Presentación de un nuevo libro | 27 SEP 11

La incapacitación inmediata por el trauma balístico

Una introducción a los mecanismos que producirían la incapacitación de un individuo por heridas con proyectiles de arma de puño y su importancia médico-legal.
Autor/a: Oscar Vanzetti 

Prólogo

No es tarea fácil prologar la obra de un querido colega y amigo. Porque la afectividad, puede atentar contra la imparcialidad que exige el comentario de estilo.

Desde la noche de los tiempos, el hombre comprendió que estaba en desventaja con las otras criaturas vivientes que compartían su entorno. La maza, la espada, el arco, el hacha y la lanza, fueron las armas que durante siglos le permitieron atacar y defenderse. La invención de la pólvora, aplicada a las armas de fuego, fue la invención que cambió el curso de la historia. El arma, el proyectil y los daños corporales que estos producen, forman una triada inseparable para valorar sus efectos.

Fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se iniciaron las primeras experiencias científicas, en cadáveres humanos y animales vivos. Nació así, la balística Medicolegal o Balística Jurídica, “De efecto” o “Terminal”. Estudia los fenómenos que se producen, desde el momento en que el proyectil impacta en el blanco, hasta que se detiene o lo atraviesa.

El Dr. Oscar Vanzetti, en razón de su destacada formación profesional, era el hombre indicado para enfrentar la problemática que plantea el estudio de la balística de las heridas. 

El autor ha utilizado en la redacción de la obra, conocimientos que le son propios, adquiridos, decantados y afinados, en el añoso ejercicio de la práctica profesional y el manejo de las armas de fuego.

Las lesiones que producen los misiles sobre los cuerpos humanos, han sido estudiadas hasta casi agotar el tema, incluyendo interesantes datos sobre anatomía, fisiopatología y referencias vinculadas a cuestiones que habitualmente no se incluyen en los libros convencionales. Al lado de las referencias de carácter informativo siempre se encuentra la opinión y la valoración del autor, basada en su propia experiencia.

Por cuanto antecede, pienso que Médicos Legistas, Abogados, Criminalistas y Policías, hallarán aquí, en forma sucinta, clara y ordenada, la respuesta adecuada para resolver las dudas que plantean las investigaciones criminales.

El Dr. Oscar Vanzetti me ha honrado, sin duda, al permitirme suscribir este abreviado prólogo.        

Osvaldo Hugo Raffo 
Médico Legista

(Ex Médico Forense de la Justicia Nacional. Ex Docente de las Cátedras de Medicina Legal de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Universidad del Salvador y de la Universidad Nacional de San Martín. Ex Profesor de Medicina Legal de la Escuela Superior de la Policía de Buenos Aires. Ex Profesor de Medicina Legal del Curso de Instructores Judiciales de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Profesor Extraordinario Visitante de la Universidad Fasta. Ex Director de Medicina Legal de la Dirección General de Ciencias y Técnicas Criminalísticas de la Policía de la Provincia de Buenos Aires).
La  incapacitación inmediata por el trauma balístico (págs. 19-25)


Acerca del libro: Este no es un libro donde se hable de la balística llamada “Terminal” o de “Efectos”  que se puede encontrar magníficamente descripta en numerosa literatura de nuestra especialidad, tanto por autores nacionales como extranjeros de destacada trayectoria. Mi libro se refiere a otro punto de vista sobre la balística que interesa al Médico Legista. Más precisamente está dedicado a tratar de explicar los fenómenos que afectan  al organismo de un ser humano vivo cuando un proyectil de arma de fuego, especialmente de arma corta o de puño, atraviesa en su trayectoria los diferentes tejidos del mismo. Ese trayecto intracorporal en un ser humano con vida, rodeado de tejidos que sufren la acción vulnerante del misil, está expuesta al acontecimiento de numerososfenómenos que corresponden también  al campo de otras ciencias (biofísica, química, etc.) y a los que he tratado de abordar de una manera sencilla, para hacerlos fácilmente comprensibles, ya que este ensayo no está solamente dirigido a Médicos Legistas sino también a jueces, abogados que ejercen el Derecho Penal, criminalistas, estudiantes de balística, policías. En fin, a todo aquel que se adentre al campo de las Ciencias Forenses y, también, a usuarios de armas de fuego que les interese el tema. 

Cuando un individuo sufre una herida con un proyectil de arma de fuego, en mi opinión, no se limita la lesión sólo al tejido involucrado en su trayecto intracorporal. Si esta herida produce la caída  al suelo del individuo herido, de manera inmediata, aun cuando la lesión no sea de mortal necesidad, yo lo denomino al resultado “Efecto derrumbamiento”. Cómo se produce este “efecto” se relaciona con numerosos y complejos biomecanismos  a los que trato de hallar una explicación racional, utilizando los diversas explicaciones que  al día de hoy aporta la neurociencia, entre otras, ya que el ser humano es un intrincado y complejo misterio psico-neuro-endócrino-anátomo-funcional. Mi preocupación no es estudiar a la “herida de bala” como un hecho aislado, sino que considero al “hombre herido” de manera integral. O sea al ser humano que sufre una agresión en su cuerpo y en su salud, (como se debe estudia y considerar a todo enfermo) el cual  constituye ese todo indivisible antes mencionado. 

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Fragmento del libro 

I- Introducción

Es objetivo del presente libro el realizar un estudio metódico y actualizado para tratar de explicar los mecanismos que producirían  la  incapacitación inmediata en aquellas personas que sufren heridas producidas con proyectiles de armas de fuego portátiles, o sea la caída inmediata al suelo, a lo cual personalmente denomino  “Efecto Derrumbamiento”, y además, establecer su relación  con la Medicina Legal. 
                                                                                     
Desde  el  punto  de  vista  Médico-legal,  al  impacto  de  un proyectil balístico contra la superficie corporal de un ser humano vivo se lo considera un traumatismo contuso-penetrante. De ello resultará una lesión: la herida, de gravedad y repercusión diversa en  la complicada estructura psico-anátomo-emocional del individuo afectado y, además, destacada materia de estudio  para la Medicina Legal, siendo el objetivo principal de esta herida, en especial cuando es producida por representantes de la ley y el orden público, el de producir, si fuere menester, una incapacitación rápida de quien delinque mediante la caída inmediata o “derrumbamiento” del  individuo herido, describiendo  con este último vocablo “el acto” que representa  este tipo de desplome, cuyas causas trataré de explicar.

Para poder conocer lo  antes mencionado se requiere contar con la experiencia, teoría y praxis que pueden aportar aquellos investigadores dedicados a estudiar la compleja arquitectura humana  en  sus múltiples  aspectos,  relacionándolos  con el estudio de la naturaleza y mecanismos  de las heridas producidas por proyectiles de armas de fuego portátiles, especialmente de las llamadas de puño, cortas o de mano. De la revisión y estudio de toda la literatura a mi disposición (de las cuales he tomado literalmente algunas partes) amalgamado con los conocimientos antes mencionados, debería surgir una mejor comprensión de los fenómenos y/o efectos de la relación: hombre / tejidos / proyectil / arma de fuego.

Cuando se habla de la capacidad de detención o de capacidad de incapacitación (que no son sinónimos) de una determinada munición, en general se  hace referencia a la munición  de arma corta o de puño, ya que ésta es el arma básica del personal policial y de seguridad con la cual tendrá que hacer frente y responder, si fuere menester, a la agresión armada de un delincuente. Igual situación ocurre con el ciudadano común o civil, que para su legítima defensa comúnmente utiliza un arma de igual o parecidas características.

Si como resultado del impacto del proyectil de arma corta se produce la inmediata caída al suelo de la persona herida, debe desecharse la idea de considerar que dicha caída es producida por la fuerza transmitida por el peso y velocidad del proyectil contra la superficie corporal, si bien estos elementos participan en forma destacada en la llamada energía cinética y momento de transferencia de energía del proyectil. El sólo golpe o impacto del misil de un arma corta contra la superficie del cuerpo humano no guarda, desde el punto de vista de la física, una directa relación causa-efecto en la caída del impactado.

Si consideramos que la caída o derrumbe del individuo se produce como consecuencia de la interacción tejidos/proyectil, tratando de hacerlo sencillo, importante serán, pues, las características de la bala utilizada: forma y tipo de material utilizado, masa (cantidad de materia), peso (fuerza con que atrae la tierra), que en la práctica son iguales,  la velocidad (espacio recorrido por el proyectil dividido por el tiempo empleado hasta llegar al blanco), y el calibre o diámetro de la bala.

También deben ser consideradas las características de la persona que recibe el impacto (talla, peso, edad, estado psico-emocional, ingestión de drogas psicotrópicas, constitución física, vestimenta, etc.).

Por ello se debe discurrir detenidamente en el análisis sobre la acción del choque misil/cuerpo humano, para descartar con fundamentos a este mecanismo de ser el único que origine la posibilidad del derribamiento. Acudimos para ello a la tercera ley de Newton o principio de  acción y reacción que dice: “A toda fuerza de acción, se le opone una fuerza de reacción de igual magnitud, igual dirección y sentido contrario”, principio de gran importancia en el presente caso  ya que el individuo que dispara debería sufrir, al igual que el herido, el efecto de una fuerza de igual intensidad pero con sentido contrario: el retroceso,  lo que también provocaría la caída al suelo del tirador, hecho que en la realidad no sucede  ya que para ello se utilizan armas de puño que se pueden manejar y controlar con facilidad y comodidad, con longitudes de cañón, pesos y calibres estándares, con lo que se trata de evitar el disconfort que produciría, por ejemplo,  el tener que  llevar por varias horas un arma muy voluminosa y pesada, lo cual muchas veces se debe hacer en forma oculta y disimulada.

 

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