El estado de ánimo y los vientos (biometeorología) | 07 DIC 13

Vientos que azotan los ánimos

Los episodios de pánico son tres veces más comunes con el viento cálido de poniente.

El estado de ánimo de algunas personas e incluso su salud mental dependen de los cambios meteorológicos. En España, la tramontana, el viento sur del norte y el siroco están relacionados con una mayor presencia de migrañas, cuadros depresivos, ansiedad e irritabilidad. No existe consenso científico sobre por qué determinadas masas de aire producen este desequilibrio.

Laura Chaparro


Una mujer se sostiene el sombrero mientras lucha contra el viento en Colonia (Alemania). / EFE

En la estepa manchega, el viento cálido del este azota sin descanso pueblos como Granátula de Calatrava. Las flores de las lápidas del cementerio se ajustan con grandes piedras a sus macetas para que no se vuelen y los cortinones de las puertas ondean como si fueran banderas. Una vecina octogenaria no reconoce a sus sobrinas y una de ellas le echa la culpa al viento. “Es el viento. Maldito viento solano que saca a la gente de quicio”, asegura Raimunda.

La anciana es Chus Lampreave y Raimunda, Penélope Cruz, ambas a las órdenes de Pedro Almodóvar en la película ‘Volver’. El director manchego no tenía razón porque, aunque sí hay vientos que están relacionados con el bienestar mental, el solano no parece ser uno de ellos.

“El viento es un integrante del conjunto de meteoros que configuran nuestra ecología y, en algunos momentos, algunos parecen capitanear algún efecto sobre nosotros”, indica a SINC Antoni Bulbena, catedrático de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del Hospital del Mar.

Los episodios de pánico son tres veces más comunes con el viento cálido de poniente.

En uno de sus estudios, Bulbena descubrió que en el Hospital del Mar de Barcelona, durante todo un año, los episodios de pánico fueron tres veces más comunes con el viento cálido de poniente en la ciudad, que proviene del oeste. Según el psiquiatra, otras corrientes de aire que tienen efecto en la salud de los españoles son el viento de tramontana, el viento sur del norte de España y el siroco procedente del Sáhara.

Sensibles al tiempo

Científicos israelíes analizaron si los cambios meteorológicos en áreas semiáridas influían en la incidencia de trastornos mentales. Con una muestra de 4.325 personas que habían ingresado por intento de suicidio y ataques psicóticos en el Centro de Salud Mental de la Universidad Ben-Gurion del Neguev (Israel), los investigadores concluyeron que había cierta relación entre estas conductas y la dirección y velocidad del viento.

Sin embargo, “el origen de estos comportamientos no responde únicamente al viento, porque no es el único factor desencadenante. Se trata de una combinación de parámetros”, afirma a SINC Arkadi Zilberman, uno de los autores del estudio.

El viento por sí solo no produce ningún efecto. Solo cuando está asociado a corrientes de aire puede tener consecuencias para la salud. Con esta corriente suceden dos cosas. Por un lado, una masa de aire sustituye a otra y cambian de forma súbita parámetros como la humedad, temperatura o presión; y por otro lado, la corriente trae consigo componentes gaseosos, contaminantes y partículas sólidas suspendidas en el aire.

“Otro de nuestros trabajos apunta a partículas cargadas –iones positivos o negativos– como parte de los posibles desencadenantes de las crisis esquizofrénicas y de los intentos de suicidio”, añade Zilberman. Sin embargo, fuentes independientes insisten en que esta idea es solo una hipótesis sin pruebas que la apoyen.

“No existe suficiente evidencia científica porque no se ha investigado”, subraya a SINC Pedro A. Martínez-Carpio, investigador clínico de la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona. Una opinión que  comparte Michael Terman, profesor de Psiquiatría en la Universidad Columbia (Estados Unidos): “La interpretación de los autores sobre la absorción de los iones del aire y su mecanismo de acción es especulativa”, mantiene.

No hay pruebas científicas para sospechar que las partículas en el aire son causa de suicidio o comportamientos esquizofrénicos

Para clarificar cuál era el papel de esta ionización del aire en el estado de ánimo de las personas, William H. Balley y su equipo emprendieron una revisión de los artículos publicados entre 1957 y 2012 en torno a esa cuestión –un total de 33 trabajos–. “No encontramos ninguna base para sospechar que las partículas en el aire son una de las causas de suicidio o de comportamientos esquizofrénicos”, recalca a SINC Balley, investigador de la consultora de ciencia e ingeniería Exponent (Estados Unidos).

 

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