El principal «asesino» de los incendios, el cianuro, desarmado

EMERGENCIAS  
ISABEL PERANCHO
 
Los servicios de urgencias hospitalarios españoles atienden cada año unas 2.000 intoxicaciones por humo. Y, también cada año, entre 150 y 200 personas no llegan a un centro sanitario y fallecen en el lugar del incendio, la mayoría envenenadas al respirar los productos de la combustión. De hecho, para más del 80% de las víctimas de este tipo de siniestro la muerte no obedece a quemaduras o traumatismos, sino a la inhalación de tóxicos, como el monóxido de carbono y el cianuro de hidrógeno que, en cuestión de minutos, inutilizan el sistema de transporte de oxígeno del organismo y ahogan la respiración celular, respectivamente.

Hasta hace unos años se pensaba que el principal artífice de este desenlace fatal era el monóxido de carbono, un agente fácil de neutralizar si se aplica a la víctima oxígeno al 100%. Pero en la última década se evidenció que el potencial mortífero del cianuro es mayor, un factor al que posiblemente ha contribuido el incremento del uso, en la construcción y fabricación de enseres domésticos, de nuevos materiales como el nylon, el poliacrinolito, la melamina, la poliamida, las resinas y el poliuretano, que al arder facilitan su producción. Por este motivo, desde hace tiempo se trabajaba en la obtención de un antídoto seguro y eficaz para combatirlo. Este remedio, la hidroxocobalamina, acaba de llegar al mercado español y su uso empieza a extenderse en los servicios de emergencias extrahospitalarios y en las urgencias hospitalarias.

EFICAZ Y SEGURO

La hidroxocobalamina (que se comercializará como Cyanokit por la farmacéutica Merck) no es un producto nuevo. Se trata de un precursor de la vitamina B12, un compuesto que ya se utilizaba para tratar algunos trastornos neurológicos. Sin embargo, cuando se administra a dosis muy altas por vía intravenosa es capaz de neutralizar el efecto del cianuro circulante en la sangre. En cuestión de minutos, éste se une al cobalto que contiene el fármaco formando cianocobalamina, una forma no tóxica que se elimina del organismo a través de la orina. El único efecto secundario que sufre el afectado es un enrojecimiento de la piel, las mucosas y la micción que es reversible.