El desempleo, la precariedad y las rentas bajas tienen impacto negativo en la salud de la población. Esta es una de las conclusiones de un estudio de la Universidad de Granada (UGR) en el que se analizan los cambios en el mercado laboral español durante los años más pronunciados de la crisis económica, y por tanto, su impacto en los trabajadores.
Publicado en la revista Quality of Life Research, el artículo manifiesta que el desempleo y, sobre todo, la precariedad laboral están vinculados con un incremento de la probabilidad de sufrir una peor salud percibida, una variable “estrechamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedad”, según explican los investigadores.
El desempleo y, sobre todo, la precariedad laboral están vinculados con un incremento de la probabilidad de sufrir una peor salud percibida
La salud percibida suele emplearse en trabajos que abordan la salud en relación con las desigualdades sociales. Este dato indicaría, por lo tanto, que las condiciones en que las personas trabajan y obtienen rentas son aspectos relevantes para explicar problemas sanitarios.
Los autores señalan, además, que el gasto en servicios públicos fundamentales resultaría insuficiente para corregir este deterioro en la salud percibida. Este gasto público se corresponde con la sanidad, la educación y la protección social, competencias que están transferidas a las Comunidades Autónomas.
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