Según un reciente estudio en ratones, ratas y humanos, cuanto espere más un individuo por una recompensa, menos dispuesto estará a abandonar la búsqueda de dicha recompensa.
Estos descubrimientos sugieren que muchos animales toman decisiones erróneamente basadas en inversiones irrecuperables, conocidas como «costes hundidos», en lugar de basarse en los resultados esperados a un futuro, dada la posible ganancia.
Para conocer cómo perciben los animales los costes hundidos, Brian Sweis et al. crearon un experimento con ratones entrenados para entrar en diferentes habitaciones donde buscar golosinas. En el experimento, variaba tanto el sabor de los premios como el período de espera para recibirlos.
¿Cuánto sería capaz de esperar un ratón para obtener un obsequio de un determinado sabor antes de seguir hacia la próxima habitación?
Los investigadores descubrieron que, incluso si la golosina no era su favorita, el ratón esperaba más tiempo para obtener su recompensa si ya había invertido cierto tiempo esperándola, lo que constituye un sesgo del coste hundido.
Se obtuvieron resultados similares con ratas en busca de alimento, así como en experimentos con humanos que navegaban por la web (no en busca de alimento sino de entretenimiento) y que recibían una recompensa si permanecían en una página web durante un tiempo lo suficientemente largo.
En las tres especies, este sesgo del coste hundido se volvía más fuerte cuanto mayor era el tiempo que habían esperado los sujetos.
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