Para pacientes con deterioro inesperado | 12 DIC 11

¿Qué son los equipos médicos de respuesta rápida?

Se han introducido en muchos hospitales como consecuencia de la falta de respuesta del personal de las salas al deterioro repentino de algunos pacientes, que puede derivar en episodios adversos graves.
Autor/a: Dres. Jones DA, DeVita M A, Bellomo R. N Engl J Med 2011;365:139-46.

Introducción

Los equipos médicos de respuesta rápida fueron incorporados para intervenir en la atención de pacientes con deterioro clínico inesperado. Estos equipos son componentes clave de los sistemas de respuesta rápida, que fueron creados debido a la falta de respuesta de los servicios médicos ante el deterioro del paciente (“falta de rescate”) que lleva a episodios adversos graves. Un episodio adverso grave se puede definir como el daño involuntario que se debe en parte al tratamiento médico demorado o incorrecto, que expone al paciente a un mayor riesgo de muerte y produce incapacidad perceptible.

Características

Estos sistemas se basan sobre la identificación de los pacientes en riesgo, la notificación precoz al equipo, la rápida intervención de éste y la evaluación constante del desempeño del sistema y de los procesos de atención de todo el hospital.

Los equipos de respuesta rápida difieren de los equipos de reanimación tradicionales. Evalúan a mayor cantidad de pacientes hospitalizados en una etapa más precoz de su deterioro clínico, con el objetivo de prevenir episodios adversos graves, como paros cardíacos y muertes inesperadas. Estos equipos de respuesta rápida evalúan a los pacientes en los que aparece deterioro respiratorio, neurológico o cardíaco, más que a los pacientes que ya han sufrido un paro respiratorio o cardíaco.

La eficacia de los sistemas de respuesta rápida es discutible. Su introducción fue motivada por cinco estudios unicéntricos comparativos “antes-después”. Éstos mostraron disminución de la tasa de paros cardíacos. Sin embargo, un importante estudio multicéntrico, aleatorizado, controlado, el estudio MERIT, no demostró beneficios. Además, los resultados de metaanálisis cuestionaron las ventajas y sugirieron que son necesarias más investigaciones.

“Falta de rescate”
En pacientes con alteraciones súbitas y graves de los signos vitales, no actuar de inmediato o no intensificar la atención médica en proporción a la gravedad constituye falta de rescate y puede generar un episodio adverso grave.

Epidemiología de los episodios adversos graves

Los episodios adversos graves exponen a los pacientes a mayor riesgo de muerte. Muchos de estos episodios parecen ser el resultado de la atención médica insuficiente, demorada o incorrecta. Estos episodios adversos graves son relativamente frecuentes y a menudo iatrogénicos y se asocian con incapacidad y muerte. Las investigaciones indican que ocurren tras la falta de rescate y la mayoría son precedidos por signos de alarma clínicamente observables.

Las entidades frecuentemente asociadas con la falta de rescate son la insuficiencia respiratoria aguda, la insuficiencia cardíaca aguda, los cambios agudos en la conciencia, la hipotensión, las arritmias, el edema pulmonar y la septicemia. En estudios de sistemas de respuesta rápida, los episodios adversos graves más frecuentes son el paro cardíaco, la muerte inesperada y el ingreso no planeado a la UCI.

Signos de alarma

Varios estudios muestran que la alteración de los signos vitales puede contribuir a identificar el deterioro clínico de los pacientes de minutos a horas antes de que se produzca un episodio adverso grave. Es decir que en la mayoría de los casos hay tiempo suficiente para identificar a los pacientes en riesgo e intervenir. Un paso preventivo lógico sería el control y la información frecuente de los signos vitales.

Falta de control
El control de los signos vitales no supone riesgo, es barato y reproducible e identifica el deterioro clínico en muchos pacientes. Sin embargo, estos controles a veces no son exactos ni completos.

Falta de intensificación del tratamiento
El  análisis del accionar del personal del hospital frente al paciente inestable sugiere problemas tales como errores de estratificación de riesgo, hospitalización inapropiada de pacientes graves en la sala, retrasos en la notificación a los médicos, evaluación clínica insuficiente, errores de medicación, respuesta subóptima a la urgencia de los síntomas y falta de pedido de ayuda o consejo.

Muchos investigadores llegaron a la conclusión de que se necesitan criterios objetivos para reconocer el deterioro del paciente. Estos criterios deberían ser disparadores para la interconsulta rápida con personal especializado.

Principios de los sistemas de respuesta rápida

El objetivo 16 de los Objetivos Nacionales 2009 de los EE. UU para la Seguridad de los pacientes (National Patient Safety Goals) es identificar mejor el deterioro clínico en los pacientes hospitalizados y darles mejor respuesta. Este objetivo indica que las instituciones deben elegir un método que permita a los médicos solicitar la asistencia de personas especialmente capacitadas cuando el estado del paciente parece empeorar. Los sistemas de respuesta rápida responden a este objetivo.

Un principio importante de los sistemas de respuesta rápida (y de la atención de enfermedades graves) es que la intervención precoz puede mejorar la evolución del paciente. La activación tardía del equipo de respuesta rápida se asocia con aumento de la mortalidad. El sistema intenta llevar la experiencia y los conocimientos al paciente, antes y no después de que aparezcan la insuficiencia multiorgánica o el paro cardíaco.

Los hospitales en los EE. UU., así como en Canadá y los países escandinavos, están implementando sistemas de respuesta rápida. Resta determinar su costo-efectividad y su efecto sobre la evolución de los pacientes.

Componentes del sistema de respuesta rápida

El sistema de respuesta rápida es una estructura coherente e integrada de atención médica que tiene cuatro componentes.

El primer componente, que es la rama aferente del sistema, identifica el deterioro clínico en los pacientes y provoca una respuesta. Este componente comprende los criterios para llamar al equipo de respuesta rápida, los medios para evaluar estas llamadas, el personal que inicia la activación del sistema y el mecanismo de activación.

El segundo componente, la rama eferente, es la respuesta, que incluye tanto personal como equipamiento.

El tercer componente es la mejoría de la seguridad y de la calidad de atención del paciente, que proporciona un asa de retroalimentación al recolectar y analizar los datos de los episodios adversos y mejorar la prevención y la respuesta.

El cuarto componente, que es el administrativo, coordina los recursos para facilitar la mejor atención, supervisa el nombramiento del personal del equipo y la compra de equipamiento y coordina la educación del personal del hospital acerca del proceso de respuesta rápida.

La característica clave de los equipos de respuesta es que se activan cuando un paciente satisface criterios predefinidos. El equipo responde rápidamente (en minutos) a la llamada y lleva equipamiento y experiencia en cuidados intensivos a la cabecera del paciente.

 

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