Odontopediatría | 25 FEB 09

Lesiones orales autoinducidas

Mordedura crónica de carrillo, lesiones facticias: pautas para diagnosticarlas.
Autor/a: Fátima Castillo, Facultad de Odontología de la UNAM Año 2/ Núm IX/ 2008
INDICE:  1. Referencias bibliográficas | 2. Referencias bibliográficas
Referencias bibliográficas

Resumen

Se describe el caso de un paciente del género masculino con lesión autoinducida en mucosa yugal diagnosticada como morsicatum bucarum. En este trabajo se establecen pautas para identificar y diagnosticar este tipo de lesiones.

Palabras clave: morsicatum bucarum, lesiones autoinducidas, lesiones facticias.

Introducción

Morsicatum bucarum es el término científico (latín) que designa a la mordedura crónica de carrillo; morsus en latín significa mordida. Esta lesión autoinducida es de origen irritativo y reactivo, en la cual la mucosa responde al trauma crónico produciendo queratina, con su consecuente engrosamiento, mismo que se vuelve ulcerado o erosionado según el grado de fricción.1, 2 En este trabajo se describe el caso de un paciente odontopediátrico con una lesión provocada por mordedura crónica de mucosa yugal, diagnosticada como morsicatum bucarum. Se enfatiza la importancia de su diagnóstico y tratamiento.

Antecedentes

Diversos estudios han establecido que el morsicatum bucarum es una de las lesiones de cavidad bucal más frecuente, no sólo en el paciente adulto sino en el odontopediátrico.

En un estudio realizado en la UNAM, en el 2005, sobre prevalencia de lesiones bucales, se encontró que morsicatum bucarum es una de las tres lesiones más comunes, junto con lengua saburral y pigmentación racial. El dorso de la lengua, la mucosa yugal y los labios son las zonas más afectadas.3 En Venezuela, en el 2006, se llevó a cabo un estudio sobre lesiones patológicas en niños y adolescentes; se observó que las lesiones autoinducidas tuvieron más prevalencia entre la población infantil y los adolescentes.4

Por otra parte, en México, en el 2007, se reporta que 12 de las 20 lesiones más frecuentes, como úlcera traumática, queratosis irritacional, eritema traumático, morsicatum bucarum, mácula melanótica labial, hiperplasia fibrosa irritativa, melanosis del fumador, estomatitis nicotínica, épulis fisurado, hiperplasia papilar inflamatoria y eritemas sin causa identificada, son de origen irritativo y reactivo, en un rango que va desde 2 hasta 40 lesiones/1000 individuos.5

Foto 1. Vista anterior

El diagnóstico de morsicatum bucarum se establece a través de un correcto análisis clínico, el cual incluye las características que a continuación se mencionan. Las lesiones son asintomáticas y se localizan con mayor frecuencia en la mucosa bucal y labio inferior y pueden ser uni o bilaterales. Clínicamente se relaciona con todo aquel factor traumático que promueva un hábito de mordedura crónica, por ejemplo, restauraciones desajustadas, maloclusión, desgaste dental o pérdida de órganos dentarios.1, 2, 6

Las áreas aumentadas de tamaño pueden ser eritematosas o blancas y estar ulceradas o erosionadas. La superficie generalmente es irregular y macerada. Cuando se encuentra en mucosa labial se denomina morsicatum labiorum y cuando se localiza en lengua, morsicatum linguarum. 1, 2, 7 Las lesiones autoinducidas son comunes en niños con angustia o problemas psicológicos, por lo que es necesario indagar en el interrogatorio sobre la situación familiar, económica y social del paciente.6

Foto 2. Vista oclusal superior

Presentación clínica

Se trata de un paciente de género masculino, de 4 años 9 meses de edad que acude a revisión dental acompañado de su madre. El infante pertenece a una familia de nivel socioeconómico bajo y es el menor de cuatro hermanos. Su alimentación es de tres veces al día y su higiene bucal una vez al día, llevada a cabo por él mismo. De acuerdo al interrogatorio,no se reportan antecedentes heredofamiliares ni personales patológicos de relevancia.

Foto 3. Vista oclusal inferior. Restauraciones sobreobturadas

El motivo de la consulta es que el niño muerde constantemente sus mejillas, según refiere la madre, y que lo sorprende en repetidas ocasiones durante el día, lo cual se ha convertido en un hábito que ha adoptado desde hace ya tres meses. Durante la exploración el pequeño incluso muestra la manera en que muerde su mucosa y está consciente de ello.

 

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