Deficit de atención y Trastorno por hiperactividad en adultos

El déficit de atención y trastorno por hiperactividad (DATH) es un trastorno prevalente que afecta el 3 al 9% de los niños en edad escolar y aproximadamente al 4% de los adultos en todos el mundo. Aunque se creía que el DATH no persistía más allá de la adolescencia, los estudios controlados con seguimiento a largo plazo demostraron que los trastornos persisten en un número importante de adultos que habían sido diagnosticados con este diagnóstico en su infancia.

Los estudios longitudinales en los jóvenes con DATH muestra que los síntomas de hiperactividad e impulsividad pueden decaer, pero con persistencia de la falta de atención. Los estudios de los adultos derivados de la clínica con diagnóstico d DATH muestran que cerca de la mitad tiene niveles de hiperactividad  e impulsividad clínicamente importantes  y que hasta el 90% presenta síntomas importantes en la esfera de la atención, en especial déficit en las funciones ejecutivas, las cuales incluyen problemas para codificar y manipular información y dificultades en la organización y el manejo del tiempo.

Los adultos con DATH tienen como antecedente frecuente historias que reflejan la disfunción escolar, incluyendo déficit en el desarrollo educativo, problemas con la disciplina y altas tasas de repetición de grados, tutoriales, inclusión en clases especiales y dificultades para la lectura. Los problemas en la escuela colocan con frecuencia al niño con DATH en problemas escolares, con notas promedio bajas, abandonos escolares y más tiempo para completar los años de estudio. Los adultos con DATH tienden a tener un estado socioeconómico inferior, menores tasas de empleo profesional, más dificultades laborales y altas tasas de separaciones y divorcios. Del mismo modo, los adultos con DATH cometen más violaciones de velocidad,  suspensión del registro de conductor, choques automovilísticos y operan mal los simuladores de manejo. Los adultos con adicciones alcohol, drogas ilegales y tabaco) cometen más violaciones de las leyes de tránsito (dificultad para renovar el registro) y fracasos en la vida recurrentes (ocupacionales, financieros, académicos) en especial en el contexto de una historia familiar de DATH. En estos individuos de debe investigar la presencia de DATH.

Diagnóstico de DATH en adultos

No es difícil diagnosticar el DATH en adultos que presentan los síntomas de DATH que figuran en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition [DSM-IV] y quienes, con un cuestionario detallado muestran esos antecedentes desde la niñez.

De acuerdo con las definiciones de DSM-IV, un diagnóstico de DATH requiere que los pacientes cumplan con los criterios establecidos en las secciones B a E, presentando un mínimo de 6 síntomas de los que figuran en las secciones A1 (falta de atención) o A2 (hiperactividad e impulsividad). Estos síntomas no solo deben haber persistido al menos 6 meses sino que también deben ser de "un grado que no concuerde o no coincida con el nivel de desarrollo."

Síntomas relacionados con la falta de atención:

a) No puede mantener la atención a los detalles o comete errores por descuido en la escuela, el trabajo u otras actividades.

b) Con frecuencia tiene dificultad para mantener la atención en actividades laborales o juegos.

c) Es frecuente que no parezca estar escuchando cuando se le hable directamente.

d) No suele seguir las instrucciones y no puede finalizar la tarea escolar, otras tareas y obligaciones en el lugar de trabajo (no por un comportamiento de oposición o porque no comprende las instrucciones).

e) Tiene dificultad para organizar las tareas y actividades.

f) Con frecuencia evita, no le gusta o es reacio a conectarse con tareas que requieran un esfuerzo mental sostenido

g) Pierde objetos necesarios para sus tareas o actividades (juguetes, tareas escolares, lápices, libros, herramientas.

h) Se distrae con facilidad para estímulos externos.

i) Se olvida de las actividades diarias.

Síntomas de hiperactividad:

a) Inquietud de manos o pies o se mueve en la silla.

b) Se incorpora de su asiento en clase o en otras situaciones en las cuales debe permanecer sentado.

c) Corre o se incorpora en exceso en situaciones inapropiadas (en adolescentes o adultos, puede estar limitado a sensación subjetiva de inquietud).

d) Tiene dificultad para jugar o realizar actividades ociosas sedentarias,

e) Suele "estar en movimiento" o actúa como si estuviese "impulsado por un motor."

f) Suele hablar en exceso.

Síntomas que por su frecuencia están relacionados con la impulsividad:

a) Habla o contesta antes de que se haya completado la pregunta

b) Tiene dificultad para esperar su turno

c) Interrumpe o se inmiscuye con otros (se introduce en las conversaciones o juegos de otros).

Los cuatro criterios finales B a E son:

B. Algunos síntomas de hiperactividad e impulsividad  y de falta de atención el sujeto los sufre desde antes de los 7 años.
C. La consecuencia de los síntomas afectan a 2 o más ámbitos (escuela, trabajo, hogar).
D. Deben existir signos claros de alteración clínicamente importante en el funcionamiento social, académico y hogareño.
E. Los síntomas no ocurren exclusivamente durante el curso de un trastorno del desarrollo insidioso, esquizofrenia u otros trastornos psicóticos que no pueden adjudicarse a otros trastornos mentales (trastornos de humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastornos de la personalidad).

Los estudios muestran que el diagnóstico de DATH basado en informes personales retrospectivos delos adultos es un método válido para el diagnóstico de la enfermedad. Murphy y Schachar informaron que una correlación elevada entre los antecedentes de DATH en la infancia y los del adulto. También hubo una coincidencia elevada entre los informes del paciente y de sus allegados. Sin embargo, para asegurar un diagnóstico correcto, los clínicos deben corroborar esos informes con una entrevista con el paciente usando escalas de autopuntaje para adultos como la escala ADHD y la escala Conners, incorporando los criterios DSM-IV para DATH. También se utilizan las escalas para el déficit de atención de Brown y la de Wender y Reimherr.

Los problemas psiquiátricos y de aprendizaje que existen simultáneamente en la mayoría de