"Promover, coordinar y orientar las investigaciones en el campo de las ciencias puras y de las aplicadas". Este era el objetivo del doctor Bernardo Houssay, médico e investigador, galardonado en 1947 con el premio Nobel de Medicina y Fisiología. Esa meta se concretó el 5 de febrero de 1958, cuando se creaba en Argentina el decreto-ley que daba origen al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Houssay, además de ser su creador e impulsor, fue la primera persona encargada de presidirlo, tarea que realizara durante más de una década hasta su fallecimiento.
Tal como fuera el ideal de Houssay en aquel entonces, hoy el CONICET es uno de los organismos más importantes encargados de promover y financiar la actividad científica y tecnológica de la Argentina.
Actualmente es elegido un presidente cada dos años. Este año, en el cincuentenario de la creación del CONICET, fue electa para presidir dicho organismo la doctora Marta Rovira, quién asumó la presidencia del CONICET el 10 de abril.
¿Desde el punto de vista personal y profesional, qué implica para Ud. el hecho de estar a cargo de la presidencia del CONICET?
Desde ambos puntos de vista, tanto personal como profesional, representa algo muy importante para mí, significa una coronación feliz de mi carrera.
Rovira es doctora en Física egresada de la Universidad de Buenos Aires e investigadora principal del CONICET. Sus estudios se centran dentro de lo que se conoce como astrofísica, una rama de la astronomía que indaga sobre la física del universo y las propiedades físicas de los objetos celestes que lo componen. Particularmente las investigaciones de Rovira se orientan hacia nuestra estrella más cercana, el Sol. “Desde que comencé, en el Observatorio Nacional de Física Cósmica en San Miguel, mi área de investigación fue siempre la Física Solar”, comenta.
Su carrera como investigadora además es acompañada por una larga trayectoria en lo que refiere a la gestión en el ámbito científico, actuando como miembro y presidente de numerosas sociedades científicas y comisiones asesoras nacionales (entre las que se cuenta su participación en diversas comisiones del CONICET) así como internacionales. Entre los nombramientos internacionales más recientes se destaca su elección como “Single Spot Contact”, por la Unión Astronómica Internacional, lo que implica que actuará como nexo entre los científicos locales y la mencionada organización, con motivo de la celebración del Año Internacional de la Astronomía en 2009.
De los numerosos cargos en los que se ha desempeñado, ¿cuál considera que ha sido el más importante?
Creo que el más importante fue el haber sido parte, durante quince años, de la dirección del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE), una institución dedicada a la investigación científica, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del CONICET. Allí me desempeñé durante más de 6 años como subdirectora y durante 9 años como directora.
En el IAFE, instituto en el que aún investiga, la doctora Rovira ha sido formadora de recursos humanos, dirigiendo varias tesis doctorales, de licenciatura y de maestría. También durante la dirección del mencionado Instituto ha sido importante promulgadora de actividades que tienen que ver con la divulgación. Ha dictado numerosas conferencias para todo público y es autora del libro “El Sol”, publicado por Editorial EUDEBA en el 2007, en el marco de la colección “Ciencia Joven”.
¿Qué la motivó a dedicarse a la ciencia? ¿Y a la gestión?
Lo que motivó que me dedicara a la ciencia fue mi profundo interés por la física, por las matemáticas y por la investigación. A la gestión fui entrando de a poco, sin proponérmelo, y ahora debo reconocer que lo hago con gusto.
El presidente está acompañado de ocho miembros que en conjunto conforman el directorio del CONICET: el vicepresidente de asuntos científicos, el vicepresidente de asuntos tecnológicos y seis directores. Las elecciones de los miembros se realizan por ternas que surgen de postulaciones voluntarias de los investigadores. Luego todos los investigadores votan y de los candidatos elegidos surge la decisión final de manos del Poder Ejecutivo Nacional, mediante un decreto presidencial.
¿Quiénes serán los otros integrantes del Directorio?
Hay tres integrantes que cambian. Conozco los nombres de los elegidos por votación: Noemí Girbal (Ciencias Sociales), Faustino Siñeriz (Ingeniería), Ricardo Farías (Ciencias Médicas). Carlos Debandi, Luis María Fernandez, Mario Lattuada, Carlos Alberto Martinez, Carlos Rapela, serán los otros integrantes del directorio. A partir del 6 de mayo el vicepresidente de asuntos científicos va a ser Girbal y el tecnológico Siñeriz.
Desde fines de 2007 la Argentina cuenta además con un nuevo ministerio creado por el Poder Ejecutivo Nacional, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT), el cual ha sido instaurado con el fin de atender las demandas científicas y tecnológicas de nuestro país.
¿A partir de la creación de este nuevo gabinete, cómo se articularán las acciones del CONICET junto con el MINCyT?
El CONICET va a ser la única institución que dependerá directamente del Ministerio. Estoy segura que las relaciones van a ser muy buenas, no tendrían sentido de otro modo.
Decía Houssay: “tiene aptitudes de investigador el que sabe plantear un problema y analizarlo correctamente. Las cualidades más importantes para la investigación son: imaginación, pero con la costumbre de someter las hipótesis al examen experimental riguroso, el método, la perseverancia, la laboriosidad, la capacidad de hacer bien y de no perder el tiempo; la costumbre de informarse debidamente sobre el tema, pero digiriendo lo leído; el orden, el espíritu crítico riguroso; el entusiasmo y la iniciativa”. ¿Qué considera imprescindible en un individuo que se dedique a la investigación y qué herramientas considera imprescindibles para la investigación?
Creo que lo más importante en un individuo es la vocación y la dedicación. En cuanto a las herramientas simplemente medios y condiciones adecuadas para trabajar sin obstáculos.
En los últimos años la Argentina ha tenido una importante actividad en la repatriación de sus científicos. Hasta el momento se ha logrado repatriar a más de 300 investigadores, y se sigue trabajando en ello. Se estima que unos 6000 científicos argentinos se encuentran investigando en grupos de todo el mundo. ¿Qué opina sobre el tema?
Es muy importante el tema de la repatriación de científicos. Hay que tener la precaución de que cuando vengan encuentren las condiciones propicias para trabajar bien y que de este modo no se vuelvan a ir.
No sólo se intenta repatriar a los científicos sino también “repatriar conocimientos”. Esto de alguna forma se relaciona con la vinculación de la actividad científica de la Argentina con el exterior.
Si tuviera que poner en una escala, ¿consideraría más relevante que se consolide la relación científico-tecnológica entre grupos de investigación locales, o entre grupos nacionales y del exterior?
Creo que las dos cosas son importantes y en igual medida. Por un lado, es importante la relación entre grupos locales porque los hace más fuertes y evita la superposición de temas de investigación. Luego, en cuanto a la relación de nuestros científicos con el exterior creo que es casi imprescindible la vinculación con grupos extranjeros. No porque los extranjeros sean mejores que los locales, sino porque abre nuevas perspectivas y visiones a los investigadores argentinos.
Inevitablemente surge, y no deja de escucharse, esa frase sistemática basada en la distinción de géneros, cuando se menciona que “será la primera mujer” en ocupar el cargo. ¿Cuál cree que será el mayor desafío de su gestión?
Creo que no habrá un desafío, sino que los desafíos serán muchos. Espero tener también algunas gratificaciones.
Finalmente, ¿Por qué cree que la han elegido para presidir el CONICET?
Honestamente, no sé. Nunca me imaginé que podía llegar a ese cargo y no trabajé para ello.
Supongo que tuve una actuación decente en las comisiones que participé. Traté de desempeñarme con criterio y honestidad. Es un honor enorme que me hayan elegido pero no estaba en mis planes.