Su clasificación y aplicación | 20 FEB 08

Factores de riesgo de glaucoma de ángulo abierto: (1º parte)

Revisión de la de información existente sobre los factores de riesgo de glaucoma, clasificándolos en categorías.
Autor/a: Dres. Michael V. Boland, MD, PhD y Harry A. Quigley, MD Fuente: Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología. J Glaucoma 2007;16:406–418
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Bibliografía
Desarrollo

En la última década se acumuló una gran cantidad de información acerca de los factores de riesgo relacionados con el glaucoma de  ángulo abierto (GAA). Para comprender mejor el GAA, hemos analizado los factores de riesgo por tipo, en relación con la  etapa de la enfermedad y con la respuesta a los tratamientos.

El término “factor de riesgo” describe una característica que puede causar  una enfermedad, ya que estadísticamente está asociada a ella y se encontraba presente antes de aparecer dicha patología. El concepto de factor de riesgo es importante en la medicina moderna porque cada uno representa un potencial objetivo para un nuevo tratamiento o forma de prevención.

Para facilitar la comprensión de los factores de riesgo de GAA podemos agruparlos en categorías. La edad puede ser una de estas categorías en sí misma, ya que interactúa con otros factores de riesgo. Otros factores expresan  características personales, características de la anatomía ocular, de su fisiología o un signo de daño glaucomatoso. Por otra parte están  los factores relacionados con las enfermedades sistémicas, las conductas personales y medicación que se toma para tratar otras enfermedades.

Edad: La edad avanzada está concretamente asociada con el GAA. Tanto la incidencia como la prevalencia aumentan con la edad. La edad implica el deterioro de tejidos con el tiempo y la pérdida potencial de células ganglionares. La edad también sirve como medida del tiempo en que una persona ha estado expuesta a otros factores de riesgo antes de desarrollar la enfermedad. Con la edad también aumenta el tiempo que una persona ha padecido la enfermedad y por lo tanto tendrá mayor daño ya que es progresivo.

Los factores de riesgo que expresan el “estado” de una persona son el sexo, la raza y los antecedentes familiares. En la mayoría de los estudios el sexo no es un factor de riesgo fuerte de GAA,  aunque los hombres tienen un mayor riesgo de padecer la enfermedad y de progresión que las mujeres.

En cuanto a la etnia, se ha determinado que las personas con ascendencia africana (raza negra) tienen mayores probabilidades de padecer GAA que otras razas. Desarrollan la enfermedad más temprano, con mayor frecuencia quedan ciegos por GAA y no responden tan bien a la medicación y tratamientos quirúrgicos. Existen varios factores que contribuyen a que el riesgo sea mayor en estas personas. En primer lugar tienen discos ópticos más grandes con anillos más pequeños. En segundo lugar las córneas suelen ser más delgadas  y finalmente, en los Estados Unidos, las personas de origen africano tienen menos acceso a controles y cuidados, están menos informadas sobre los factores de riesgo y pueden existir diferencias en cuanto al cumplimiento de los tratamientos.

Los antecedentes familiares también son un factor de riesgo, que al igual que la raza tiene que ver con la genética. También, al tener antecedentes en la familia, el control puede ser mayor favoreciendo la prevención.

Factores relacionados con la anatomía y fisiología ocular.

Casi todos los estudios han demostrado que el nivel de la PIO es un factor de riesgo de GAA, su incidencia, prevalencia y progresión. No se ha determinado que es más importante, si la PIO promedio o el grado de fluctuación de la PIO y ambos pueden ser factores de riesgo independientes. En estudios demográficos entre 25%  y 75% de las personas con GAA tienen una PIO dentro de los valores normales. También están involucradas la variación diurna y la PIO durante el sueño.

El síndrome de exfoliación es una afección, que tal vez tenga mayor prevalencia en Europa del norte. Su relación con el GAA depende en gran medida de los niveles elevados de PIO generados por la obstrucción del flujo causada por el síndrome.

El síndrome de dispersión del pigmento es de características similares al síndrome de exfoliación.

La miopía ha estado asociada al GAA en varios estudios demográficos. Los pacientes con miopía no presentan una PIO significativamente más elevada que la de otros pacientes con GAA. Por lo tanto, el efecto de la miopía podría ser en respuesta a niveles de PIO que son tolerados por los que no son miopes.

El grosor de la córnea central ha generado interés en los últimos tiempos debido a dos razones. Primero, en personas con córneas delgadas no se detecta el glaucoma solo con el control de la PIO y por lo tanto es más probable que se produzca daño del nervio óptico antes de ser detectada la enfermedad. Por otro lado, hay pruebas recientes de que las personas con córneas delgadas responden mejor a la medicación tópica para bajar la PIO.

 

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