XVII Conferencia Internacional de Sida

El VIH en aumento, pero es posible detener la epidemia

Si se lograra reducir en 50 por ciento el número de parejas sexuales y se lograra disminuir en 30 por ciento la transmisión del VIH con la circuncisión, estaríamos cerca de mantener la epidemia bajo control, dijo Geoffrey Garnett, epidemiólogo del Colegio Imperial de Londres, al hablar en la primera sesión plenaria de AIDS 2008.

Sin embargo, en estudios comparativos hechos en Zimbabwe, lo más que se logró fue un 25 por ciento de reducción en las parejas sexuales.

Garnett presentó esquemas que explican la estabilización de la prevalencia del VIH/SIDA, pero aclaró que esto no significa que ésta vaya en decremento. El número de infecciones sigue aumentando, además de que no se sabe si esta estabilización de la dinámica tiene que ver con un historial natural de la epidemia o responde a cambios de comportamiento en las personas.

Un millón de personas más estaban ya en tratamiento a fines de 2007. La meta de “3 por 5” fue alcanzada, unque tres años tarde, detalló Alex Coutinho, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas en Kampala, Uganda, al hablar del estado de la epidemia. El acceso a consejería y prueba de detección ha aumentado sustancialmente por medio de diversas estrategias. La circuncisión masculina se ha mostrado como una importante estrategia para intervenciones de prevención combinadas. Éste es un tema del que se va hablar cada vez más.

Tendremos que reconocer, dijo el investigador, que muy pocos países alcanzarán el acceso universal en 2010.

El 59 por ciento de las personas que requieren tratamiento antirretroviral no lo tienen, y de aquellos que inician el tratamiento, uno de cada tres no están en atención dos años después, por muertes tempranas y abandono del tratamiento.

Sobre todo, es muy importante involucrar a las personas que viven con VIH/SIDA como piezas claves del cambio.

Necesitamos programas que den apoyo a comunidades marginadas como HSH, UDI, trabajadores sexuales, trabajadores migrantes, prisioneros y, cada vez más, las personas mayores.