Innovaciones | 03 FEB 06

Técnica pionera para cesáreas múltiples.

Fue desarrollada por un cirujano argentino y logra que el útero vuelva al estado del primer parto.

Es una cirugía única en el mundo Se realiza durante el parto, luego de sacar al bebe, y dura 15 minutos Evita que la placenta se vuelva a adherir al útero de forma anormal

¿Puede una mujer volver a quedar embarazada luego de tres o cuatro cesáreas sin complicaciones? Sí, según un cirujano argentino que halló la forma de reparar la pared del útero para volverla al estado de la primera cesárea y permitir que la mujer pueda tener más hijos.

El doctor José Palacios Jaraquemada, investigador y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), creó un método que en pocos minutos y luego de retirar al bebe, soluciona la debilidad y la deformación uterina causada por varias cesáreas.

Pero, ¿para qué sirve realizar esta reparación, en especial cuando la mujer ya tuvo dos o tres cesáreas y desea seguir teniendo hijos? Para reducir o eliminar el riesgo de que la placenta de un próximo embarazo se adhiera al útero de manera anormal, lo que es altamente frecuente en mujeres con múltiples cesáreas.

"La adherencia anormal de la placenta es una de las patologías de mayor mortalidad materna. Su detección por ecografía aumentó en los últimos años porque se ha comenzado a prestar más atención a ese tipo de lesiones. La posibilidad de que se forme una placenta adherente en una mujer con una inserción placentaria baja (placenta previa) es directamente proporcional al número de cesáreas previas", explicó a LA NACION el doctor Palacios.

Aunque la causa de esa adherencia anormal aún es una incógnita, los factores que predisponen a padecerla son las cesáreas previas, los abortos y las infecciones uterinas.

En estos casos, y a diferencia del embarazo normal, en el que la placenta se implanta lejos del cuello del útero, el tejido que nutre al bebe se fija incorrectamente. Y según su grado de invasión, puede ser placenta acreta (se adhiere a la capa muscular de la pared uterina o miometrio), increta (penetra el miometrio) o percreta (atraviesa la pared).

Pero cualquiera que sea el grado de adherencia, la futura mamá puede sufrir una hemorragia vaginal al final de su embarazo o durante el nacimiento. "Debe considerarse que por cada mujer que sobrevive a una hemorragia grave posparto, diez quedan con trastornos funcionales de por vida", dijo Palacios.

Es por este temor que luego de tres, cuatro o más cesáreas, la recomendación clínica suele ser no tener más hijos y extirpar el útero (histerectomía) si hubo una hemorragia o se destruyó el tejido.

"El aumento de las cesáreas en las últimas décadas elevó proporcionalmente la incidencia de la placenta adherente. La placenta percreta es la invasión más grave, ya que penetra todas las capas uterinas y hasta puede invadir órganos cercanos", señala un estudio dirigido por el doctor Palacios y publicado en la revista Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica.

El estudio, en el que también participaron los doctores

 

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