| 12 MAR 14

La World Wide Web cumple 25 años

El 12 de marzo de 1989, el investigador británico Tim Berners Lee describió en un informe para el CERN el protocolo para la transferencia de hipertextos, lo que un año después sería la World Wide Web.
Fuente: El Pais.es http://www.madrimasd.org

 Las impronunciables tres W que preceden a la mayoría de direcciones de Internet nacieron ahora hace justo 25 años. Su inventor, un nombre ya mítico, fue Tim Berners-Lee; y, por una vez, el lugar a este lado del Atlántico, concretamente en una oficina del edificio número 31 del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), cerca de Ginebra.

 
Berners-Lee no inventó Internet. La red global se diseñó a mediados de los 70 y empezó a funcionar oficialmente en 1983, fruto de un proyecto de origen militar. Internet es básicamente hierro: Enjambres de ordenadores conectados entre sí, que comparten un protocolo o normas de conexión: Algo así como la lingua franca que les permite entenderse unos con otros. Y gracias a eso pueden ofrecer ciertos servicios como el correo electrónico o la transferencia de datos. 
 
La Web, así, con mayúscula, en cambio, es intangible: La componen documentos, imágenes, sonidos repartidos por todo el mundo... Se estima que su volumen puede estar por los 1.5 zettabytes. Y aumentando, de minuto en minuto. El prefijo zetta implica un uno seguido de 21 ceros... Por encima de él solo queda definido el prefijo yotta (24 ceros). Después, habrá que inventar nuevas palabras.
 
El propio Berners-Lee describe ambos (Internet y la Web) como millones de elementos conectados entre sí. Pero mientras que en Internet son ordenadores conectados por cables y otros medios físicos, la Web es mucho más abstracta: una telaraña de información, en la que las conexiones son los enlaces de hipervínculo. Cada vez que, en su PC, usted hace clic sobre una palabra subrayada, que le conduce a otra página, está utilizando una de esas conexiones. 
 
La idea de la Web no fue fruto de una repentina inspiración. Berners-Lee había empezado a trabajar en el CERN en 1980. Allí trabajaban entonces unas 10.000 personas, diseminadas por muchos centros, que se comunicaban entre sí por los únicos medios disponibles: Simple correo electrónico o envío de ficheros. 
 
Pongamos las cosas en perspectiva: En 1980 Windows todavía no existía. La mayor parte de ordenadores personales funcionaban en MS-DOS: Simples líneas de texto verde sobre fondo negro. Las pantallas con capacidad gráfica, todavía con prestaciones muy primitivas, estaban reservadas solo a algunos privilegiados. En un disquete cabía entre un cuatro y medio megabyte. Un disco duro de 10 megas (del tamaño de una ensaimada y que requería cerca de un minuto para acelerar) era casi un lujo asiático. Internet existía, pero solo como soporte de correo electrónico, transferencias de archivos y algunos servicios de pago, que ofrecían descargas de información. La conexión, para el común de los mortales, pasaba por utilizar un módem sobre la línea de teléfono analógica. 
 
El primer trabajo de Berners-Lee en el CERN fue diseñar Enquire, una base de datos que con la que intentaba sistematizar las montañas de información inconexa que empezaban a acumularse. Enquire funcionaba a base de un sistema de tarjetas de información, que podían relacionarse unas con otras. Se implantó en el CERN, pero no era un sistema muy flexible, sobre todo porque cada introducción de nueva información resultaba complicada. 
 
Berners-Lee dejó el CERN a finales de 1980, estuvo unos años trabajando en la industria y regresó en 1989, cuando el CERN era ya uno de los mayores nodos de Internet a este lado del Atlántico. Es entonces cuando -con la colaboración de Robert Caillau- presentó una propuesta para establecer un sistema de archivo de documentación mediante el uso de conexiones entre documentos de una forma más simple. Para añadir un enlace a Enquire, había que modificar la ficha del documento referenciado; el nuevo sistema permitía acceder a él simplemente indicando su 'dirección' en la red. Era el germen de la Web. 
 
La propuesta original -de la que ahora se cumple el cuarto de siglo- tenía solo 20 páginas, incluyendo unos pocos diagramas y ejemplos. Hacia el final se estimaba que bastarían dos personas para completar el proyecto inicial en un plazo de entre seis y 12 meses. 
 
El director del departamento, Mike Sendall, acogió con interés la idea. Escribió en su primera página la escueta nota "Propuesta vaga pero emocionante...", le dio su apoyo y el proyecto echó a andar. 
 
El primer servidor de la Web fue un ordenador NeXT
 

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