Introducción
Las hemorroides son formaciones vasculares agrandadas del canal anal que representan una gran parte de la práctica de los cirujanos del colon y del recto. La frecuencia exacta de esta patología es difícil de estimar debido a que muchas personas son reacias para hacer una consulta médica por razones personales, culturales y socioeconómicas. De todas, maneras se calcula una prevalencia del 4,4% en Estados Unidos y hasta más de un 30% en Londres.
Los autores realizaron una revisión sobre hemorroides obteniendo la información de la base de datos de Medline y de la biblioteca Cochrane
Etiología y patogénesis
El canal anal consiste de tres almohadillas fibrovasculares que son nutridas directamente por comunicaciones arteriovenosas. Estas almohadillas están sostenidas dentro del canal anal por una estructura de tejido conectivo que permite un cierre hermético del ano. Durante el envejecimiento, se puede producir una debilidad degenerativa de estos tejidos que junto con el paso de materias fecales duras y esfuerzo aumentado durante la defecación generan una fuerza cortante sobre las almohadillas produciendo su descenso y prolapso. El prolapso de las almohadillas altera el retorno venoso produciendo su dilatación que se exacerba con la acción de pujar, con la ingesta insuficiente de fibras y con ciertas condiciones como el embarazo que aumentan la presión intraabdominal. La hemorragia de las almohadillas ingurgitadas y prolapsadas se produce como resultado del trauma local o de la inflamación que dañan los vasos subyacentes.
Clasificación de las hemorroides
Las hemorroides pueden ser internas cuando se originan por arriba de la línea pectínea o dentada (que divide el epitelio escamoso del columnar) o externas cuando se originan por debajo de dicha línea. Es importante la graduación de las hemorroides ya que puede decidir el tratamiento correspondiente. Esta graduación es la siguiente:
Sintomatología
El síntoma más común es la proctorragia, prurito, hinchazón, prolapso, secreción y manchas en la ropa interior. Si el dolor es muy intenso existe la posibilidad de que la hemorroide se haya estrangulado o trombosado.
El examen físico incluye la inspección del periné, seguida de examen rectal y anoscopía. El diagnóstico diferencial es con fisuras, tumores, pólipos, verrugas anales y prolapso rectal. Las localizaciones más frecuentes de las hemorroides son en hora 3, hora 7 y hora 11.
En los pacientes mayores de 40 años que tienen proctorragia, conviene realizar una colonoscopía aunque presenten hemorroides visibles para descartar tumores del recto y del colon.
Las hemorroides asociadas con incontinencia o manchado de la ropa interior, requieren estudios de la fisiología anorrectal y ecografía intraanal, especialmente si el paciente es candidato a cirugía, porque estos pacientes tienen un alto riesgo de presentar incontinencia después de la cirugía.
Tratamiento
Tratamiento conservador
Un metanálisis reciente demostró que el aporte suplementario de fibra en los alimentos produce una mejoría moderada de los síntomas y de la hemorragia y está recomendado en la etapa precoz de las hemorroides, así como la suplementación con flavonoides.
Los preparados de venta libre que contienen una combinación de anestésicos locales, corticosteroides y astringentes pueden aliviar los síntomas, pero el uso prolongado de estos preparados no es recomendable, particularmente las cremas porque pueden dañar la piel perianal.
Tratamientos invasivos ambulatorios
1) Ligadura con bandas de goma. Actualmente se utilizan bandas de goma que permiten que el procedimiento sea realizado por un solo operador. En general se realizan varias sesiones de cerclaje con bandas de goma con intervalos de 3 semanas. Las bandas son colocadas arriba de la línea dentada y diversos estudios y metanálisis consideran que este es el tratamiento ambulatorio más eficaz (Figura 1).
Comentarios
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