Más del doble | 16 AGO 16

Vinculan las infecciones graves con el riesgo de suicidio

Un estudio danés descubre una asociación mayor para las personas hospitalizadas con el VIH o hepatitis

Las personas hospitalizadas por infecciones graves podrían enfrentarse a un aumento del riesgo de fallecer por suicidio, y los investigadores sospechan que hay una razón biológica para ello.

En un estudio de más de 7 millones de personas, los investigadores daneses hallaron que los que habían sido hospitalizados por infecciones tenían un 42 por ciento más de probabilidades de fallecer por suicidio que las que no tenían antecedentes de infección grave.

"Sabemos que la inflamación puede provocar síntomas depresivos"

Las personas hospitalizadas por el VIH/SIDA o hepatitis (una infección del hígado) mostraron un riesgo más alto: más del doble que las personas sin esas enfermedades, según el estudio.

Aunque el estudio no pudo demostrar un vínculo de causa y efecto, los autores del estudio y al menos una experta en la salud cerebral creen que el riesgo más alto de suicidio después de una infección quizá no refleje simplemente el impacto psicológico de la enfermedad grave. En lugar de eso, las infecciones podrían contribuir directamente al riesgo de suicidio al causar una inflamación en el cerebro.

"Sabemos que la inflamación puede provocar síntomas depresivos", dijo la Dra. Lena Brundin, profesora asociada del Centro de Ciencias Neurodegenerativas del Instituto de Investigación Van Ande, en Grand Rapids, Michigan.

Eso, dijo, se basa en evidencias tanto en animales como en seres humanos. Por ejemplo, el fármaco interferón fortalece la respuesta inflamatoria del sistema inmunitario y hasta un 45 por ciento de los pacientes desarrollan una depresión durante el tratamiento, según Brundin. El interferón se usa para tratar ciertas infecciones y algunos cánceres, según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.

El nuevo estudio es importante, en parte, porque es inmenso, según Brundin. Dijo que refuerza la idea que han ofrecido estudios más pequeños: la depresión, y la conducta suicida, quizá sean trastornos inflamatorios hasta cierto punto.

Brundin escribió un editorial publicado con los hallazgos el 10 de agosto en la revista JAMA Psychiatry.

Para el estudio, los investigadores usaron el sistema de registros nacional de Dinamarca para recoger datos de más de 7 millones de personas que vivían en el país entre 1980 y 2011. Durante ese periodo, más de 800,000 (el 11 por ciento) fueron hospitalizados por una infección, como el VIH, la hepatitis o infecciones en los pulmones, el sistema digestivo, la piel o la sangre.

Según los certificados de defunción, casi 32,700 personas fallecieron por suicidio durante el periodo de estudio de 32 años. Casi una cuarta parte de ellas habían sido hospitalizadas alguna vez por una infección, mostró el estudio.

Cuando los investigadores observaron con mayor profundidad, descubrieron que las personas hospitalizadas por la mayoría de tipos de infecciones tenían una tasa elevada de suicidio; la única excepción fueron las infecciones relacionadas con el embarazo.

Y cuantas más infecciones habían contraído las personas, o cuanto más duraba su tratamiento, mayor era el riesgo de suicidio.

"Hay muchos mecanismos potenciales que podrían vincular las infecciones con la muerte por suicidio", dijo la investigadora principal, Helene Lund-Sorensen, del Centro de Salud Mental de Copenhague, en Dinamarca.

 

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