El movimiento antivacunas está creciendo en todo el planeta, haciendo que muchos expertos en inmunización observen con preocupación cómo enfermedades erradicadas o cuya incidencia había bajado a mínimos históricos están resurgiendo en varios países. Tanto es así que muchos señalan a este colectivo como el causante no solo de que sus hijos no estén vacunados, sino de que sean la causa de que las personas más vulnerables se infecten. A pesar de que los mensajes sobre la inmunización con base científica son claros y sólidos, muchos padres ignoran estas evidencias poniendo en valor otras que se centran, sobre todo, en la moralidad mientras crecen los adeptos a no inmunizar en todo el mundo.
Uno de los países que está decidido a erradicar que los pequeños no estén inmunizados es Australia. Su gobierno ha lanzado, dentro del programa No Jab, No Pay, una medida que comenzó el pasado domingo y que consiste en que los padres que no vacunen a sus hijos paguen una multa de forma recurrente. La iniciativa implica que los progenitores pagarán unos 18 euros de multa por cada niño sin vacunar cada 15 días. La iniciativa ha sido expuesta por el ministro de Asuntos Sociales del país, Dan Tehan, que ha dicho esta semana en rueda de prensa: “Los niños no vacunados son un riesgo de Salud Pública”, según informaron varios medios.