Recomendaciones para viajeros | 17 ENE 18

Fiebre amarilla en Brasil

Ante el aumento de las muertes por fiebre amarilla, recomiendan a los turistas vacunarse antes de viajar
Autor/a: Alberto Armendáriz La Nación / OMS

La OMS recomendaba la vacuna para aquellas personas que viajaran al Norte y el interior de Brasil, ahora, como precaución, aconseja vacunarse al menos diez días antes del viaje a todos los que planeen visitar también San Pablo

RIO DE JANEIRO.- Ante el rápido aumento de muertes por fiebre amarilla en Brasil, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los visitantes extranjeros que se vacunen antes de viajar a los destinos turísticos del país, incluido ahora el populoso estado de San Pablo.

Hasta el momento, en los primeros 15 días de 2018, las autoridades brasileñas han confirmado once muertes por esta enfermedad viral en el estado de Minas Gerais, cuatro en el de San Pablo, tres en el de Río de Janeiro, una en el de Bahía y otra más en el distrito federal de Brasilia. Tanto el litoral paulista como las costas de Río de Janeiro y de Bahía se encuentran en este época veraniega repleta de turistas, muchos de ellos argentinos que llegan a disfrutar de sus playas. Por ahora, los casos de infecciones han sido en localidades del interior.

Brasil había erradicado en 1942 la fiebre amarilla urbana, transmitida por el mosquito aedes aegypti, y los casos más comunes eran los de su tipo silvestre, que transmiten los mosquitos haemagogus y sabethes, cuyas primeras víctimas son los monos. Desde fines de 2016 se empezó a notar un fuerte incremento en la muerte de estos animales por fiebre amarilla -más de 2500 hasta ahora- en áreas selváticas y boscosas cercanas a grandes centros urbanos, y ya a principios del año pasado en parques y zonas verdes en las ciudades, donde comenzó a infectar a humanos. El brote de 2017 dejó 777 personas infectadas y 261 muertes confirmadas por la enfermedad.

Recomendación de la OMS

La OMS recomendaba la vacuna para aquellas personas que fueran a viajar a áreas de riesgo en el Norte y el interior de Brasil. Ahora, como precaución, aconseja vacunarse al menos diez días antes del viaje a todos los que planeen visitar también las ciudades brasileñas, incluida San Pablo, así como tomar medidas para evitar picaduras de mosquitos, que transmiten el virus, y prestar atención ante posibles síntomas, que incluyen dolores de cabeza, musculares y de espalda, fiebre súbita, sensación de fatiga, malestar general, náuseas y vómitos, para acudir al médico cuanto antes.

Generalmente, los síntomas se manifiestan entre tres y seis días después de la picadura; al principio pueden ser leves y pasar desapercibidos, pero a medida que la enfermedad avanza, cuando ya la piel del infectado adquiere la coloración amarillenta típica (ictericia), la situación se puede agravar con hemorragias y problemas cardiacos, hepáticos y renales; casi la mitad de los casos más graves acaba en muerte.

Los últimos fallecimientos confirmados por fiebre amarilla provocaron una oleada de personas que acudieron a los centros de salud para vacunarse, aunque en muchos escasean las dosis. Por la situación, en el estado de San Pablo -que con 45 millones de habitantes es el más poblado de Brasil- se empezó a fraccionar la vacuna única en diez dosis; ante el temor a que falten suministros, en los hospitales de la ciudad de San Pablo había largas filas de interesados en vacunarse en las últimas horas, y el secretario de Salud estatal, David Uip, adelantó para la próxima semana la campaña de vacunación oficial, que debía empezar recién en febrero.


Organización Mundial de la Salud

Fiebre amarilla

Datos y cifras

  •     La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término "amarilla" alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
     
  •     Los síntomas de la fiebre amarilla son: fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio.
     
  •     Una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves, y aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de 7 a 10 días.
     
  •     El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica.
     
  •     Desde el lanzamiento de la Iniciativa contra la Fiebre Amarilla, en 2006, se han hecho importantes avances en la lucha contra la enfermedad en África Occidental, y se han vacunado más de 105 millones de personas en campañas de vacunación en masa. En África Occidental no se han notificado brotes de fiebre amarilla en 2015.
     
  •     Las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.
     
  •     La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y asequible. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.
     
  •     Un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa de supervivencia. No hay tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla.

Signos y síntomas

El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Muchos casos son asintomáticos, pero cuando hay síntomas, los más frecuentes son fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen en 3 o 4 días.

Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios órganos, generalmente el hígado y los riñones. En esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento de la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el color oscuro de la orina y el dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 7 a 10.

El diagnóstico de la fiebre amarilla es difícil, sobre todo en las fases tempranas. En los casos más graves puede confundirse con el paludismo grave, la leptospirosis, las hepatitis víricas (especialmente las formas fulminantes), otras fiebres hemorrágicas, otras infecciones por flavivirus (por ejemplo, el dengue hemorrágico) y las intoxicaciones.

 

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