Cuál es la primera manifestación en mujeres y en hombres | 01 DIC 14

Riesgo cardiovascular: diferencias según el sexo

Dos de cada tres hombres y mujeres de 55 años padecerán enfermedad cardiovascular durante los años que les quedan de vida. Los resultados de este estudio señalan la importancia del control adecuado de los factores de riesgo para el accidente cerebrovascular y la insuficiencia cardíaca.
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Referencias
Desarrollo



Introducción

La enfermedad cardiovascular (ECV) continúa siendo una de las principales causas de muerte y discapacidad en las sociedades occidentales. Sin embargo, hay diferencias considerables según el sexo en la aparición de las diversas manifestaciones de ECV.

Los hombres tienen mayor riesgo de enfermedad coronaria que las mujeres y a menor edad que ellas. Las mujeres, en cambio, tienen igual o mayor propensión a sufrir accidente cerebrovascular (ACV) e insuficiencia cardíaca. Debido a que las estrategias para prevenir el ACV y la insuficiencia cardíaca pueden ser diferentes de las estrategias para prevenir la enfermedad coronaria, para la prevención primaria es importante conocer la primera manifestación de ECV.

La expectativa de vida es mayor para las mujeres que para los hombres y por consiguiente ellas tienen más tiempo para presentar ECV. Los factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, no sólo aumentan la susceptibilidad para la ECV, sino que se asocian con mayor riesgo de morir por causas no cardiovasculares antes de que aparezca la ECV.

Por lo tanto, al comparar las primeras manifestaciones de ECV, no se pueden desatender los riesgos competitivos entre estas manifestaciones y la muerte por causas no cardiovasculares. Hasta ahora ningún estudio comparó las numerosas primeras manifestaciones de ECV entre hombres y mujeres en el marco de los riesgos competititivos.

Los autores emplearon datos del seguimiento prolongado prospectivo del Estudio Rotterdam para calcular el riesgo de ECV a lo largo de la vida y las primeras manifestaciones en hombres y mujeres de mediana edad y ancianos.


Métodos
Diseño del estudio, marco y población

Este estudio se efectuó dentro del Estudio Rotterdam, un estudio de cohortes prospectivo concebido para investigar la aparición y los determinantes de las enfermedades relacionadas con la edad en la población general. A partir de 1990 se incorporaron 8419 participantes (60,9% mujeres) que vivían en un suburbio de Rotterdam, Países Bajos. La cohorte inicial (RS-I) fue de personas ≥ 55 años y sin ECV (RS-I). A partir de 2000, el estudio se amplió con una segunda cohorte (RS-II) de habitantes que llegaron a los 55 años y de personas que habían migrado a la zona del estudio.

El seguimiento comenzó en la fecha en que se evaluaron los factores de riesgo cardiovascular en el centro de investigaciones. Los datos de la evolución clínica de los pacientes se recogen continuamente a través de un sistema automático de seguimiento, que vincula digitalmente la base de datos del estudio con las historias clínicas que llevan los médicos que trabajan en la investigación.

Evaluación de la evolución de la ECV

Se controló a todos los participantes con respecto a la aparición de casos nuevos de enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, otra muerte cardiovascular y muerte no cardiovascular. Otras muertes por enfermedad cardiovascular incluyeron toda la mortalidad cardiovascular que no fuera por enfermedad coronaria o ACV, como las muertes por aneurismas de aorta, enfermedad vascular periférica, valvulopatía cardíaca y embolia pulmonar.

La enfermedad coronaria “dura” se definió como infarto de miocardio mortal y no mortal o mortalidad coronaria comprobada. La enfermedad cerebrovascular “dura” se definió como ACV no hemorrágico. Otras muertes cardiovasculares ateroscleróticas fueron principalmente por aneurismas de la aorta abdominal y enfermedad vascular periférica.

Evaluación de los factores de riesgo cardiovascular

En la cohorte RS-I, la diabetes mellitus se definió como una glucemia poscarga ≥11,1 mmol/l o el empleo de fármacos para el descenso de la glucemia. En la cohorte RS-II, la diabetes mellitus se definió como una glucemia en ayunas ≥7,0 mmol/l, una glucemia sin ayuno ≥11,1 mmol/l (sólo si no se disponía de suero en ayunas) o el empleo de fármacos para el descenso de la glucemia.

Los antecedentes familiares de infarto de miocardio prematuro se definieron como tener un progenitor, hermano o hijo que sufrió un infarto de miocardio a la edad de ≤ 65 años. El empleo de hipotensores se definió como el empleo de antiadrenérgicos, diuréticos, β bloqueantes, bloqueantes de los canales de calcio, o modificadores del sistema renina-angiotensina.


Resultados
Características al ingreso

En promedio las mujeres fueron mayores que los hombres. La colesterolemia y el índice de masa corporal (IMC) fueron en general mayores en las mujeres, mientras que los hombres tuvieron presión arterial diastólica más alta y hubo entre ellos más tabaquismo. Varias de las características iniciales fueron diferentes entre ambas cohortes, entre ellas el aumento global del nivel educativo, la presión arterial más alta, menor colesterolemia, empleo más frecuente de estatinas e IMC más alto en la cohorte RS-II. Las diferencias en el tabaquismo según el sexo, aunque todavía significativas, fueron menos pronunciadas en la cohorte RS-II.

Riesgo de ECV en el curso de la vida

Durante un total de 81276 años persona de seguimiento, 2888 participantes sufrieron un episodio de ECV, lo que corresponde a una incidencia del 35,5 (intervalo de confianza [IC] del 95% 34,2% – 36,9%) por 1000 años persona para cualquier manifestación primera de ECV. De estos 2888 episodios, 826 fueron enfermedad coronaria, 1198 fueron de origen cerebrovascular, 762 insuficiencia cardíaca y 102 fueron otras muertes cardiovasculares. De los primeros episodios de ECV, 608 (21,1%) fueron mortales.

Otras 1532 personas murieron por causas no cardiovasculares, y 20 participantes se perdieron al seguimiento. En el análisis limitado a los resultados ateroscleróticos “duros”, se incluyeron 1700 episodios cardiovasculares, de los que 766 fueron enfermedad coronaria “dura”, 869 ACV no hemorrágico y 65 otras muertes cardiovasculares ateroscleróticas.

El riesgo global de ECV en el curso de la vida fue similar para hombres y mujeres a la edad de 55 años, con el 67,1% (IC del 95% 64,7% - 69,5%) para los hombres y el 66,4% (64,2% - 68,7%) para las mujeres. Los restantes riesgos de ECV a lo largo de la vida disminuyeron con el aumento de la edad a medida que la incidencia de muerte por enfermedad no cardiovascular competitiva aumentaba.

La disminución fue mayor para los hombres que para las mujeres: para los de 85 años sin ECV el riesgo restante de ECV fue del 52,0% en hombres y del 57,1% en mujeres. La incidencia acumulada de ECV en los hombres aumentó continuamente con la edad, mientras que en las mujeres, hasta los 70 años la incidencia acumulada siguió siendo baja y aumentó abruptamente a partir de allí.

Primera manifestación de ECV

"En las mujeres, la enfermedad cerebrovascular fue la primera manifestación más común a cualquier edad"

Aunque los riesgos globales a lo largo de la vida de sufrir cualquier ECV fueron similares para ambos sexos, las primeras manifestaciones fueron diferentes. A los 55 años, los riesgos de las primeras manifestaciones en el curso de la vida para los hombres fueron del 27,2% para enfermedad coronaria, el 22,8% para enfermedad cerebrovascular y el 14,9% para insuficiencia cardíaca versus el 16,9%, 29,8%, y 17,5%, respectivamente para las mujeres.

Por cada 1000 mujeres esto se traduciría en 102 primeras manifestaciones menos de enfermedad coronaria durante su vida, pero 70 más de enfermedad cerebrovascular y 26 más de insuficiencia cardíaca en relación con los hombres. Con el aumento de la edad, el exceso de riesgo siguió siendo más o menos el mismo para la enfermedad cerebrovascular, pero disminuyó para la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca.

La enfermedad cerebrovascular y la insuficiencia cardíaca se convirtieron en las manifestaciones iniciales más comunes para los hombres que no sufrían ECV a los 75 o más años.

En las mujeres, la enfermedad cerebrovascular fue la primera manifestación más común a cualquier edad durante el resto de su vida. En los hombres, la incidencia acumulada de enfermedad coronaria es mayor que la de enfermedad cerebrovascular e insuficiencia cardíaca a todas las edades, con las incidencias acumuladas de estas dos últimas alcanzándola hasta los 70 años y a partir de allí todas las curvas van paralelas.

En las mujeres, las curvas fueron más abruptas para la enfermedad cerebrovascular y la insuficiencia cardíaca que para la enfermedad coronaria, especialmente a mayor edad, lo que indica que la mayoría de los casos de enfermedad cerebrovascular y de insuficiencia cardíaca se produjeron en la última parte de la vida. En promedio, las mujeres fueron mayores que los hombres cuando se manifestó la ECV. En ambos sexos, los que sufrieron enfermedad coronaria como la primera manifestación fueron los más jóvenes, seguidos por aquéllos en los que la ECV se manifestó con enfermedad cerebrovascular e insuficiencia cardíaca; los que murieron por otras causas cardiovasculares eran los más viejos.

De acuerdo con la característica de inicio más tardío de la ECV en las mujeres, los riesgos fueron menores para las mujeres que para los hombres con respecto a cualquier primer episodio cardiovascular o muerte por causas no cardiovasculares. El índice ajustado de riesgo específico según el sexo para la aparición de ECV no fue significativamente diferente del índice de riesgo para la muerte no cardiovascular competitiva, lo que coincide con el riesgo comparable de ECV a lo largo de la vida.

 

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