Arqueología | 16 JUL 08

La “Venus” de Willendorf a un siglo de su descubrimiento

La representación idealizada de la mujer desde la prehistoria. Un artículo del profesor Manuel Luis Martí.
Autor/a: Dr. Manuel Luis Martí * 

La historia comienza con la invención de la escritura, cuando el hombre puede dejar su palabra con un destino de permanencia. Esto ocurrió hacia el año 3500 a. C., en Sumeria, al sur de la Mesopotamia, cuando sus habitantes inician la escritura cuneiforme.

La etapa anterior a la historia es la prehistoria, que se puede investigar mediante el estudio de los instrumentos de trabajo, monumentos u otros restos que quedan como testimonio del paso del hombre sobre la Tierra.

La ciencia que se ocupa de esta época se llama arqueología.

La prehistoria se divide a su vez , para su estudio, en dos edades, según los materiales empleados para fabricar las herramientas:

-la edad de piedra

-la edad de los metales

La edad de piedra se divide a su vez en tres períodos

1) Paleolítico,
2) Mesolítico
3) Neolítico.

El paleolítico, que significa:”Edad Antigua de la Piedra”, se caracteriza por utilización de la piedra sin pulimentar,  y abarca desde la aparición del hombre sobre a superficie de la Tierra hasta  el 8.000 a. C.

El paleolítico (1) se divide a su vez en tres subperíodos:

-el inferior
-el medio, y
-el superior

Desde el punto de vista geológico el paleolítico ocurre en la era cuaternaria superior, en la glaciación Würm.

El que interesa más especialmente es el paleolítico superior que transcurre entre los años 40.000 hasta  los 11.000 a. C.

Aquí, el hombre habita en cuevas, es nómade, es cazador- pescador y recolector, y utiliza la piedra para fabricar hachas, puntas de flechas y cuchillos.

En el paleolítico superior es cuando aparecen las primeras manifestaciones artísticas humanas y , en ese sentido, se distinguen tres culturas:

- la auriñaciense,
- la solutrense y
- la magdaleniense.

En la cultura auriñaciense se produce la aparición de las pinturas rupestres, de las cuales hay numerosos ejemplos en gran parte de los países europeos, con figuras zoomorfas y representaciones de manos, como también existen en el sur de nuestro país, en las zonas cercanas a la cordillera de los Andes.

El creador de estas obras es el Homo Sapiens sapiens, capaz de reproducir la realidad que lo rodea, en muchas ocasiones con verdadera maestría.

Como se trata de pueblos cazadores, los animales son los más representados con una intencionalidad mágica y simbólica.

Durante los períodos auriñaciense y solutrense aparece asimismo el arte mobiliario o de escultura.
En el auriñaciense la escultura es de piedra, hueso y marfil de mamut.

Las “Venus”

Aparecen en esta época unas figuras humanas de sexo femenino, de pequeña talla, que actuaban seguramente como amuletos para favorecer la fecundidad o la capacidad de procreación.

Se han hallado hasta el presente medio centenar de estas piezas.

La primera “Venus” descubierta, lo fue por el Marqués Paul de Vibraye quien encontró en 1864 una pequeña escultura de marfil a la que bautizó irónicamente con el nombre de la diosa del amor. El hallazgo ocurrió en Francia, en la Dordoña en el pueblo de Laugerie-Basse, situado en el valle de Vezere.

Por tener muy marcados los genitales, la llamó “Venus Impúdica”, en contraposición con las esculturas clásicas de la diosa, tal como la Afrodita de Cnido, de Praxíteles o la Venus Capitalina romana.

En 1893, Edouard Piette, descubre en la zona pirenaico-aguitana, en la Grotte du Pape, la que llamó Venus de Brassempouy, estatuilla tallada en marfil de 3.5 cm de altura, ya que se conserva solamente en el cuello y la cabeza, y en donde aparecen los rasgos del primer retrato humano que se conoce.

La Venus de Brassempouy se encuentra en la actualidad en el museo de Antiguedades Nacionales de Saint Germaine-en-Laye, en Francia.En 1897 el erudito Salomón Reinach dio a conocer la Venus de Grimaldi o La Polichinela, datada hacia el 24.000 a. C.

De 8.1 cm, tallada en esteatita, y que  representa a una mujer en evidente estado de gravidez- La Venus fue encontrada en la Cueva del Príncipe, en Grimaldi, en la Liguria, Italia, y  se halla asimismo en el Museo de Saint Germain-en-Laye, en Francia.

Otras Venus reconocidas son la de Dolmi-Vestonice, de 11cm hallada en Moravia, República Checa y datada en el 24.000 aC.

Existen también otras figuras más cercanas en el tiempo.

Rasgos comunes de las diferentes Venus

En general se trata de pequeñas estatuillas que caben en la palma de la mano y que corresponden a la representación de un ser humano del sexo femenino con algunas partes de la anatomía exageradamente deformadas.

Las mamas, el abdomen, las nalgas y la vulva son de un tamaño exagerado en tanto aparecen en forma rudimentaria los miembros superiores y los pies, a menudo ausentes.

Los rasgos faciales no se encuentran detallados y, habitualmente, son inexistentes.

Es muy notable que en los hallazgos de las pequeñas estatuillas desde el Mediterráneo hasta los Urales aparezcan características comunes a todas, tales como la exageración de ciertas regiones de la anatomía (siempre las mismas) y la esquematización de otras.

Los hallazgos más trascendentes corresponder a la época de los 20.000 aC, si bien se pueden observar rasgos similares hasta los 5.000 a. C. en otras figuras encontradas en diferentes regiones europeas.

La uniformidad de los caracteres hace presumir una similar estructura de pensamiento del hombre primitivo con una idea de la mujer también equivalente, en donde lo que predomina son sus capacidades de reproducción y de nutrición.

La Venus de Lespugue

Es la más conocida después de la Venus de Willendorf y fue descubierta en l922 por R. y S. de Saint Périer en la cueva de les Rideaux, en la localidad de Lespugue, en el Alto Garona,  se calcula que fue realizada entre el 25.000 y el 18.000 a. C. y pertenece al período auriñaciense.

Al ser descubierta fue dañada y se la reconstruyó con algún defecto.

Se trata de un cuerpo de 14,7 cm de alto, 6,0 cm de ancho y 3,6 cm de grosor, tallado en marfil de colmillo de mamut; su aspecto es más grácil que el de su homónima de Willendorf.

Presenta una cabeza ovoide y un cuello delgado, con una gran magnificación de las mamas, el abdomen, la pelvis y las nalgas. Se trata de una figura esteatopígica, por el gran desarrollo posterior.

Los miembros superiores aparecen atróficos, los muslos muy marcados y, como ocurre con muchas de estas estatuillas, la figura carece de pies.

Es evidente que las partes no vinculadas con la fertilidad y la nutrición infantil no fueron tenidas en cuenta por el ejecutor de la obra.

La Venus de Lespugue se encuentra expuesta en el Museo del Hombre, en París.

La Venus de Willendorf

Pero es ,sin duda, la Venus de Wllendorf, la más conocida de todas estas estatuillas prehistóricas de la cultura auriñaciense.

 

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