El lenguaje construye una versión del mundo. | 08 MAR 06

"Los Médicos recomiendan". Medicina y medios de comunicación.

¿Qué hacen los médicos en los medios de comunicación? Entrevista con la autora de un libro que analiza el tema desde la perspectiva develadora del lenguaje.
Autor/a: IntraMed Fuente: IntraMed/EUDEBA 

Palabra de médico: un lenguaje menos transparente de lo que imaginamos bajo la lupa de una especialista.

Hoy la información ocupa un lugar central en nuestras vidas. No salimos de casa si no escuchamos el pronóstico meteorológico y no vamos al cine sin leer previamente la crítica especializada. La información periodística también guía nuestras decisiones en el terreno de la salud. En este libro, precisamente, se indagan los artículos sobre salud que se publican en los diarios; en particular, se analizan las formas en que se realizan las recomendaciones. El periodista, como mediador, selecciona las palabras del experto y las presenta de tal manera que sean aceptables para el lector. Los médicos recomiendan indaga, desde una perspectiva lingüística, las estrategias puestas en juego en la prensa a fin de lograr una comunicación eficaz con el público en temas complejos y delicados.

Un libro imprescindible para quienes trabajan en comunicación y convocante para todos aquellos interesados en el uso del lenguaje.   Extracto del índice: Características de los artículos sobre medicina. La divulgación científica en discusión. Características lingüísticas de los textos divulgativos. La comunicación de los temas de medicina. Estructura y contenido de los textos. Cómo se formulan las recomendaciones. Consejos rigurosamente fundamentados. La palabra del especialista.

Ficha de la autora:

Susana Gallardo es doctora en letras por la Universidad de Buenos Aires y su área de trabajo es la comunicación pública de la ciencia. Actualmente es responsable del Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Es jefe de redacción de la Revista Exactamente que se edita en esa facultad. Desde hace varios años publica regularmente en la sección Ciencia/Salud del Diario La Nación.


¿Cuál ha sido su recorrido profesional y sus áreas de interés?

Soy egresada de la carrera de Letras, de la UBA y durante unos pocos años ejercí la docencia en la enseñanza media. Empecé a dedicarme al periodismo científico en el año 1988, en que obtuve una beca que ofrecía el Programa de Divulgación Científica que creó el doctor Enrique Belocopitow en el Instituto Leloir (en ese momento se llamaba Fundación Campomar). Trabajé un tiempo en el Instituto hasta que, al crearse el Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas, pasé a desempeñarme allí, primero con beca y luego con un cargo docente. Además de producir artículos sobre novedades científicas para los medios, comencé a dictar cursos destinados, principalmente, a graduados en ciencia interesados en la comunicación científica. Luego consideré que era fundamental investigar acerca de los textos, por un lado porque creo la docencia debe estar sustentada en la investigación, y, por otro, porque la divulgación de la ciencia era un terreno bastante nuevo que estaba poco explorado, especialmente desde la perspectiva lingüística. Y me puse en contacto, hace más de diez años, con la lingüista Guiomar Ciapuscio que en aquel momento acababa volver de Alemania donde había realizado su tesis doctoral precisamente en esa área.

¿Cómo aparece el interés en el tema de las notas periodísticas sobre medicina?

En realidad mi interés se centró y se centra en el discurso científico en general. Desde hace algunos años, junto con Guiomar y un grupo de lingüistas conformamos un equipo de investigación abocado al estudio de lo que se denomina “texto especializado” en general, y que incluye distintos géneros, tanto orales como escritos, por ejemplo artículos de investigación, tesis, reseñas, libros de texto, clases magistrales y artículos de divulgación científica, entre otros. Cuando empecé a plantear el tema de mi tesis, mi objetivo era encontrar, en los textos periodísticos sobre ciencia,  rasgos específicos vinculados a la disciplina, más allá del contenido. Es decir, un texto divulgativo sobre medicina, sin duda, tiene contenidos y vocabulario muy diferentes de un texto de física, por ejemplo. Pero quería ver si en la estructura, en el tipo de desarrollo temático, o en el tipo de metáforas, podía haber diferencias. Y de pronto me encontré con que los textos sobre temas médicos siempre contenían consejos, era algo recurrente, y no lo observaba en textos de física, paleontología o biología molecular. Es decir, los artículos sobre medicina, además de informar, evidenciaban el propósito de influir sobre la conducta del público. Y no encontré estudios, ni desde la lingüística ni desde la comunicación, que se hubieran propuesto profundizar en ello. El discurso de la medicina estaba bastante estudiado en cuanto a la interacción médico-paciente, pero no tanto desde la perspectiva de los medios de comunicación masiva.

¿Cuál cree Ud. que es el rol ético del periodismo orientado a temas de salud?

El periodismo orientado a temas de salud comparte, sin duda, los principios éticos del periodismo en general. Por ejemplo, un periodista faltará a la ética si silencia o tergiversa los hechos, si omite información de interés colectivo, o si cae en el sensacionalismo. Pero hay que destacar que el sensacionalismo en la salud puede ser más grave que en otras áreas, por las expectativas que genera en el público y la frustración que luego trae aparejada. Y la omisión de información es grave si un periodista sólo enumera los beneficios de un medicamento, por ejemplo, pero no especifica los efectos secundarios. La salud es un tema muy delicado, y los periodistas tienen que ser muy cuidadosos al ocuparse de ella. Por otro lado, la salud es un área atravesada por fuertes intereses comerciales. En este sentido, el periodista tiene que estar muy atento y no dejarse engañar frente a todos aquellos que buscan obtener rédito de la información que circula, o que presionan para que ciertos datos no circulen. Y la forma de poder brindar información confiable, que no esté sesgada y que no sirva a intereses particulares, es consultar distintas fuentes de información. Sabemos que no existen fuentes desinteresadas, pero del equilibrio entre diversas perspectivas puede surgir una visión más o menos imparcial de la realidad. Ahora bien, aquí hay que mencionar también la ética médica. Por dar sólo un ejemplo, en canales de cable existen ciertos espacios, sin duda pagos, en que un pseudo periodista (a veces una ex modelo) entrevista a un cirujano plástico sobre las virtudes de distintas técnicas de cirugía estética. Eso se presenta como un programa “periodístico”. Allí, quien está faltando a la ética es el médico, además del medio.

¿Cuáles identifica como sus mayores defectos en el medio latinoamericano?

No creo estar en condiciones de hacer afirmaciones sobre el periodismo latinoamericano en general. Si hablamos de la Argentina, primero habría que establecer algunas distinciones. A veces, se cae en el error de incluir en la misma categoría lo que aparece en televisión abierta, en canales de cable, en radio, en los medios gráficos e, incluso, considerar todos los diarios por igual, cuando, en realidad, hay grandes diferencias. En los canales de cable, como ya mencioné, es posible encontrar espacios pagos que se presentan como programas periodísticos, y es publicidad presentada como información, y avalada por la autoridad de un médico. También, y sobre todo en canales de cable, se encuentra esa publicidad sobre productos para adelgazar, que emplea términos supuestamente científicos, y que es claramente criminal. Ejemplos se podrían citar muchos, sin hablar de todo aquello que entra dentro de la categoría de pseudo ciencia y que es posible ver, muchas veces, en noticieros de la televisión abierta. Frente a todo esto, creo que lo que aparece en los medios gráficos (en los diarios de mayor tirada y en algunos semanarios) es de bastante buena calidad. En ellos hay periodistas especializados que saben distinguir cuáles son las fuentes serias y confiables, saben diferenciar ciencia de pseudociencia y, mientras el medio (o multimedio) lo permita, tratan de no caer en las redes de los intereses particulares. Sin embargo, hay muchos aspectos que podrían mejorarse. Por un lado, a veces se observa que un titular promete mucho más de lo que dice el texto. Este es un problema. Por otro lado, la necesidad de que haya siempre una noticia lleva a que no se traten muchos temas que tienen que ver con situaciones que no constituyen un suceso, como muchos aspectos del área de la salud pública, por ejemplo, que merecerían ser tratados cada tanto. En este sentido, los médicos podrían ser de gran ayuda enviando información a los medios o sugiriendo posibles temas. Hay aspectos que sin duda se podrán mejorar en la medid

 

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