6 AM me suena la alarma. Café y a enfrentar la helada.

A las 7 ya estoy en el subte. Aprovecho y leo unos artículos.

Llego al hospital y a las 8 suena la alarma para dar inicio al pase de novedades con el resto de los médicos.

Terminamos a las 10 y rápido me pongo a revisar a mis pacientes.

Ramiro lucha por sacarse su cánula de oxígeno, Mateo se arrancó la vía y Luciana está por irse de alta.

A las 11 me suena la alarma de los laboratorios. Si no los bajo, perdemos un día.

11:30 me suena la alarma de que me acuerde de tomar agua. La pospongo.

A las 12 me suena la alarma de que me toca ir a almorzar, pero me acaban de llamar de rayos para que lleve a Ramiro y el camillero no aparece.

Lo llevo.

Se hacen las 13 y cuando estamos volviendo me avisan que tengo que darle el alta a Luciana. 

Lo hago. Suena la alarma del agua y se agrega la de hacer pis. Pero primero tengo que comer.

Son las 14 y por suerte los chicos me guardaron un plato. Como sobre las carpetas.

Tenemos clase y después el pase de la tarde.

A las 18, justo cuando terminamos, me vuelven a sonar las alarmas, así que voy, hago pis y me tomo una cocucha. Arranca mi guardia.

Los chicos se van y empiezo a revisar a los internados. Uno de los asmáticos está medio jugado, le arranco una serie y me pongo alarma para volver a verlo en 1 hora.

Cuando termino con eso, me internan un diabético descompensado. Me pongo alarma horaria para controlarle la glucemia.

Se hace de noche. Alarma: el asmático no mejoró. Lo mando a terapia.

Ceno a la 1 de la mañana cuando logro compensar un poco al diabético y espaciar sus controles.

Me acuesto, me pongo alarma, pero Mateo vuelve a hacer fiebre.

Sangre, antitérmicos, estudios. No le encontramos el foco. Hay que punzarle la espalda.

En eso, llega otro ingreso. Suena la alarma. Sigo despierto.

Termino con todo pero todavía queda escribir en las carpetas.

Son las 6AM, te suena la alarma para despertarte pero a mí me suena la de los balances.

A eso de las 7 empiezan a llegar mis compañeros.

A las 8 el día se reinicia, y yo sigo ahí.

Acabo de cobrar menos de 70 mil pesos. Creo que vale la pena. Si sigo así, seguro llegue a pagar el alquiler.

¿No te alarma?

Ezequiel Martinez Wagner Escritor y médico pediatra egresado de la UBA. Especialista en thrillers y ficción, tiene 2 novelas publicadas con una tercera en camino. Todas con la medicina como eje indispensable de las historias. Sitio web: https://www.ezequielmartinezwagner.com.ar/