Influencia del estilo de vida a un nivel molecular | 22 AGO 16

Una dieta saludable y el ejercicio podrían ayuda en el Alzheimer

Un estudio encontró que las personas que son activas y comen bien tienen menos efectos cerebrales vinculados

Una dieta saludable y el ejercicio regular podrían ser las claves para mantener el cerebro libre de los cambios que conducen a la enfermedad de Alzheimer, sugiere un pequeño estudio.

Los investigadores estudiaron a 44 pacientes de 40 a 85 años de edad que tenían problemas leves de memoria. Encontraron que los cerebros de los que seguían una dieta mediterránea y eran físicamente activos tenían menos placas y nudos, una característica del Alzheimer, que aquellos cuyas dietas eran menos saludables y eran menos activos.

"Se sabe que la enfermedad de Alzheimer es incurable, pero hasta hace poco no se había pensado que puede ser prevenible", comentó el investigador líder, el Dr. David Merrill, profesor clínico asistente de psiquiatría y ciencias de la conducta de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA, en Los Ángeles.

Numerosos estudios han sugerido que un estilo de vida saludable se relaciona con un encogimiento cerebral reducido y unas tasas más bajas de atrofia en el tejido del cerebro, señaló.

Pero este es el primer estudio en mostrar la forma en que los factores del estilo de vida influyen de forma directa en los niveles de depósitos anómalos de proteína en el cerebro que hace mucho se han vinculado con la enfermedad de Alzheimer. Además, los sujetos del estudio fueron personas con pérdida sutil de la memoria que todavía no habían sido diagnosticadas con demencia, anotó Merrill.

"El hecho de que pudiéramos detectar esta influencia del estilo de vida a un nivel molecular en un paciente con síntomas tan iniciales nos sorprendió", dijo.

Los hallazgos refuerzan la importancia de vivir una vida saludable para la "prevención del desarrollo de la patología cerebral del Alzheimer, incluso antes del desarrollo de una demencia clínicamente significativa", planteó Merrill.

El informe aparece en la edición del 16 de agosto de la revista American Journal of Geriatric Psychiatry.

En el estudio, Merrill y sus colaboradores sometieron a los pacientes a TEP para determinar los niveles de depósitos de proteína en sus cerebros. Los investigadores observaron en específico los niveles de los depósitos de beta amiloidea en los espacios entre las células nerviosas, además de los nudos, que son ovillos de la proteína tau dentro de las células del cerebro. Ambos son indicadores del Alzheimer.

Los investigadores encontraron que los factores del estilo de vida, como un peso sano, la actividad física y una dieta mediterránea se vinculaban con unos niveles más bajos de placas y nudos.

 

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