En “Nature” | 03 NOV 22

Publican consenso científico sobre cómo terminar con la amenaza del coronavirus

Un panel de 386 expertos de todo el mundo, del que participaron cinco especialistas del CONICET, acordó 46 declaraciones y 57 recomendaciones para poner fin a este peligro mundial a la salud pública.

Un grupo multidisciplinario de casi cuatrocientos académicos de 112 países, articulados a partir de un estudio Delphi, arribó por consenso a una serie de declaraciones y recomendaciones destinadas a poner fin al COVID-19 como amenaza para la salud pública mundial. Del panel internacional, participaron una científica y cuatro científicos del CONICET de distintos institutos: Andrea Pineda Rojas, Jorge Aliaga, Rodrigo Quiroga, Daniel Feierstein y Daniel Maceira. Las 46 declaraciones y 57 recomendaciones consensuadas por el panel de expertos fueron publicadas el 3 de noviembre en la revista Nature.

“Los estudios Delphi se basan en un método iterativo en el cual un grupo de expertos responde un cuestionario con el objeto de obtener consenso sobre un tema. Las preguntas se van modificando en sucesivas etapas (o rondas) de acuerdo a la opinión de los participantes hasta que el proceso se estabiliza y quedan sólo aquellas declaraciones y recomendaciones que obtienen un alto grado de consenso. En este caso, se abordaron seis aspectos de la gestión de la pandemia que se consideran clave: 1) comunicación, 2) sistemas sanitarios, 3) vacunación, 4) prevención, 5) tratamiento y atención, y 6) desigualdades. Nosotros fuimos invitados a participar por haber estudiado y trabajado en algunos de esos temas”, explica Pineda Rojas, doctora en ciencias de la atmósfera y los océanos e investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA, CONICET-UBA).

El panel se conformó a partir de un grupo inicial que tomó la iniciativa de invitar (por medio de un mecanismo anónimo) a otros colegas a participar del estudio. “Creo que este mecanismo es muy adecuado para poder generar documentos que resuman características generales de situaciones donde siempre habrá diferencias regionales o nacionales”, señala el físico Jorge Aliaga, físico e investigador del Consejo en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN, UBA) y también profesor de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR).

Balances y perspectivas en torno a la pandemia

Amén de que actualmente el desarrollo de las vacunas y la implementación vacunación masiva lograron reducir considerablemente los riesgos vinculados a la pandemia de COVID-19, para los especialistas es muy importante atender a las recomendaciones consensuadas, no solo porque la pandemia aún no terminó y el virus que transmite el COVID-19 continúa mutando rápidamente, sino también porque la pandemia implica desafíos actuales vinculados a la elaboración de lo sucedido y a la construcción de aprendizajes que sirvan para no volver a cometer en el futuro ciertos errores que ocurrieron en el abordaje del COVID-19.

“En gran parte del mundo occidental no solo hubo fallas relevantes en la posibilidad de lidiar con la situación de incertidumbre que generó la aparición de un virus nuevo y desconocido, sino que, en el momento actual, hay una especie de pacto denegativo por el cual el tema ha desaparecido del debate público, en relación a observar la persistencia de secuelas, la potencialidad de mutaciones y, sobre todo, en la necesidad de elaborar los sufrimientos vividos y construir aprendizajes hacia el futuro. Este documento busca, por el contrario, colaborar en la construcción de un balance colectivo sobre el presente y futuro de las políticas de salud pública y prevención general”, indica Feierstein, sociólogo e investigador del CONICET en el Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (CEG, UNTREF).

Al respecto, Rodrigo Quiroga, bioquímico e investigador del Consejo en el Instituto de Investigaciones en Físico-Química de Córdoba (INFIQC, CONICET-UNC), agrega: “A pesar de la enorme reducción del riesgo que significó la vacunación masiva de la población, la COVID-19 sigue siendo la enfermedad respiratoria más grave en cuanto a cantidad de internaciones y fallecidos, y sabemos que incluso en casos leves puede generar un deterioro de la salud a largo plazo. Es un error equipararla a la gripe. Adicionalmente, el virus que la causa, SARS-COV-2 hace muy poco tiempo que infecta a seres humanos y su evolución continúa a pasos agigantados. Es importante que podamos ir adaptando nuestras respuestas frente a un virus que también se va adaptando. Un gran ejemplo es el reciente comunicado del Ministerio de Salud de Nación, que convoca a mayores de 50 años a colocarse una tercera dosis de refuerzo dado el impacto de las actuales olas de contagios en Europa”.

La pandemia y los problemas de comunicación

Uno de los aspectos del abordaje de la pandemia al que el documento consensuado presta mucha atención es el de la comunicación. De hecho, una de las recomendaciones con mayor consenso entre los expertos consultados señala que “los líderes comunitarios, los expertos científicos y las autoridades de salud pública deben colaborar para desarrollar mensajes de salud pública que mejoren la confianza individual y comunitaria y utilicen los medios preferidos de comunicación para diferentes poblaciones”.

De acuerdo con Feierstein, la importancia otorgada a la cuestión de la comunicación responde a que, durante la pandemia, uno de los errores más comunes, en muchos países del mundo, fue el de ignorar las numerosas mediaciones entre voluntad pública y comportamiento social. Para el sociólogo, esta relación no es ni automática ni transparente, sino que requiere tanto de niveles importantes de confianza en la palabra pública como de conocer las características de funcionamiento de las sociedades en las que se proponen medidas de acción pública. “Es por ello que muchas recomendaciones atienden a la necesidad de comprender estas mediaciones, a involucrar a un conjunto mucho mayor de actores sociales y a recomponer la posibilidad estatal de diseño e implementación de políticas de prevención en salud”, advierte.

Pandemia y desigualdad

Las posibilidades de dar respuesta a la pandemia fueron muy desiguales a lo largo del globo, así como al interior de las distintas sociedades. En ese sentido, hay un importante consenso entre los expertos en que la decisión de la mayoría de los países de ingresos altos de proteger los derechos de propiedad intelectual de las vacunas y los tratamientos contra la COVID-19 contribuyó a que las opciones para afrontar la pandemia disponibles en los países de ingresos bajos y medianos fueran limitadas.

 

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