Colitis ulcerosa | 26 MAY 16

Trasplante de heces alivió una colitis difícil de tratar

Alivió los síntomas y curó el colon de 1 de cada 4 pacientes

Unos trasplantes de heces ayudaron a aliviar los debilitantes síntomas y a sanar el colon de pacientes con colitis ulcerosa difícil de tratar, muestra una investigación reciente.

Los científicos australianos afirman que los hallazgos podrían preparar el camino para que esos trasplantes se utilicen de forma más generalizada. Transferir materia fecal de donantes sanos a esos pacientes altera la composición de las bacterias intestinales, superando así uno de los principales factores de la colitis ulcerosa, afirmaron los expertos.

"Los hallazgos no nos sorprendieron del todo, dado que... estudios más reducidos, junto con experiencias no publicadas, sugerían que los trasplantes repetidos de microbiota fecal podrían ser un tratamiento efectivo para la colitis ulcerosa", comentó el autor del estudio, el Dr. Sudarshan Paramsothy, gastroenterólogo de la Universidad de Nueva Gales del Sur. "Este estudio muestra que [los trasplantes de heces] son una opción terapéutica muy promisoria para los pacientes de colitis ulcerosa".

Hasta 700,000 estadounidenses sufren de colitis ulcerosa, una enfermedad crónica que se cree que tiene su origen en una respuesta anómala del sistema inmunitario, según la Crohn's and Colitis Foundation of America. La afección hace que el revestimiento del colon se inflame y desarrolle minúsculas úlceras abiertas. Sus síntomas incluyen heces sanguinolentas, dolor abdominal y diarrea persistente.

Actualmente, los trasplantes de heces (un concepto que según los expertos reconocen, provoca cierta reacción de "asco") son el tratamiento estándar solo para las infecciones gastrointestinales virulentas con la Clostridium difficile. Esas infecciones son potencialmente letales.

En tres centros de estudio australianos, Paramsothy y su equipo analizaron a 81 pacientes de colitis ulcerosa cuya enfermedad había resultado resistente a tratamientos estándar, como los esteroides o los antiinflamatorios.

Los participantes se dividieron al azar en dos grupos: 41 recibieron trasplantes fecales repetidos durante ocho semanas, y los demás un placebo.

La materia fecal usada para los trasplantes se había derivado de al menos tres donantes por participante, para minimizar las probabilidades de que las bacterias intestinales de un donante único pudieran sesgar los resultados.

Las heces de los donantes se homogenizaron y se filtraron, entonces se congelaron para su almacenamiento, antes de su infusión como enema de "suspensión" líquida directamente en el recto, explicó Paramsothy. Se necesitaron donaciones múltiples para suplir las 40 infusiones que necesitaba cada uno de los pacientes que recibieron los trasplantes de heces, que administraron sus propias infusiones tras el primer tratamiento.

"Siempre que se [usa] un producto biológico hay un riesgo de transmisión de una infección, pero esto puede minimizarse mediante una evaluación exhaustiva de los antecedentes [y] pruebas de los patógenos conocidos en sangre y heces", señaló.

 

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