Dolor | 28 MAR 11

Empleo de pregabalina para el tratamiento del dolor posquirúrgico

La pregabalina es un fármaco aprobado para el tratamiento de la neuropatía diabética periférica, la fibromialgia y la neuralgia posherpética. Según la información actual, podría ser de utilidad en los pacientes con dolor posquirúrgico.
Autor/a: Dres. Durkin B, Page C, Glass P Expert Opinion on Pharmacotherapy 11(16):2751-2758, 2010

Introducción y objetivos

Las opciones terapéuticas clásicas para los pacientes con dolor posquirúrgico incluyen el empleo de opioides, inhibidores de la ciclooxigenasa y anestésicos locales. Si bien estos fármacos suelen ser eficaces, su administración se asocia con efectos adversos molestos y, en algunos casos, potencialmente mortales.

Durante la última década se estudió la aplicación de técnicas de analgesia multimodal destinadas a reducir los efectos adversos. Esto dio lugar a la inclusión de sustancias como la ketamina, el paracetamol, el tramadol y los anticonvulsivos gabapentinoides. En el caso del dolor crónico, el tratamiento farmacológico suele incluir el empleo de anticonvulsivos y antidepresivos. Los autores proponen que la eficacia de los anticonvulsivos en caso de dolor crónico podría trasladarse a la prevención de la recurrencia del dolor o de su conversión de agudo en crónico.

La pregabalina es un fármaco aprobado para el tratamiento de la neuropatía diabética periférica, la fibromialgia y la neuralgia posherpética. Asimismo, se emplea como adyuvante en pacientes epilépticos adultos que presentan crisis parciales. Otras indicaciones incluyen el dolor neuropático y el trastorno de ansiedad generalizada. También se la utilizó en individuos con dolor neuropático o agudo. En el presente estudio se evaluó la información actual sobre el empleo de pregabalina en pacientes con dolor posquirúrgico.

Dolor posquirúrgico

El tratamiento de los pacientes con dolor posquirúrgico leve a moderado suele consistir en el empleo de inhibidores de la ciclooxigenasa o paracetamol. Los opioides se utilizan en los pacientes con dolor moderado a intenso y pueden combinarse con los antiinflamatorios no esteroides (AINE) u otros agentes. Entre los efectos adversos de los opioides se destacan las náuseas, los vómitos, la sedación y la retención urinaria. Los anestésicos locales pueden brindar un alivio completo del dolor posquirúrgico, pero su aplicación requiere personal especializado e implica un riesgo de parálisis vinculado al daño neural y las hemorragias.

La analgesia multimodal consiste en el empleo de 2 o más tipos de tratamiento a fin de obtener resultados favorables y reducir al mínimo el riesgo de efectos adversos. Una estrategia frecuente es la administración de anticonvulsivos, AINE y opioides. No obstante, cada paciente debe recibir el tratamiento que más se adapte a su cuadro clínico y al procedimiento quirúrgico al que fue sometido. Aún existen cuestiones por resolver respecto de la analgesia multimodal, como el tipo de medicación, la dosis y el momento de aplicarla. Según lo informado, la pregabalina puede brindar una disminución significativa del dolor crónico posquirúrgico en el contexto de la analgesia multimodal.

La evaluación del riesgo de dolor posquirúrgico es una cuestión cada vez más tenida en cuenta. En general, los pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos no conocen dicho riesgo y los cirujanos y anestesistas tampoco conocen la prevalencia del problema. Por lo tanto, es importante reconocer la probabilidad de que aparezca dolor posquirúrgico y tomar medidas para disminuir el riesgo de cronificación del cuadro. El dolor posquirúrgico persistente es un problema habitual en caso de procedimientos como la toracotomía, la herniorrafia, la amputación y la mastectomía. El riesgo de dolor aumenta si la técnica es inadecuada, el control del dolor es insuficiente y el procedimiento implica una probabilidad elevada de daño neurológico. Por lo tanto, la mejoría del abordaje farmacológico de los pacientes con dolor neuropático es fundamental.

Características de la pregabalina

Química

Desde el punto de vista estructural, la pregabalina se asemeja al GABA. Si bien fue diseñada como un análogo del GABA, no interactúa con los receptores gabaérgicos ni tiene un mecanismo de acción similar al del neurotransmisor. En cambio, se uniría a la subunidad alfa-2-delta de los canales del calcio dependientes del voltaje de tipo N presinápticos, cuya densidad es elevada en el asta dorsal de la médula espinal. Dado que la pregabalina es hidrófila, no puede atravesar las membranas celulares y para hacerlo requiere el sistema de transporte de L-aminoácidos.

Farmacodinamia

Se desconoce el mecanismo exacto de acción de la pregabalina. Como ya se mencionó, se une a los canales del calcio de tipo N. Esto no induce la afectación del sistema cardiovascular. La subunidad alfa-2-delta del canal del calcio se encuentra en concentraciones elevadas en caso de hipersensibilidad asociada con el dolor. La unión de la pregabalina a dicha subunidad disminuye el influjo de calcio inducido por la despolarización de las terminaciones nerviosas e inhibe la liberación de glutamato, sustancia P y otros neurotransmisores, lo que determinaría su actividad analgésica. La unión a la subunidad alfa-2-delta también generaría un efecto ansiolítico potencialmente útil para disminuir la ansiedad prequirúrgica. Se informó que la administración de 300 mg a pacientes que recibirán cirugía ortopédica menor disminuye la ansiedad prequirúrgica y la necesidad de opiáceos luego de la anestesia. Entre los efectos adversos se incluyen los mareos, la sedación y la visión borrosa, posiblemente vinculados a la densidad elevada de la subunidad alfa-2-delta de los canales del calcio en el cerebelo.

 

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