La obesidad infantil puede tratarse en forma individual o grupal. Hay evidencia que los tratamientos conductistas que incluyen a toda la familia dan buenos resultados. Estas intervenciones entrenan a los padres (P) en técnicas como el reaseguro de algunas conductas, el control de estímulos y la reestructuración del entorno del niño obeso. El tratamiento conjunto de los P y los hijos (H) puede generar beneficios mayores para ambos, aunque los resultados a largo plazo muestran que los H mantienen el peso y los hábitos saludables por más tiempo que los P.
La mayoría de los estudios muestran que si los P bajan más de peso, los H también mejoran más. Las publicaciones sugieren que las modificaciones en el patrón de alimentación y actividad física que incluyen a toda la familia se mantienen durante más tiempo.
Objetivo:
Evaluar si el descenso de peso (DP) de los P es un predictor del DP de los H desde el inicio del tratamiento hasta los 2 años de seguimiento.
Métodos:
Se incluyeron 1 P y 1 H de 142 familias que se enrolaban en los programas de DP de la Universidad de Buffalo. Los H tenían un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o mayor al percentilo 85. Los P tenían un IMC igual o mayor al percentilo 70.
Se les tomo el peso, talla e IMC. Se estimó el nivel socioeconómico. Todos se evaluaron al inicio, 6, 12 y 24 meses.
Los programas basaron la educación alimentaria en la dieta del semáforo: se categorizan los alimentos en verdes, amarillos o rojos de acuerdo a su tenor graso y calidad de nutrientes. Las familias debían limitar la disponibilidad de los alimentos rojos y favorecer el
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