El hogar es mejor que el centro de rehabilitación | 21 MAR 17

Recuperación de la cirugía de reemplazo de rodilla o cadera

La investigación muestra que a los pacientes les va bien, a veces mejor, si les dan de alta y se van a su casa, aunque vivan solos

Los pacientes que se van a casa del hospital justo después de una cirugía de reemplazo de cadera o rodilla se recuperan igual de bien, o mejor que, los que primero acuden a un centro de rehabilitación, indica una nueva investigación.

Y eso incluye a los que viven solos sin familiares o amigos, muestra uno de tres estudios.

"Podemos afirmar confiadamente que recuperarse de forma independiente en casa no pone al paciente en un mayor riesgo de complicaciones o dificultades, y que la gran mayoría de pacientes estuvieron satisfechos", comentó el coautor del estudio, el Dr. William Hozack, profesor de cirugía ortopédica en el Instituto Rothman de la Facultad de Medicina de la Universidad de Thomas Jefferson, en Filadelfia.

Hozack anotó que aunque en el pasado "no era poco común que los pacientes ingresaran a un centro de rehabilitación para recibir fisioterapia adicional", la mayoría de pacientes de hoy día no terminan yendo a un centro secundario.

De hecho, alrededor de un 90 por ciento de los pacientes de reemplazo de articulaciones de Hozack reciben el alta para irse directamente a casa tras la cirugía, dijo.

"Unas evidencias considerables ya han mostrado que a la mayoría de pacientes les va igual de bien en casa", anotó.

Hozack y sus colaboradores presentaron sus hallazgos el jueves en San Diego en una reunión de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (American Academy of Orthopaedic Surgeons, AAOS).

Dos otros estudios presentados en la reunión también encontraron que recuperarse en casa podría ser una mejor opción.

Un estudio halló que los pacientes que son dados de alta y van directamente a casa tras un reemplazo total de rodilla se enfrentan a un riesgo más bajo de complicaciones y readmisión al hospital que los que primero van a un centro de rehabilitación para pacientes internos. El estudio fue dirigido por el Dr. Alexander McLawhorn, cirujano ortopédico de cadera y rodilla en el Hospital de Cirugías Especiales, en la ciudad de Nueva York.

McLawhorn también formó parte de un segundo estudio del Hospital de Cirugías Especiales, dirigido por Michael Fu. Ese estudio encontró que los pacientes de reemplazo de cadera admitidos a un centro para pacientes internos en lugar de ser enviados a casa se enfrentaban a un riesgo más alto de complicaciones respiratorias, de las heridas y urinarias, y a un riesgo más alto de readmisión al hospital y muerte.

La Dra. Claudette Lajam, directora de seguridad ortopédica en Langone Orthopaedics de la NYU, en la ciudad de Nueva York, no participó en los estudios, pero está de acuerdo con que la recuperación en casa es la mejor opción para la mayoría de los pacientes.

"El ambiente en casa es en sí la mejor forma de que la gente vuelva a su rutina lo antes posible tras la cirugía", dijo.

"En algunos casos, esto no puede hacerse", reconoció Lajam. "Algunos pacientes viven en ambientes que son inaccesibles, [por ejemplo] un apartamento en un quinto piso sin ascensor en que el paciente tendría que bajar las escaleras para dejar entrar al enfermero y al terapeuta que le visiten". En algunos pacientes, la ansiedad sobre el proceso de recuperación también podría plantear dificultades, añadió.

Pero "estar en un ámbito institucional tras la cirugía solo refuerza la idea de que el paciente está 'enfermo'", añadió Lajam. "Hemos aprendido que ese tipo de idea ralentiza la recuperación. Queremos que nuestros pacientes de reemplazo total de articulaciones comiencen a usar sus nuevas articulaciones lo antes posible, y quedarse en la cama en un centro de rehabilitación no es la forma de lograrlo".

Como los ambientes del hogar varían, Hozack y sus colaboradores tenían la intención de ver si a los pacientes que viven solos les va igual de bien que a los que viven con otros.

Los 769 pacientes inscritos en el estudio del equipo de Hozack fueron a casa tras un reemplazo total de cadera o de rodilla. De ellos, 138 vivían solos (más o menos un 18 por ciento).

Una vez en casa, todos fueron evaluados a múltiples niveles, incluyendo la funcionalidad (la capacidad de moverse), los niveles de dolor, las readmisiones al hospital, las visitas al departamento de emergencias, las visitas no programadas al médico, la dependencia de dispositivos que ayudan a caminar, y el tiempo que pasó antes de que pudieran volver al trabajo o a conducir.

El equipo de Hozack no observó diferencias en ninguna medida. Y aunque los que vivían con otras personas indicaron unos niveles de satisfacción relativamente más altos a las dos semanas, a los tres meses no hubo ninguna diferencia apreciable entre los dos grupos.

"Creemos que devolver pronto la independencia a los pacientes es la mejor forma de fomentar una recuperación segura y efectiva", enfatizó Hozack. Su equipo concluyó que los pacientes que viven solos que van directamente a casa pueden anticipar que les irá igual de bien que los que tienen a alguien que vive con ellos para darles respaldo.

Un estudio reciente de la Clínica Mayo calculó que entre 2000 y 2010, la cantidad de estadounidenses que se sometieron a una cirugía de reemplazo de caderas aumentó en más del doble, al subir de poco menos de 140,000 a más de 310,000 al año.

Por otro lado, las cifras de la AAOS indican que en 2010 se realizaron más de 650,000 procedimientos de reemplazo de rodilla, y alrededor de un 90 por ciento fueron reemplazos totales de rodilla.

 

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