Por el Dr. Dr. Norberto Schenquerman | 16 ENE 12

Patologías del siglo XXI

¿Nuevas subjetividades, nuevas adicciones, nuevos pacientes?” En el campo de la salud sental se visualiza un escenario donde la patología del desvalimiento está cada vez más presente.
Autor/a: Dr. Norberto Schenquerman 

Introducción

1. Problemáticas inherentes a  la Clínica de las Patologías actuales:

Una cosmovisión acerca de las problemáticas inherentes a la Clínica de las Patologías del Siglo XXI permite aseverar el incremento de fenómenos disruptivos imbricados con un déficit del desarrollo narcisista que se concatenan con angustias masivas que atraviesan la subjetividad.

Aspectos  comportamentales y vivenciales

- Vivencias de vacío
- Escisión yoica
- Borramiento de la identidad
- Desorganización de la personalidad
- Polimorfismo sintomático
- Caracterología inestable y escindida
- Patología dual: coexistencia de trastorno psiquiátrico y adicción

Se observa así una sociedad donde confluyen globalización y fragmentación, lo cual nos lleva a interrogarnos a los profesionales de la salud mental acerca de la aparición de nuevas, subjetividades, nuevos pacientes y nuevas adicciones.

► Un desafío para las nuevas fronteras de la psiquiatría
 
2. Dinámica objetal en las adicciones

O. Kernberg alude que, ante la ausencia de un yo cohesivo y de mecanismos de defensa evolucionados,  las adicciones se perfilan como un cuadro clínico que no se lo puede ubicar dentro de una única estructura psicopatológica.

Las características pendulares y heterogéneas que posee sitúan a este cuadro, generalmente, entre  los trastornos narcisistas, y en otras instancias, dentro de los pacientes fronterizos o psicosis, acorde a su co-morbilidad.

Patrón conductual

- Conciencia afectiva versus descarga suprimida.
- Sentimientos grandiosos del Self
- Intolerancia a la frustración e impulsividad
- Aislamiento narcisista
- Oscila entre el sometimiento  omnipotente o rebeldía desafiante

Este circuito adictivo se observa tanto en la ingesta de sustancias psicotrópicas o  en los diversos tipos de socio-adicciones y genera:

- Intoxicación Libidinal
- Ansiedad Generalizada De Aniquilación
- Angustia Hipoconddríaca
- Incapacidad De Simbolizar

►Si no hay acto no es posible hablar de adicción

3. Articulación entre el Psicoanálisis  y la Psiquiatría

En el campo de la salud sental se visualiza un escenario donde la patología del desvalimiento está cada vez más presente, generando,  una carencia representacional, una abolición yoica y una estasis, traducida en una retracción libidinal.

El Psicoanálisis aborda la totalidad de los fenómenos psíquicos y sus múltiples interacciones desde un enfoque “holístico.

Este modelo teórico-clínico  se apoya en los siguientes pilares: validación de  la significación inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios, etc.) habilitando así la elaboración de las efracciones u heridas implicadas en la vida anímica.

Cuando Freud era joven y trataba de ligar los procesos mentales y neuronales  no había conocimiento disponible sobre el cerebro para sustentar esa fusión. (Proyecto de una Psicología para Neurólogos, 1895).

En las últimas décadas la Neurociencia ha enfocado a las dinámicas emocionales de manera más fusional.

Con los avances en las técnicas de neuroimágenes  se constató que los circuitos del dolor y la secreción de opioides internos y feromonas se modifican ante la expectativa creada por el   “elemento- placebo”. Estos cambios neurobiológicos se producen no sólo sobre la generación del dolor sino además sobre su percepción/ representación.

La articulación entre el Psicoanálisis y la Psiquiatría contemporánea ha implicado un cambio de paradigma pues representa un eslabón multimodal  para encarar en la praxis el sufrimiento psíquico. 

►Lo latente de los enunciados adquiere un valor de mensaje

4. Dinámica de los aspectos psicolingüísticos en el proceso terapéutico

Conforma un circuito lingüístico que se constituye en un agente expresivo útil para la comprensión del mundo intrapsíquico.

En el espacio transferencial la variedad de resonancias que envuelve la  Voz a la manera de un “tejido conectivo”, transportaría los aspectos mnémicos del patrimonio inconsciente, rescatándose sus significaciones intrínsecas. La subjetividad discursiva  permite ampliar el espectro del sistema de representaciones, más allá del contenido semántico, sintáctico y pragmático, además de intervenir como factor de cambio en el vínculo terapéutico de un modo operativo. Esto es la “masa fónica”,génesis de las emociones en la  comunicación.-

A través de los fenómenos prosódicos se ponen de manifiesto estados de alegría, tristeza temor, duda, etcétera, en un nivel que va “más allá de las palabras”. Es lo latente de los enunciados lo que adquiere el “valor de mensaje”.

Las modificaciones  u alteraciones en la emisión vocal  que pertenecen al nivel suprasegmental del habla,  tales como: cambios tonales, prosódicos, rítmicos, matices, pausas o silencios que ocurren en la situación clínica se articula con los estados de excitación emocional por los que atraviesan los pacientes.

► La voz es un instrumento privilegiado para establecer una comunicacíon empática

5. Articulación entre lenguaje y afecto

Al focalizar la atención sobre el proceso comunicativo  interpersonal se intenta mostrar una vía psicodinámica orientada hacia el peculiar tejido discursivo vincular tanto a a nivel verbal como no verbal.

Y en esta dirección se plantea que la voz posee textura y espesura, además de  un contenido significativo y que Roland Barthes lo llamó “granos de la voz”, introduciendo  la cualidad afectiva desde el nivel de la representación y viceversa.

Dicha articulación  permitiría  acceder y recuperar parte del patrimonio vocal perdido   perteneciente  a los niveles más primitivos, anteriores a la a constitución del objeto.  Serían “restos mnémicos” de naturaleza placentera o  dolorosa que habilitan una resignificación, dándole un sentido complementario a los sonidos prosódicos del lenguaje..

Cuando se registran en el marco terapéutico las variables tonales de las alocuciones del paciente se connota que no mantienen una uniformidad, sino que la “fonética articulatoria” llega a los canales auditivos del receptor (psicoterapeuta) como si fueran un entramado de ondas sonoras de manera “especular”. 

Al ser la voz del paciente portador de  una alteridad fonológica se  puede inferir que serían  “huellas anémica acústicas” que subyacen en sus enunciados, vinculadas con la experiencia placer-displacer y  pertenece según Freud  a ese “reino intermedio” situado entre la realidad que deniega los deseos y el mundo de las fantasía que los cumple.

► La unión de la representación verbal con la representación incosciente constituye un indicio para el desarrollo de la función simbólica

 

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