Un libro analiza las ideas que circulan en la isla | 12 MAY 10

La filosofía de Lost

Una compilación de ensayos en la que varios filósofos nos muestran cómo una de las series más interesantes de la televisión ilumina la condición humana y la interroga con preguntas profundas.

Los temas que atraviesan este libro son: el temor de ser arrancado de todo aquello que conocemos y amamos; nuestra propia vida moral; la fe, la razón, el libre albedrío, el autoconocimiento. La filosofía de Lost es una guía para personas ávidas por explorar los territorios filosóficos de la exitosa serie televisiva, y de sus propias vidas. 

Fragmento del libro

En estado de naturaleza 

En La filosofía de Lost (Del Zorzal), distintos autores analizan la serie más famosa del planeta desde diversos ángulos filosóficos. En este fragmento, Peter S. Fosl rastrea las huellas de Carl Schmitt en la sociedad de la isla

A pesar del paisaje sublime y hermoso de la isla en la que cayeron los sobrevivientes del vuelo 815 de Oceanic Líneas Aéreas, uno debería estar muy presionado para describir el lugar como el jardín del Edén, Xanadu o un paraíso (especialmente considerando a quienes ya viven allí, los que salieron de la jungla para atacar, secuestrar o matar a los náufragos). En este capítulo, se considerará qué es lo que las construcciones del conflictivo paisaje social de Lost en ese extraño mundo verde tienen para decir sobre un determinado número de temas que han asediado a los filósofos por cientos de años[...]. En particular, se discutirá que mientras Lost adopta en muchos aspectos la visión social desarrollada por los primeros filósofos políticos de la modernidad liberal, la concepción del ser humano y de las sociedades humanas es, quizás a pesar de su propio intento, profundamente deudora de uno de los más influyentes filósofos políticos del nacionalsocialismo. [...]

Jack y Locke

No es casualidad que los nombres de los personajes protagónicos de Lost aludan a los filósofos de la temprana modernidad, que pensaron cómo sería la gente en un "estado de naturaleza" como la isla, fuera del alcance de la civilización humana. Me refiero al filósofo francés Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) y al filósofo inglés John Locke (1632-1704). Si bien los personajes llevan sus nombres, no simbolizan sus teorías filosóficas; su importancia anuncia, más bien, algunas de las preocupaciones de la serie. [?]

Más que a Hobbes o a ningún otro filósofo político moderno, es a un intelectual más contemporáneo a quien deberíamos dirigir nuestra mirada para poder entender los cuestionamientos filosóficos de Lost a las sociedades humanas: Carl Schmitt (1888-1985), conocido como la "joya de la corona" de los juristas nazis. A pesar de sus imperdonables servicios al régimen de Adolfo Hitler, el trabajo filosófico de Schmitt, especialmente El concepto de lo político (1927), sigue siendo importante, y curiosamente disfruta de un interés renacido entre los filósofos políticos de izquierda como Chantal Mouffe. La tesis central de Schmitt es que un "enemigo" es necesario para la formación y el desarrollo de la sociedad. Si la teoría política liberal está definida por su objetivo de eliminar el conflicto y asegurar una paz racional, la teoría nazi de Schmitt se define por su concepción del conflicto y la guerra no sólo como algo deseable sino también esencial. Esta tesis se encarna en la relación de los sobrevivientes con los Otros.

Aristóteles consideraba la amistad como crucial para el orden político [...]. Para Schmitt, en contraste, un amigo es un miembro de nuestro partido político, un aliado contra un enemigo común. Que alguien sea amigo o enemigo es la más elemental decisión política, y ser parte de una política es estar del mismo lado en una disputa contra personas que están en uno o en más de un lado contrario: chicos buenos vs. chicos malos, la familia suiza Robinson vs. los Piratas, Norteamericanos vs. los Terroristas, EE.UU. vs. URSS, EE.UU vs. Irán, EE.UU. vs. Saddam Hussein, EE.UU. vs. Al-Qaeda, Jason vs. Freddie, Izquierda vs. Derecha, nosotros vs. ellos. Las ulteriores decisiones políticas giran en torno a si un determinado curso de acción ayuda a nuestros amigos o daña a nuestros enemigos. Ayudar a los amigos y lastimar a los enemigos es, de hecho, el proyecto fundamental de la política. Puesto en términos de la temprana teoría liberal, el estado de naturaleza, desde que existe entre los grupos sociales, debería ser preservado.

Lost parece tener una perspectiva parecida. Mientras los sobrevivientes funcionan a menudo entre ellos, como hemos visto, de acuerdo a las concepciones liberales clásicas de orden social, si miramos más de cerca, especialmente su relación con los Otros, veremos que esas pretensiones liberales no son muy profundas. Los sobrevivientes del vuelo 815 de Oceanic no sólo forman una sociedad por las desgracias del estado de naturaleza, por las dificultades de las relaciones entre ellos, por su lucha con el mundo de la naturaleza, o incluso por cómo sienten por los demás. Están reunidos en una sociedad oponiéndose a otra sociedad, a un enemigo. Sus fuertes líderes, que los mantienen unidos, ascienden en autoridad en tanto jefes guerreros. Jack no es sólo el primero entre iguales; es su Führer. El enemigo que enfrentan, además, parece irreversiblemente antiliberal. Ben, el antiführer de Jack, parece ser temido como un líder rudo y dictatorial que, si le creemos a Juliet, sólo será depuesto cuando lo maten.

La tercera temporada de Lost comienza mostrándonos las cosas desde el punto de vista de los Otros. Esto nos permite entender algo más sobre su conducta. Pero no mucho. Y más importante aún, no vemos ningún esfuerzo (o capacidad, quizá) por parte de ninguno de los grupos por ser más hospitalarios o buscar el modo de establecer vínculos con los demás, tener una amistad o desarrollar empatía, resolver los conflictos de modo pacífico y racional, colectivamente. No vemos que puedan pensar en alguna ley o norma para regular sus interacciones, para compartir o cultivar los recursos que ofrece el entorno que los rodea, por unirse en defensa del monstruo de humo negro o del (de los) oso(s) polar(es). No hay ningún intento de algo así. Nada de esto parece posible. ¿Por qué los Otros no mandan un grupo de rescate con medicina y alimento? ¿Por qué no acompañan a los sobrevivientes de regreso a su campamento a salvo o les ofrecen ayuda, atención, cobijo y la oportunidad de unirse a su comunidad? Porque ese tipo de oferta es imposible de imaginar en un universo político schmittiano como el de Lost . Los Otros son mala gente, enemigos, como los caníbales a los que combaten Robinson Crusoe y Viernes; el único lenguaje que los enemigos entienden es la fuerza bruta.

 

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