Salud y medio ambiente | 13 ABR 15

El ejercicio contrarresta los efectos nocivos de la contaminación del aire

Los efectos beneficiosos del ejercicio son más importantes para nuestra salud que los efectos negativos de la contaminación del aire, así lo indica un estudio de la Universidad de Copenhague, en colaboración con otras instituciones como el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental.

CREAL

Una nueva investigación de la Universidad de Copenhague, en colaboración con otros organismos como el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), el Centro de Investigación del Cáncer de Dinamarca y el Imperial College de Londres, ha encontrado que los efectos beneficiosos del ejercicio son más importantes para nuestra salud que los efectos negativos de la contaminación del aire, relacionados con el riesgo de mortalidad prematura. En otras palabras, los beneficios del ejercicio son mayores que los efectos nocivos de la contaminación del aire.

El estudio muestra que a pesar de los efectos adversos de la contaminación atmosférica sobre la salud, la contaminación del aire no debe percibirse como una barrera para dejar de ejercitar en las zonas urbanas. "Incluso para los que viven en las zonas más contaminadas de Copenhague, es más saludable salir a correr, caminar o ir a trabajar en bicicleta que  permanecer inactivo", dice la profesora asociada Zorana Jovanovic Andersen, del Centre for Epidemiology and Screening en la Universidad de Copenhague.

La contaminación del aire no debe percibirse como una barrera para dejar de ejercitar en las zonas urbanas

La contaminación del aire, ¿una barrera para el ejercicio?

Es conocido que la actividad física reduce el riesgo de mortalidad prematura, mientras que la contaminación del aire aumenta este riesgo. La actividad física amplifica el volumen de respiración, así como la acumulación de contaminantes del aire en nuestros pulmones, lo que puede aumentar los efectos nocivos por contaminación del aire durante el ejercicio.

"La contaminación del aire se percibe, a menudo, como una barrera para realizar ejercicio en las zonas urbanas. Pero, debido a la creciente carga de salud por el aumento de la falta de actividad física y la obesidad en la sociedad moderna, nuestros resultados apoyan los esfuerzos en la promoción del ejercicio, incluso en las zonas urbanas con alta contaminación", explica Andersen, primera autora del estudio.

"Aconsejamos a la gente que haga ejercicio en zonas verdes, parques y bosques donde la contaminación del aire es baja y que lo realice lejos de las carreteras"

"Por otro lado, aconsejamos a la gente que haga ejercicio en zonas verdes, parques y bosques donde la contaminación del aire es baja y que lo realice lejos de las carreteras más transitadas, cuando sea posible", explica el coordinador del estudio, el Prof. Mark Nieuwenhuijsen, investigador del CREAL, centro de la alianza ISGlobal.

Participaron 52.061 personas de Aarhus y Copenhague

Este es el primer gran estudio de cohorte prospectivo poblacional que ha analizado los efectos conjuntos de la actividad física y la contaminación atmosférica sobre la mortalidad. Se basa en datos de alta calidad, tanto en la actividad física como de la exposición a la contaminación del aire.

 

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