Investigación Clínica en Atención Primaria | 21 OCT 04

¿Necesitamos una publicación modelo de artículos originales del campo de la Atención Primaria de la Salud?

A través de este artículo, los miembros del comité editorial de la revista "Archivos de Medicina Familiar y General" esperan que futuros lectores y futuros investigadores envíen sus trabajos con el objetivo de que sus conocimientos puedan ser difundidos donde sea útil su aplicación.
Autor/a: Dres. Ciapponi A. , Terrasa S. 
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo
Desarrollo

En este artículo editorial se describe una de las trampas en las que se encuentra atascada la generación y difusión de conocimientos científicos en el mundo subdesarrollado. Además de la escasez de financiamiento y de las dificultades para acceder al mismo por parte de los investigadores locales, estos privilegian el envío de sus manuscritos a publicaciones internacionales, quedando las revistas locales condenadas a recibir lo que ha sido rechazado del exterior.  Se investiga poco, se publica menos y se encuentra lo publicado para su aplicación local, menos aún. La política del CONICET, que privilegia a los investigadores con publicaciones en revistas internacionales de alto impacto, estimula el mantenimiento de este círculo vicioso.

Para intentar responder esta pregunta comenzaremos diciendo que las deficiencias en Argentina, Latinoamérica y el mundo subdesarrollado en general, respecto de la llamada "literatura gris" -la que no llega a publicarse- es muy grande. Esta enorme cantidad de información proveniente de todo el país jamás llega a ser conocida por otros investigadores, decisores en salud y menos aún, pacientes.

Existen encomiables esfuerzos por superarlo como la creación de la Red Nacional de Información en Ciencias de la Salud (RENICS) dependiente de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). Se trata de un conjunto de unidades de información que actúan de forma descentralizada en el procesamiento de material e integran y coordinan recursos y servicios a lo largo del país.
Sin embargo estos esfuerzos se potenciarían si actuáramos un escalón antes, garantizando la existencia de publicaciones nacionales indizadas en las principales bases de datos electrónicas nacionales e internacionales.

Por otro lado una de las principales barreras con las que nos topamos, surge de los propios profesionales de la salud, paradójicamente unos de los principales beneficiarios del acceso a la información médica local. Este tipo de dificultades fue reflejada por una interesante nota editorial de un matutino local titulada "Publicar o perecer " y las respuestas que se generaron en parte de la comunidad científica incluyendo la mesa redonda "El sistema de evaluación de los trabajos publicados en relación con el futuro de las revistas científicas" durante las XIX Jornadas Argentinas de Botánica (San Luis, Octubre, 2003). En la misma se hace referencia a la famosa frase repetida entre los investigadores angloparlantes que sintetiza las presiones que imperan en el mundo de la ciencia: publicar o perecer (del inglés "publish or perish"). Esta frase refleja que la única manera de existir y de acceder a las alturas del sistema científico, es publicando regularmente trabajos de investigación.

Claro que no cualquier órgano de difusión "vale" lo mismo. En Argentina, para que un investigador pueda dirigir a un becario, tener subsidios o ser promovido en el escalafón del CONICET, debe tener publicaciones en revistas con "impacto". Es decir, que figuren en el Science Citation Index (SCI), un banco de datos internacional que registra artículos de aproximadamente 3 300 de los alrededor de las 70 000 publicaciones científicas de todo el mundo. El SCI es producido por el Institute for Scientific Information (ISI), una compañía privada con base en Filadelfia y que exige de las publicaciones que incluye en su registro, entre otras cosas, el pago de una suscripción anual de varios miles de dólares.
Este sistema de evaluación que rige el trabajo de los científicos argentinos toma en cuenta, casi excluyentemente, las publicaciones en revistas internacionales. Una reciente estadística de artículos publicados en las principales revistas -del hemisferio norte, que son las que integran los índices más requeridos- es bastante elocuente: el 30% de los artículos corresponde a autores norteamericanos, el 8% a Japón y el 7% al Reino Unido. Los artículos locales representan el 0,35% del total. 

Por supuesto, esta situación plantea algunos problemas para quienes defendemos la necesidad de otorgar a las publicaciones científicas locales la importancia que merecen. Al elegirse publicaciones extranjeras de mayor impacto que las locales se promueve, desde hace años, la transferencia gratuita al exterior de los conocimientos que se generan aquí y se hiere de muerte a nuestras revistas ya que únicamente pueden publicar los trabajos rechazados en el exterior. Además debe considerarse que para encontrar información relevante local habrá que adquirirla afuera del país y traducirla, lo cual resulta casi aberrante o, por lo menos, poco económico. La editorialista se pregunta: ¿es conveniente someter automáticamente la producción científica local a los criterios de pertinencia y excelencia imperantes en otras comunidades de recursos, tamaño, y problemáticas económicas y culturales diferentes? ¿pierden nuestros científicos libertad creativa? ¿es posible -y conveniente- promover publicaciones regionales?

La política de desaliento de las publicaciones locales es nefasta no sólo para la cultura, sino también para la posibilidad de despegue del país. El absurdo ha llegado a su límite al colocar al Science Citation Index (SCI) como criterio de evaluación de las humanidades, lo cual es a todas luces inaplicable.  Sin embargo existen otros índices como Latindex, Citeseer, Citebase y Crossref, que el CONICET no utiliza. En INTERNET hay una serie de sitios que ofrecen indexación y publicación online, se describen en el cuadro 1.
Ya no se trata de publicar o no, sino de cómo o dónde. Los franceses, alemanes y muchos otros no han sido muy exitosos en la batalla por sus revistas nacionales, tratando de mantener el idioma y eso mismo ha pasado y pasa con revistas las argentinas y latinoamericanas. 

No sólo se trata de una desafortunada elección de los investigadores en cuanto al modo de dar a conocer nuestros resultados, sino también de la escasez de resultados, publicaciones, datos, financiamiento, etc., producidos por la ciencia y la tecnología de nuestros países que nos alejan de la posibilidad de imponer nuestro idioma y nuestras revistas.
Por otro lado, una fracción importante de la actividad científico-tecnológica nacional realizada por imperio del "publicar o perecer" no conviene al desarrollo nacional ni se orienta a resolver los problemas de nuestros sectores sociales, económicos o productivos ya que se adecua a la posibilidad de aceptación en publicaciones extranjeras. Pero si se eligen temas con el mero objetivo de ser aceptados en publicaciones extranjeras serán estas y no nuestras temas de interés local las que orienten nuestra investigación.  El tema también fue extensamente tratado en el número 4 del volumen 63 de 2003 de la revista Medicina (Buenos Aires) en tres editoriales: primero en una transcripción de un artículo de dos directores de Elsevier Science sobre "Los factores de impacto: uso y abuso " un segundo editorial titulado "El real valor de los factores de impacto " y un tercer editorial "Priorizar la creatividad sobre el factor de impacto ". El Dr. Christiane (Investigador emérito del CONICET y autor del último de los editoriales) afirma que el investigador trabaja y sus resultados deben publicarse d

 

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