Lograron una “importante recuperación” de la zona afectada. | 06 OCT 09

Células madre contra el Chagas

Ensayan una terapia para restituir tejidos cardíacos dañados.

La experiencia, en fase de prueba, la llevan a cabo investigadores del Conicet. Implantan células madre obtenidas del propio paciente en el tejido cardíaco dañado.

Por Adrián Pérez

Andrés Ruiz, investigador del Conicet y director del Instituto Nacional de Parasitología, a cargo de la experiencia.A cien años del descubrimiento y caracterización como enfermedad del Mal de Chagas, una terapia desarrollada en el país en base al implante de células madre contribuiría a la restitución del tejido del corazón dañado en pacientes con insuficiencia cardíaca secundaria o miocardiopatía dilatada, provocada por esa patología en su estadio crónico. El proceso comienza cuando las células madre se extraen de la médula ósea del paciente mediante una punción en la cresta ilíaca –en la parte superior de la pelvis– y se implantan con un catéter que transporta el fluido, por las arterias coronarias, hasta su destino final: el corazón. Los resultados del ensayo clínico, sin embargo, no son definitivos, ya que la experiencia se mantiene “en fase de seguridad y factibilidad”.

Andrés Ruiz, investigador del Conicet y director del Instituto Nacional de Parasitología, dependiente de la Anlis/Ministerio de Salud, explicó a Página/12 que la experiencia comenzó “en 2005, cuando tratamos a una mujer con una patología cardíaca que presentaba zonas del corazón muertas”. “Después del implante observamos que donde antes había un sector dañado, teníamos tejido cardíaco reconstituido con capacidad para contraerse y mejorar la funcionalidad del órgano”, agrega.

Mientras un video muestra en su computadora el preciso momento en el que el catéter descarga la solución con células madre en el corazón, el investigador aclara que las células utilizadas no provienen de embriones sino que son propias del paciente, más diferenciadas que las embrionarias, pero altamente efectivas: “Son células madre, que se encargan de regenerar tejidos y que están presentes en todas las personas”.

La idea base de la experiencia es “utilizar, favorecer, aumentar o mejorar la disponibilidad para que las células madre puedan actuar en el sector lesionado”. Después del autoimplante, se evalúa la reconstitución del tejido dañado utilizando una cámara gamma: una tomografía computarizada (Spect, según las siglas en inglés de Single Photon Emission Computed Tomography).

Los estudios se hacen a los 47 días y a los tres meses del implante. El Spect realiza un barrido del corazón para determinar la viabilidad del tejido, mediante un marcador radiactivo. Durante el barrido, el software “corta” la imagen que se toma del órgano y observa si el marcador (una sustancia radiactiva que es captada por la cámara gamma y no representa peligro para el paciente) ingresó o no en las células coronarias. Por último, la sustancia es captada por la célula cardíaca viable, que recibe una coloración amarillo-rojiza.

Sobre su escritorio, el investigador reconoce una imagen utilizada durante el diagnóstico y seguimiento del primer paciente tratado con esta técnica: “Había sectores del corazón que no se iluminaban y otros que estaban muy oscuros –señala–. Después del implante, el mismo corte hecho por el barrido con cámara gamma muestra una importante recuperación de las áreas afectadas, que aparecen iluminadas”.

 

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