Novedades | 27 MAR 06

Sme. CRAS, Angina en Mujeres, Tabaquismo e impotencia.

CRAS, un nuevo síndrome que afecta al corazón y los riñones. Mujeres con dolor de pecho: Tabaquismo y tasas de impotencia.

Sólo ahora se empieza a conocer en el país.

Para contrarrestarlo, los expertos recomiendan mantener controlada la anemia.

Como en un círculo vicioso en el que todos sus elementos ayudan a los demás a seguir existiendo, un nuevo síndrome se apoya en el corazón, los riñones y la sangre para desbaratar la salud.

El CRAS, así, a secas y por su nombre en inglés, o síndrome de anemia cardiorrenal, reúne a tres enfermedades: la insuficiencia renal crónica, la insuficiencia cardíaca congestiva (incapacidad del corazón de bombear sangre) y la anemia, un trío peligroso -pero sencillo de controlar- que ahora comienza a conocerse en el país.

La buena noticia es que si se mantiene a raya a uno de sus componentes, la anemia, se pueden contrarrestar los otros dos hasta llegar a reducir la medicación de los pacientes cardíacos y evitar que el mal funcionamiento de los riñones llegue a diálisis.

Sin embargo, es justamente la anemia la que no suele recibir la atención que merece en pacientes cardíacos y renales, con el riesgo que esto ocasiona. Un estudio sobre el CRAS de investigadores españoles publicado en 2005 afirma que el 64% de los pacientes con insuficiencia renal tiene insuficiencia cardíaca, y la mayoría de ellos poseen valores de hemoglobina por debajo de 12 g/dl. Es decir que 6 de cada 10 personas con insuficiencia renal tendrían este síndrome.

Es por esto por lo que el equipo del Hospital Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, insiste en que el CRAS está "infravalorado, infradiagnosticado e infratratado", según publicó la revista Archivos de Medicina.

"Muchas veces, cardiólogos y nefrólogos subestiman la importancia de la anemia en el estado general del paciente. Lo que hay que hacer es mejorar el nivel de glóbulos rojos para mejorar la calidad de vida y lograr que muchos pacientes con insuficiencia renal puedan retardar su ingreso a diálisis luego de mejorar su función cardíaca y controlar la anemia", señaló el doctor Jorge Toblli, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y presidente del Anemia Working Group Argentina, integrante del grupo mundial de expertos en anemia.

Tres disparadores

El CRAS puede ser disparado por cualquiera de las tres enfermedades que lo forman, ya que si el organismo no cuenta con suficientes glóbulos rojos en la sangre (anemia) para transportar oxígeno a los tejidos, el corazón no bombea adecuadamente (insuficiencia cardíaca) y los riñones no sólo no logran cumplir con su trabajo de filtrar la sangre y desechar las impurezas a través de la orina (insuficiencia renal), sino que tampoco pueden producir la hormona (eritropoyetina) responsable de estimular a la médula ósea para producir glóbulos rojos. Y así empieza de nuevo el ciclo...

"La anemia de la insuficiencia renal se produce porque en la medida en que progresa, disminuye la cantidad de eritropoyetina disponible porque no hay células sanas capaces de producirla -señaló el doctor Alfredo Casaliba, presidente de la Asociación Regional de Diálisis y Trasplantes Renales de Capital Federal y Buenos Aires-. La insuficiencia renal moderada a severa siempre conlleva anemia."

Para Casaliba, el principal problema es que la importancia de la anemia ha quedado relegada tan sólo porque se considera normal que los pacientes con problema renales y cardíacos la tengan.

Dijo Toblli, que preside el I Congreso de Anemia del Cono Sur, donde hoy el CRAS se presenta localmente (informes, en el (011) 4787-9152): "Gran cantidad de pacientes con insuficiencia cardíaca tiene una proporción de sangre formada por glóbulos rojos [hematocritos] por debajo de lo normal y altos niveles de creatinina, que es un indicador de enfermedad renal. Esto indica que estamos frente al CRAS".

Síntomas de alerta

Entre los síntomas que debe alertar sobre la posible presencia del CRAS en pacientes con insuficiencia renal o cardíaca están la fatiga, la falta de aire, la incapacidad para concentrarse, la necesidad repentina de dormir con más de una almohada porque se agitan a la noche, la hinchazón de las piernas o la tos nocturna, entre otros.

En la Argentina, unas 400.000 personas sufren insuficiencia cardíaca, y a partir de los 40 años hay un 20% de probabilidad de desarrollarla; alrededor del 50% de la población tiene algún grado de anemia, según un estudio de la Fundación Argentina contra la Anemia, y dos tercios de los pacientes con insuficiencia renal muere por problemas cardíacos.

"El 35% de los pacientes renales que llegan a diálisis tienen o han tenido insuficiencia cardíaca y la anemia parece contribuir bastante con la enfermedad cardíaca", dijo el doctor Felipe Inserra, director de los Programas de Prevención Renal de Fresenius Medical Care Argentina.

Un equipo dirigido por Toblli en el Laboratorio de Medicina Experimental del Hospital Alemán, acaba de finalizar el primer estudio que logró reproducir cómo progresa el CRAS: en ratas con insuficiencia renal, la anemia y la insuficiencia cardíaca tardaron tan sólo seis meses en aparecer.

Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION

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Clarín:
Un estudio sobre 100.000 pacientes en EEUU.

Alertan sobre los riesgos de la angina de pecho en mujeres

Es el principal síntoma de la enfermedad coronaria. La investigación advierte a médicos y pacientes no subestimar el problema. Y señala que la protección hormonal de las mujeres decae con la menopausia.

Sibila Camps

La enfermedad coronaria en las mujeres es peor de lo que se pensaba. Y la angina de pecho —uno de sus síntomas más comunes— es más peligrosa de lo que se creía. Así lo demuestra un estudio publicado por el Journal of the American Medical Association (JAMA), cuyos autores subrayan que los médicos deberían prestar más atención a este problema.

La angina de pecho es un dolor o malestar en el pecho o en áreas adyacentes, causado por un flujo sanguíneo insuficiente de las arterias coronarias al corazón, debido a un estrechamiento de estos vasos. "Uno de los síntomas cardinales que permiten el diagnóstico de enfermedad coronaria es el dolor de pecho", destaca el cardiólogo Branco Mautner, decano de la Universidad Favaloro.

El trabajo fue conducido por el profesor Harry Hemingway, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del Colegio Universitario de Londres, y financiado por la Fundación Británica del Corazón. Los investigadores analizaron las historias clínicas de unos 100.000 pacientes. Descubrieron así que cada año, 2 de cada 100 mujeres desarrollaban angina de pecho, como primer síntoma de enfermedad coronaria.

El estudio reveló que la angina es tan común en las mujeres como en los hombres, a diferencia del infarto del miocardio, más frecuente en los varones. Mautner señala que hasta la edad de la menopausia, por cada mujer hay 5 hombres que sufren del corazón. "Pero la vida se prolongó mucho más allá, y a medida que los hombres van muriendo y las mujeres van envejeciendo, la relación ya no es ésa", hace notar.

"En la mujer, el desarrollo de la enfermedad coronaria se hace más lento debido a la protección hormonal", explica el doctor César Serra, codirector del Instituto Modelo de Cardiología de Córdoba, profesor emérito de la Universidad Católica de esa ciudad y especialista en enfermedades cardiovasculares en mujeres. Y ubica en los 65 años "la bisagra a partir de la cual la severidad y extensión de la arterioesclerosis coronaria debe considerarse en igual escala que el hombre".

La investigación mostró que en las mujeres es menos habitual que el diagnóstico sea confirmado mediante angiografías o ergometrías. Además, el tratamiento mediante medicamentos apuntó sólo a aliviar el dolor y fue prescrito únicamente al comienzo.

Consecuentemente, la tasa de mortalidad fue mayor en las que no habían sido sometidas a estudios confirmatorios. Entre ellas, varias habían sido desestimadas, por considerar que tenían una "leve" dolencia subjetiva.

Serra recalca que tanto las mujeres como los profesionales deben tener presente que "la morbimortalidad por enfermedad coronaria en la mujer duplica a la suma de todos los tipos de cáncer. Es hora de que los médicos dejen de tener una visión tipo 'bikini' de la patología femenina", señala, citando a la doctora Nanette Wenker, de la Universidad de Georgia, Estados Unidos.

"La mujer que no está concientizada de los problemas cardiológicos, cuando su marido tiene dolor en el pecho se preocupa mucho; pero cuando lo sufre ella, tiende a desjerarquizarlo, y también el médico suele hacerlo", comenta Mautner.

Según el profesor Hemingway, la angina de pecho es "la Cenicienta en la investigación de las enfermedades cardíacas, debido a la dificultad para establecer qué pacientes la sufren —muchas personas con síntomas no son estudiadas—, y porque muchos pacientes no son hospitalizados. Todo lo contrario de lo que ocurre con los ataques cardíacos, en que casi todos los pacientes son estudiados para confirmar el diagnóstico y son internados en carácter de emergencia".

El síntoma de dolor en el pecho no es igual en el hombre que en la mujer, observa Mautner. También sus coronarias son distintas, y la enfermedad la afecta de manera diferente. "Además de las arterias que están en la superficie del corazón, que es donde se produce la enfermedad típica, en la mujer es muy importante la microcirculación, que es muy sensible a los estrógenos y que no se puede corregir con cirugía", precisa Serra.

"Cuando empieza la menopausia pueden consultar por dolores muy parecidos a los del hombre —continúa—. Se observan coronarias relativamente grandes y se le dice que está muy bien. Pero la mujer tiene de por sí coronarias pequeñas, por lo que el solo hecho de estar iguales o más grandes que las del hombre es un signo de la enfermedad. Se trata de una enfermedad de la pared de la arteria: no se ve porque primero se expande hacia afuera, luego hacia adentro

 

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