente como su familia aprendan a convivir con la situación que se presenta. En ese sentido, la información es la clave para que los afectados por un infarto se recuperen física y psicológicamente, se reintegren al trabajo y a la vida social, y prevengan el temido segundo infarto".

Esa información es fundamental, en primer lugar, para eliminar la idea extremadamente arraigada de que la persona que ha sufrido un infarto es un inválido físico y social, completa Tartaglione. "Hay que ser muy enfáticos en alentar a los pacientes a que vuelvan a su vida normal -agrega Belardi-. Pero para eso muchas veces hay que sacarles los miedos."

Miedos propios y ajenos

"Me desperté cuando me estaban pasando de terapia intensiva a terapia intermedia. No sabía ni dónde estaba ni cómo había llegado hasta allí: mi principal sensación era de desorientación." Así recuerda Sergio Natiello, de 42 años, su despertar posinfarto cuando sólo tenía 37.

"De a poco me fui enterando de lo que me había pasado, que había sido un infarto severo, que me habían hecho una angioplastia -continúa Sergio-, pero lo que me quedaba era una sensación de temor, la necesidad de cuidarme más."

"Los miedos y las dudas muchas veces quedan instalados, lo que impide que las personas retomen su nivel de vida previo al infarto", explica Belardi. "La sensación de vacío y desesperanza hace que entre el 30 y el 40% de las personas que sufren un infarto tengan depresión", dice Tartaglione.

En la actualidad, el período de internación posterior a un infarto oscila entre 4 y 10 días, mientras que el período de rehabilitación posinfarto oscila entre 15 y 30 días. "Al mes -confirma Belardi-, la mayor parte de la gente puede y debe volver a sus actividades habituales, pero en forma lenta y progresiva."

A veces las restricciones a retomar el nivel de actividad previo al infarto parten del mismo entorno familiar. "Es frecuente la situación del paciente, que quiere volver a sus quehaceres cotidianos, acosado por su familia, que lo frena y lo va restringiendo."

"Cómo vas a salir tan temprano, no sabés que a los cardíacos el frío le hace mal", cuenta Natalia Joao de Paradiso, de 77 años, que le dijo una de sus hijas al enterarse de que dos veces a la semana sale de su cada a las 8 para ir al kinesiólogo, y de allí al gimnasio, como le indicó su médico.

"Yo igual me abrigo bien y salgo a caminar", asegura Natalia, que quiere olvidarse del infarto que sufrió a principios del año último.

 

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