Cómo determinarla y lograrla? | 27 JUN 05

Presión Intraocular: objetivo basado en evidencias

El presente estudio tiene la finalidad de determinar en que medida la reducción de la PIO evita el daño glaucomatoso.
Autor/a: Dres. Palmberg P. Fuente: Comentario y resumen objetivo: Dr. Martín Mocorrea Int Ophthalmol Clin. 2004 Spring;44(2):1-14.
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Bibliografía
Desarrollo

Los resultados de investigaciones recientes han proporcionado información útil acerca de la relación existente entre la presión intraocular y el riesgo de pérdida del campo visual en pacientes con determinado tipo de glaucoma. Al estudiar los resultados de casos similares a los que nos toca tratar, podemos establecer una meta, la presión objetivo, que, probablemente, evite el daño que es causado por la presión elevada.

¿Pero, hasta que punto el daño glaucomatoso depende de la presión? La información epidemiológica de la hipertensión ocular y del glaucoma de ángulo abierto indica que la presión elevada incide muy poco en el daño glaucomatoso, ya que 1 de cada 10 pacientes con PIO elevada presenta daño y entre un tercio y la mitad de los que presentan daño tienen presión normal. La epidemiología también sugiere que el riesgo de glaucoma aumenta al doble por cada 3 mm Hg de aumento en la presión intraocular, con una prevalencia muy baja para presiones bajas normales. Hemos observado, según los resultados obtenidos, que la mayor parte del daño glaucomatoso está relacionado con la PIO. Una PIO más baja que la normal puede compensar, en gran medida, otros factores que incrementan el riesgo de daño en algunos pacientes, en especial aquellos con glaucoma de tensión normal (GTN) o glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) avanzados.

El Estudio sobre el Tratamiento de Glaucoma Avanzado halló que en los pacientes con GPAA y daño moderado a severo la PIO óptima es de 12 mm Hg, mientras que el daño glaucomatoso se presentaba con mayor frecuencia y severidad en pacientes cuya PIO alcanzaba 18 mm Hg por momentos, con un promedio de 15, 17 y 20 mm Hg, respectivamente.
Por otro lado, pacientes con GPAA con daño leve mostraron que una reducción de 37% en la PIO con medicación y láser (de ser necesario), una vez lograda la presión objetivo, no tuvieron progresión de la pérdida del campo visual en cinco años.

En caso de GTN, los autores han demostrado que un descenso del 30 % en la PIO, entre 16 y 11 mm Hg, reduce el riesgo de progresión entre un 60 y 20 % en cinco años. Análisis posteriores sugieren que las mujeres, especialmente las que sufren migrañas, son las que más se benefician con la reducción de la PIO.

En casos de hipertensión intraocular, las PIOs más elevadas (> 25 mm Hg), una mayor proporción copa-disco (C/D), edad avanzada y un grosor de la cornea central de normal a delgada son signos que indican el potencial desarrollo de GPAA, con un riesgo del 36

 

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