La importancia de un cambio de enfoque en el tratamiento | 29 JUN 10

Enfermedad de Chagas

En la actualidad afecta a cerca de 10 millones de personas en América Latina.

En la actualidad cerca de 10 millones de personas – la mayor parte de ellas residentes en países de América Latina– están infectadas por el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad de Chagas, informó la Organización Mundial de la Salud. Para el doctor Edgardo Schapachnik, del Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich” los profesionales de la salud deberían estudiar la evolución de la salud cardiológica de cada paciente desde que se detecta la enfermedad, y a lo largo de toda la vida.

Se calcula que en todo el mundo, principalmente en América Latina, unas 10 millones de personas están infectadas por el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad de Chagas, informó recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, dicho organismo internacional estimó que en 2008 cerca de 10 mil personas murieron a causa de esa patología.

Para el doctor Edgardo Schapachnik, cardiólogo del Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich”  de Buenos Aires y fundador de la sección de Enfermedad de Chagas en el  citado Hospital , el abordaje histórico que se ha hecho de la Enfermedad de Chagas en el mundo, por parte de la mayoría de los investigadores provenientes del campo del sanitarismo, la epidemiología y la investigación biomolecular, por lo menos en los últimos 30 a 40 años, han hecho foco en el parásito y el insecto vector, lo cual hubiera sido absolutamente correcto, si no hubiese quedado afuera de este análisis el protagonista principal de esta historia que es el paciente.”

Y agregó que “sólo, sufrido, callado, ignorado por las sociedad, el paciente afectado por el ‘Mal’ ni siquiera era capaz de ser testigo de los complejos debates en el terreno de la ciencia que ponen el acento más en mecanismos biológico moleculares que en su propia condición de ser portador de una enfermedad que lo puede llevar tempranamente a la muerte.”

Un caso opuesto es el rol activo que juegan y han jugado los portadores de VIH en el conocimiento de la enfermedad y en la defensa de sus derechos como pacientes “a los que el Estado tiene la obligación de proteger”, indicó a la Agencia CyTA el doctor Schapachnik que también se desempeña como secretario de la Asociación Carlos Chagas para la Vigilancia Médica Activa del Mal de Chagas. Y continuó: “Esto se debe en gran medida a que la mayoría de las personas que padecen enfermedad de Chagas pertenecen a los sectores sociales más desfavorecidos que no han tenido las suficientes herramientas para ejercer la defensa de sus derechos.”

Avance tecnológico

Prácticamente desde el descubrimiento de la enfermedad en el año 1909, hasta hace muy poco tiempo, en el ámbito médico se empleaba el concepto equívoco de “fase indeterminada” de la enfermedad. “Este concepto establecía que el 70 por ciento de los pacientes parasitados por el Tripanosoma Cruzi no iban a desarrollar enfermedad cardíaca, considerándoselos como ‘portadores sanos’ por presentar el electrocardiograma y la radiografía normales. Sin embargo, con la incorporación al arsenal diagnóstico de modernas tecnologías como la cámara gamma, la resonancia magnética y otros, se pudo comprobar que muchos de esos pacientes presentaba alteraciones precoces, sobre todo localizadas en el corazón, que de ser adecuada y precozmente detectadas permitirían un cambio drástico en el enfoque terapéutico y muy posiblemente en la evolución natural de la enfermedad”, explicó Schapachnik. Y agregó que esas alteraciones precoces están referidas al terreno de la circulación coronaria, “en particular a los pequeños vasos coronarios que responden anormalmente a ciertos estímulos.” Dichos estímulos pueden generarse a través de diversos estudios para detectar ese tipo de alteraciones.

De acuerdo con el especialista el concepto de “fase indeterminada” produjo “el nefasto efecto que por un lado la sociedad le vedaba su acceso al trabajo, al detectársele serología reactiva. Por otro lado, ser le ha negado la posibilidad de acceder a una jubilación o a un subsidio por cursar su padecimiento sin manifestaciones evidentes de cardiopatía que pudieran ser evidenciables con los métodos simples como ser el electrocardiograma, la radiografía y/o el ecocardiograma”.

 

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