Son más proclives a desarrollar una enfermedad cardíaca | 08 JUL 11

Las personas inhibidas y aisladas socialmente

Segundo Simposio Latinoamericano Corazón Cerebro, llevado a cabo el pasado 21 de junio, en la Ciudad de Buenos Aires, en forma conjunta por la Fundación Favaloro, el Bakken Heart-Brain Institute de la Cleveland Clinic y la Fundación INECO.
Fuente: INECO 

A diferencia de la creencia popular que afirmaba que las personalidades más explosivas podían sufrir un ataque al corazón, hoy se sabe que las personas deprimidas, con más dificultades para socializar y para expresar sus sentimientos están más predispuestas a desarrollar alguna enfermedad cerebro vascular o alguna patología cardíaca.

El abordaje "corazón-cerebro", un nuevo paradigma médico que da cuenta de las estrechas vinculaciones entre los sistemas nervioso y cardiovascular,  propone un tratamiento conjunto de su problemática, como lo revelaron los científicos más prestigiosos del mundo y de nuestro país en este campo, quienes expusieron los últimos resultados de sus investigaciones que tendrán un gran impacto y aplicabilidad clínica en los próximos años.

Las vinculaciones entre el corazón y el cerebro se expresan básicamente en dos niveles. En primer lugar, el sistema nervioso ejerce su control sobre la función cardíaca. En segundo lugar, el sistema vascular se entiende como uno solo. De esta manera, las patologías que lo afectan, como la arterioesclerosis, lo hacen en forma relativamente uniforme, tanto a nivel cardiaco como cerebral.

Un lugar destacado ocupa la relación circular entre el estrés, la depresión, la enfermedad vascular y el envejecimiento. Los resultados de la investigación “Factores de Riesgo Conductuales para Enfermedades Cardiológicas” llevada a cabo por Leo Pozuelo, Director Asociado del Bakken Heart-Brain Institute, revelaron que la depresión es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad coronaria, a la vez que agrava su morbi-mortalidad. Esto mismo ocurre con la enfermedad cerebrovascular.

Según el especialista, “sabemos que personas que han tenido altos niveles de depresión, de ansiedad y de estrés comparadas con otras personas tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Por otro lado, las personas que ya tienen enfermedad cardíaca, si tienen niveles altos de depresión, de ansiedad o de estrés tienen altas probabilidades de un empeoramiento de su patología”, así como, “aquellas personas que están muy aislados socialmente, que son inhibidos o tienen rasgos de hostilidad y fácil de enojarse. Por ello, se presentan muchos campos posibles de intervención, con los objetivos de controlar el estrés y de modificar la conducta en el paciente”, agregó Pozuelo.

 

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