Vítreo | 29 AGO 16

Flotadores del vítreo: etiología, diagnóstico y tratamiento. (Parte II)

Revisión de la literatura para determinar etiología, diagnóstico y tratamiento de los flotadores del vítreo

Afortunadamente, hoy existen métodos para determinar la gravedad de los flotadores tanto estructuralmente (medición cuantitativa mediante ultrasonografía) como funcionalmente (sensibilidad de contraste). Esto permite tomar decisiones de manera científica y racional. Los últimos estudios indican que los flotadores pueden tener un impacto significativamente negativo sobre la calidad de vida. La dispersión de luz causada por los flotadores puede incrementar los efectos visuales asociados con luz centelleante, se logra una mejora de dicho efecto mediante vitrectomía realizada por flotadores.

La medición de la sensibilidad de contraste puede ser utilizada para complementar la evaluación de la agudeza visual. La probabilidad de que los flotadores del vítreo deterioran la sensibilidad de contraste fue comprobada utilizando el método de evaluación de la sensibilidad de contraste computarizado  Freiburg La sensibilidad de contraste de los pacientes se normalizó después de la vitrectomía y simultáneamente mejoró la calidad de vida de los pacientes.

En general, una vez diagnosticados, a los pacientes que se quejan por los flotadores, se les asegura que con el tiempo se adaptaran a dicho síntoma. En caso de pacientes en los que el síntoma persiste y resulta en deterioro de su calidad de vida existen dos tipos de tratamientos. Por un lado, extracción de flotadores mediante vitrectomía limitada, procedimiento sin suturas, y por el otro la vitreolisis con YAG láser, lo que en un futuro podría realizarse farmacológicamente.

La vitrectomía es definitiva, las opacidades del vítreo son extraídas permanentemente. El tratamiento láser rompe los flotadores dividiéndolos en partes pequeñas y la vitreolisis farmacológica en teoría disuelve los flotadores, pero esto aun no ha sido probado. La eficacia de la vitrectomía en caso de flotadores es altamente positiva. Aunque la agudeza visual no se ve gravemente afectada por la presencia de flotadores, varios estudios informaron una mejora de la agudeza entre 26 y 50% de los participantes en el estudio. Otro parámetro de la eficacia es la sensibilidad de contraste y las luces centelleantes. De acuerdo a las respuestas mediante cuestionarios, entre 85 y 100% de los pacientes están satisfechos con el procedimiento.

Las complicaciones que pueden surgir incluyen desgarros retinianos intra o postoperatorios, desprendimiento de retina, hemorragia coroidal y vetreorretinopatía proliferativa. Sin embargo la complicación más común es el desarrollo de cataratas. El riesgo de desgarros asociados con la vitrectomía podría aumentar cuando se induce el desprendimiento de vítreo posterior durante la cirugía.

La utilización de instrumentos más pequeños pareciera reducir el riesgo de complicaciones, también es importante considerar la opción de no inducir el desprendimiento del vítreo posterior para evitar desgarros retinianos con consecuencias en el largo plazo. Finalmente, algunos desgarros pueden ser persistentes por lo que es importante una meticulosa evaluación preoperatoria para identificar patologías retinianas antes de la cirugía.

La alteración de la presión intraocular es una complicación de la vitrectomía que puede conducir a hipotonía o hipertensión ocular. La hipotonía no es común y la hipertensión es poco frecuente, pero puede tratarse con medicación y generalmente se resuelve a las pocas semanas. Luego de vitrectomía es prudente realizar un monitoreo de la PIO y la morfología del disco óptico durante un largo plazo hasta que pueda descartarse el riesgo de glaucoma. Hasta el momento, los problemas de PIO no son significativos después de vitrectomía por flotadores.

Las cataratas después de vitrectomía en pacientes fáquicos son comunes y suceden en casi 53 a 76% de los casos. Pueden desarrollarse dentro de los dos años posteriores al procedimiento en pacientes de más de 50 años. La extracción dirigida de flotadores podría preservar relativamente el ambiente hipóxico y reducir la incidencia de cataratas.

La endoftalmitis es una complicación grave de cualquier cirugía intraocular, con malos resultados. El riesgo ha ido disminuyendo con el tiempo y es muy reducido (0,018 a 0,04%).

La vitreolisis mediante Yag láser se realiza apuntando el láser sobre las opacidades del vítreo visibles en la lámpara de hendidura. Normalmente solo se tratan las opacidades alejadas de la retina, por lo que no todos los flotadores pueden ser tratados con este procedimiento. A diferencia de la vitrectomía, es un procedimiento a ojo cerrado lo que evita el riesgo de endoftalmitis y no aumenta el riesgo de cataratas.

 

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