Estrés postraumático: nuevas perspectivas. | 02 JUL 03

Los rostros no contemplados del síndrome de estrés postraumático

Los autores de este trabajo exponen algunas claves que pueden ser útiles para detectar el trastorno en contextos no tan evidentes.
Autor/a: Dres. A. Waddington, J.-F. Ampelas, F. Mauriac, M. Bronchard, L. Zeltner Fuente: Psiquiatría, Psicología, Salud Mental- Abril 2003 , nro.4 L´Encéphale 2003, XXIX: 20-27.
Desarrollo

A partir de su inclusión en la tercera edición del DSM (1980), el concepto del  trastorno de estres postraumático (TEPT) ha estado en constante evolución. Según estimaciones confiables, sólo en los EUA  tres cuartas partes de la población ha estado expuesta a acontecimientos que reúnen los criterios para el TEPT, aunque sólo una cuarta parte de esas personas desarrolla el trastorno. Es probable que alrededor del 20% de las víctimas sufran secuelas crónicas. Asimismo, la mitad de éstos últimos prolongarían sus padecimientos durante años sin ser tratados.

Los autores de este trabajo hacen notar que, a la vez, la frecuencia de acontecimientos traumáticos en la historia de los pacientes psiquiátricos es significativa. Se detienen en el examen del criterio A requerido para el diagnóstico de TEPT, que se desglosa en dos partes: A1: un estrés extremo, que amenace la vida; y A2, la reacción del sujeto afectado (miedo intenso, sensación de importencia o de horror). El equipo que suscribe este trabajo sugiere ampliar la noción de acontecimiento traumático a otras experiencias además de las que se mencionan habitualmente (catástrofes, agresión violenta), y proponen realizar una reflexión desde la actividad clínica: una lectura del padecer desde la noción de trauma (aunque el diagnóstico no sea estrictamente TEPT) podría constituir una herramienta preciosa para aproximarse de modo más estrecho a las necesidades de algunos pacientes, y afianzar el vínculo terapéutico.

Acerca de los acontecimientos traumáticos (Criterio A1)

La definición de este criterio arrastra la herencia de sus orígenes, enraizados en las experiencias de guerra. El concepto de trastornos post-traumáticos viene de la época de la Primera Guerra Mundial. Luego se fue ampliando a otros eventos: catástrofes, abuso sexual, maltratos. Así, indujo a la idea de que debe tratarse de acontecimientos "excepcionales", únicos. En este punto los autores disienten y se proponen mostrar que muchos acontecimientos vitales, que no serían descriptos como "sobrepasando la experiencia humana habitual" pueden situarse en el origen del desarrollo de un TEPT. Entre éstos destacan:

· Acontecimientos médicos: las reacciones del paciente a la enfermedad o a los procedimientos médicos para tratarla pueden llevar a un trastorno emocional asociado a una discapacidad importante. Entre éstos destacan:

El infarto:

Consideran que puede considerarse traumático en la medida en que pone en riesgo la vida del paciente (muerte o invalidez), es súbito y la víctima no tiene la posibilidad de prevenirlo o impedirlo una vez que sobrevien

 

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