Un conmovedor film documental | 16 SEP 15

"Salud rural"

La vida de un médico rural en un film cargado de emociones y con una estética admirable.
Fuente: IntraMed 

Entre las muchas formas de la injusticia de la sociedad en que vivimos, hay una particularmente irritante: la constante exhibición de la superficialidad y la estupidez. Es una felicidad ver el film de Darío Doria y comprobar que no siempre es así. En un documental íntimo y sensible se nos muestra la vida cotidiana de un "hombre afortunado" como el que describe el enorme John Berger en su indispensable libro. Imágenes y sonidos de una belleza profunda y sin estridencias nos permiten ingresar en el mundo de un médico rural. Acá nadie grita, no hay raptos de egomanía, sino la humildad y la ternura de alguien que sabe lo que hace y no necesita montar el patético espectáculo de su narcisimo para hacerse ver. Doria nos abre la puerta a lo más profundo de la personalidad del Dr. Arturo Serrano. A su ejercicio profesional a plena consciencia, a su ternura humana a flor de piel. La empatía es la habilidad de ponerse en el lugar del otro y de hacer algo para ayudarlo. No se trata de una mera preocupación intelectual sino de una intervención activa y solidaria. En este admirable film  eso se nos muestra con una dimensión estética cargada de silencios y de claroscuros que renuncian al vértigo superfluo de la histeria colectiva. Es una película indispensable, no solo si es usted médico, estudiante o paciente, es imperativo verla con nuestros hijos para ofrecerles una mirada diferente acerca de qué significa darle sentido a la existencia. En medio del dolor y del padecimiento de la enfermedad hay un hecho paradójico y contradictorio, es ésta una obra cargada de esperanza. Una crónica real y bellísima de algo que el alarido tóxico de la comunicación que nos invade se encarga de ocultar: que es la buena gente la que hace mejor al mundo.

Daniel Flichtentrei


SINOPSIS

Un  pequeño  pueblo  santafecino,  un  hospital  rural  y  allí  un  médico que atiende a sus pacientes, que los ausculta, que les controla la presión y les ajusta la medicación,  pero por sobre todo un médico que se sienta a  charlar  largo  y  tendido  con  ellos.  Llevando  consigo todo  lo  que  necesita, maletín en mano,  el doctor Serrano  también  visita  a  quienes  no pueden  llegarse hasta el hospital. Cada consulta en el hospital, cada visita domiciliaria cuenta una pequeña historia y todas ellas, ensambladas, conforman éste film documental. 


SALUD RURAL / RURAL HEALTH - TRAILER from Sudoeste Cine on Vimeo.

Estreno: 26 de septiembre en el Cine Belgrano (Espacio INCAA - Rafaela - Santa Fe), la sala de cine más cercana a Santo Domingo, el pequeño pueblo donde vive y atiende el Dr. Arturo Serrano, el protagonista de nuestra película. Luego seguimos por Rosario, Santa Fe, Rufino, Venado Tuerto, San Juan, La Pampa, Cordoba capital, etc.


MOTIVACION

En el año 2002 por cuestiones laborales conocí a un médico rural que trabajaba en Río Mayo, un pequeño pueblo ubicado en la ventosa estepa patagónica. Por entonces yo formaba parte de un equipo de rodaje y el Dr. Perea nos dio una maravillosa entrevista. Las historias que nos relató fueron muchas y en todas ellas daba cuenta de la dignidad con la que los habitantes de esos parajes encaraban la vida, las enfermedades y la muerte: “Mis pacientes saben enfrentar las cosas cuando las cosas no van del todo bien”… nos dijo con cierto orgullo y admiración.

“Mis pacientes saben enfrentar las cosas cuando las cosas no van del todo bien”… nos dijo con cierto orgullo y admiración.

Los relatos de éste entrañable médico rural hablaban de sus pacientes, pero también de su sentir la medicina como un arte centrado, esencialmente, en la capacidad de escucha e interacción humana.
La medicina actual es tecnológica, científica, eficaz. Los médicos disponen de imágenes y estudios de alta complejidad, realizan diagnósticos precisos e indican tratamientos acordes pero a menudo no pueden comprender ni mucho menos enfrentar o acompañar el sufrir de sus pacientes.

Los relatos de éste entrañable médico rural hablaban de sus pacientes, pero también de su sentir la medicina como un arte centrado, esencialmente, en la capacidad de escucha e interacción humana.

Jaime Etcheverry, médico, científico y ex rector de la Universidad de Buenos Aires, escribió: “En la introducción del famoso Tratado de Medicina Interna de Harrison figura esta frase sugestiva: "El verdadero médico tiene una amplitud de intereses shakesperiana: se interesa en el sabio y en el simple, en el orgulloso y en el humilde, en el héroe estoico y en el villano doliente. Cuando es capaz de demostrar todos esos intereses, el médico se involucra en historias humanas particulares. Eso no es materia de la ciencia sino de lo poético. Se manifiesta en el ámbito de la particularidad, la paradoja y las pasiones. Al médico se le descubre el drama de las vidas individuales, uno de los privilegios de su actividad. Ve a las personas en sus mejores aspectos y también en sus peores circunstancias. Las ve estoicas y vulnerables, devastadas y entusiasmadas. Y, si presta atención, en el proceso aprende algo de lo que significa ser humano”.

Al médico se le descubre el drama de las vidas individuales, uno de los privilegios de su actividad. Ve a las personas en sus mejores aspectos y también en sus peores circunstancias.

Me hubiese gustado filmar al doctor Perea junto a sus pacientes pero no pudo ser, tiempo después de darnos aquella entrevista se jubiló y se fue a vivir a Comodoro Rivadavia. Luego me pasé diez años buscando. Encontrar un médico en actividad que sienta y practique la medicina de igual manera que Perea no me resultó sencillo. A simple vista, los médicos se parecen, pero no, por desgracia son pocos los que, como Enrique Perea y Arturo Serrano, tienen esa amplitud shakesperiana de la que se habla en el tratado de Harrison, esa que los involucra en cuerpo y alma (1).

No quiero ponerme dramático ni pesado con esto, pero cuando enfermamos o alguien cercano se enferma las preocupaciones del día a día pasan a ser otras, distintas. Escucharlas, reconocerlas, comprenderlas. Ojalá que éste documental nos anime a reflexionar sobre nuestra posición frente a las enfermedades y dolencias propias del vivir, y nos muestre, también, que hay otra manera de cuidar y acompañar a nuestros enfermos, seguramente menos tecnológica, menos radiológica, pero mucho más cálida, contemplativa y humana.

(1) La Dra. Mariela Bertolino, coordinadora de la unidad de cuidados paliativos del hospital Tornu (CABA) también tiene esa maravillosa virtud.


INFORMACION

EL MEDICO


Arturo Serrano nació en San Juan en 1954, estudió la carrera de medicina en la Universidad Nacional de Córdoba e hizo la residencia en la ciudad de Santa Fe.

Es especialista en medicina generalista y de familia, fue docente de Epidemiología y Medicina Preventiva en la UDA - Universidad Nacional de Rosario. Además ha sido el fundador y presidente de Asociación Santafesina de Medicina General y Familiar ASMGyF y de la Federación Argentina de Medicina General. Ha participado y disertado en infinidad de congresos y publicado estudios científicos en varias oportunidades.

 

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