Estudio abierto con diseño reversible | 21 ABR 17

Eficacia de los micronutrientes en el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad en los niños

La utilización de micronutrientes en formulaciones de amplio espectro permite controlar y mejorar significativamente el estado clínico general del niño con TDAH.
Autor/a: Gordon H, Rucklidge J, Blampied N, Johnstone J  Journal of Child and Adolescent Psychopharmacology 25(10): 783-798, Dic 2015

Introducción

Los micronutrientes –vitaminas y minerales– pueden complementar la terapia farmacológica de trastornos psiquiátricos como la ansiedad, el autismo, la bipolaridad y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Este último se controla con fármacos estimulantes muy eficaces al comienzo del tratamiento, pero que pueden provocar efectos adversos, como pensamientos suicidas y pérdida de peso. El TDAH es uno de los trastornos más frecuentes en la población infantil en el mundo, con una incidencia cercana al 5%, lo que plantea la importancia de lograr un tratamiento eficaz a largo plazo y sin afectos adversos significativos, si se considera que los fármacos utilizados pueden afectar el normal desarrollo de las estructuras cerebrales del niño. En este sentido, el control de la falta de atención, impulsividad e hiperactividad, características del TDAH, es fundamental, ya que al ser una afección crónica, puede derivar en las alteraciones observadas en las facultades cognitivas y la sociabilidad, y al abuso de sustancias. Se busca implementar, en la población infantil, estrategias de tratamiento que hayan demostrado su eficacia en los adultos, como la inclusión de micronutrientes en la dieta. En particular, la formulación de micronutrientes de amplio espectro conocida como EMPowerplus® (EMP+), que contiene 14 vitaminas, 16 minerales, 3 aminoácidos y antioxidantes, es eficaz y segura para el tratamiento de los adultos con TDAH.

El objetivo del presente trabajo fue determinar la eficacia y seguridad de la monoterapia con EMP+ en niños con TDAH mediante la aplicación de las escalas que evalúan el trastorno.

► Métodos

La población en estudio estuvo constituida por niños con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años (n = 14) que presentaban TDAH de acuerdo con los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición revisada (DMS-IV-TR®) y con las entrevistas realizadas a los pacientes y padres, establecidas en Kiddie Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia for School-Aged Children-Present and Lifetime version. Los pacientes no debían estar en tratamiento farmacológico previo (por un mínimo de 4 semanas) ni presentar alteraciones neurológicas o en los valores determinados en los estudios hematológicos y bioquímicos de rutina (se requirió en todos los casos la disponibilidad para la extracción de sangre). En el presente estudio se incluyeron, asimismo, pacientes que presentaban otros trastornos psiquiátricos establecidos en el Eje I.

El experimento comprendió una fase inicial de 8 semanas; en los primeros 3 días se les administró a los pacientes 2 dosis diarias de 2 cápsulas de EMP+; desde el día 4 hasta el inicio de la cuarta semana la dosis diaria se incrementó en 8 cápsulas (separadas en 2 dosis), y desde allí hasta el final de la primera fase se prescribieron un máximo de 15 cápsulas diarias (3 dosis de 5 cápsulas). El total de cápsulas diarias consumidas estuvo sujeto a la respuesta del paciente y a la aparición de efectos adversos. Antes del comienzo y al terminar la fase inicial se realizaron los análisis hematológicos y bioquímicos (valores de glucemia en ayunas, lípidos séricos, prolactina, minerales [cobre, hierro y cinc], hormonas tiroideas y tiempo de coagulación). En la fase siguiente, se interrumpió el tratamiento durante 4 semanas, seguido de una segunda fase de tratamiento por 8 semanas más (se utilizó la dosis personalizada en el final de la primera fase).

En el comienzo y cada 2 semanas durante el experimento se valoró el cuadro clínico mediante la aplicación de las escalas de evaluación del trastorno. Se estudió la intensidad de los síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad con la Conners’ Parent Rating Scale (CPRS), según la cual un valor de T mayor de 65 refiere un cuadro clínico grave. Asimismo, la gravedad del trastorno y la reducción de la sintomatología se evaluaron mediante las escalas CGI-S y CGI-I, respectivamente, que determinan la condición clínica general (Clinical Global Impressions Scale, CGI) y asignan un puntaje en un rango de 1 a 7. También se utilizó la valoración por Strengths and Difficulties Questionnaire (SDQ), que evalúa el comportamiento del niño (presencia de alteraciones de conducta y en la interacción social, etc.; los puntajes superiores a 17 expresan un comportamiento anormal). Asimismo, se aplicaron escalas utilizadas en la evaluación de otros trastornos psiquiátricos para la determinación de la intensidad de la sintomatología del TDAH: la Young Mania Rating Scale (YMRS), para los síntomas de manía; la Children’s Depression Rating Scale(CDRS) y la Children’s Global Assessment Scale (CGAS), para evaluar la ausencia de trastornos psiquiátricos y las características del comportamiento social. Se utilizó el informe Measure Yourself Medical Outcome Profile (MYMOP), en el que los pacientes puntuaban la intensidad de sus síntomas, y el cuestionario tendiente al registro de los efectos adversos.

 

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