Investigación en neurociencias | 22 AGO 07

Los laberintos de la memoria

Entrevista al Dr. Iván Izquierdo, investigador en neurociencias con una larga trayectoria en estudios sobre memoria.
INDICE: 

“Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera”
Jorge Luis Borges, Funes el Memorioso.


El Dr. Iván Izquierdo concedió una entrevista a IntraMed donde repasa su historia como investigador, su pasión por los temas de la memoria y el olvido y sus sueños para el futuro.

Izquierdo Iván: es un conocido cientifico argentino y pionero en el estudio de la neurobiologia de la memoria y del aprendizage. Nació en 1937 en Buenos Aires, Argentina, completó el curso de Medicina en 1961 y obtuvo su doctorado en Farmacologia en 1962, siempre po la Universidad de Buenos Aires (UBA). Por algunos años actuó como docente en la Universidad Nacional de Cordoba (UNC), Argentina, pero, en función de una confluencia de factores, tanto politicos ( la dictadura argentina) cuanto personales (su matrimónio, Ivone, es de Brasil), sa ha cambiado a Brasil en el comienzo de los años setenta, y, desde 1978, vive en Porto Alegre, estado del Rio Grande do Sul, Brasil. Por más de veinte años, dirigió el "Centro de Memoria" del Departamento de Bioquimica, ICBS, Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), donde ha tenido una gran influencia sobre toda una generación de jóvenes cientificos: há formado 42 doctores a lo largo de los años, la mayor parte de los cuales hy trabajan en Universidades en Brasil y en el exterior. Recientemente se jubiló en la universidad publica y se transferió a la Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul (PUCRS), en donde sigue con su labor de investigación basica y de formación de futuros científicos. Ivan Izquierdo ha hecho numerosas contribuciones originales para la comprensión de las bases celulares del almacenamiento y evocación de la memoria.


Entrevista:

¿Cuál ha sido su historia como profesional e investigador?

Empecé a trabajar en un garage del antiguo Instituto de Biología y Medicina Experimental, en la calle Costa Rica, con B.A. Houssay, en enero de 1957.  En marzo pasé a trabajar en el Instituto de Anatomía General y Embriología de la Facultad de Medicina de la UBA, con Roberto Mancini.  Me hice muy amigo de él y de don Eduardo De Robertis, amistad que duró mucho más allá de sus muertes. Por consejo de ambos, ya que mi interés era hacer Neurofarmacología y ellos no hacían, pasé dos años en el laboratorio de mi padre, Juan A. Izquierdo, en la Facultad de Farmacia y Bioquímica. Con él hice mi tesis doctoral. De 1962 a 1964 estuve con una beca de la UBA en UCLA, donde trabajé y aprendí mucho con José P. Segundo y John D. Green.  En 1964 volví a la Facultad de Farmacia de la UBA, primero como jefe de Trabajos Prácticos y después Profesor Adjunto.  En 1966 gané un concurso de Titular en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba.  En 1966 creé y luego dirigí su Departamento de Farmacología que fue el más productivo del país y sigue siendo importante.  Formé 7 profesores de uni-versidades argentinas o extranjeras. Tuve la suerte de trabajar junto con Otto A. Orsingher, una gran científico y mejor persona.  En 1973 me fui al Brasil: primero como Profesor de Farmacolo-gía y más tarde de Neuroquímica en la Universidad de Río Grande do Sul.  Con licencia, estuve de 1975 a 1978 en la Escola Paulista de Medicina.  Formé más de 30 profesores de universida-des brasileras.  Me jubilé de ahí en 2003 y fui contratado por la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUCRS), donde fundé el Centro de Memoria, que dirijo actualmente.  El Cen-tro congrega investigadores de varios países y es el más productivo de América Latina.

Trabajé de 1957 a 1959 en Endocrinología y desde 1959 en Neurociencias.  Descubrí varios de los mecanismos fundamentales de la formación de memorias, la diferenciación entre memorias de corta y larga duración, y la dependencia de estado endógena.  Soy el científico más citado de América Latina desde hace 10 o 15 años.  Miembro de varias academias (inclusiva la National Academy of Sciences) y he recibido 38 premios, 25 de ellos internacionales.

¿Cuáles son sus interrogantes actuales?

Por qué ciertas memorias se evocan solo en ciertos y determinados estados  hormonales, neurohumorales y emocionales.  Cómo mejorar la extinción de las memorias malas; por ejemplo, aquellas que nos causan estrés post-traumático, que es insoportable.  Cómo mejorar la persistencia de la memoria una vez formada, principalmente en los viejos.  Desarrollar un buen modelo animal para la depresión y otro para la enfermedad de Alzheimer. Cómo tratar la enfermedad de Alzheimer.


¿Considera Ud que la coexistencia entre perspectivas teóricas diversas que analizan los mismos fenómenos es posible?

Yo no me preocupo con teorías sino con realidades.  Los resultados de los experimentos confirman o no las ideas que llevan a uno a hacerlos; podemos llamarlas hipótesis. Si las confirman, tendremos un resultado, más que una teoría.  Si no, habrá que aparecer con otra idea, otra hipótesis.  El mundo funciona así.  Nuestra vida y nuestra muerte son eventos, fruto de resultados de lo que somos o hacemos.  No hay teoría que les sirva.

"Cuando se enferman, hay que ver lo rápido que van a la farmacia a "reduccionarse" con un remedio"


¿Por qué cree Ud que algunas orientaciones resisten o descalifican el conocimiento científico respecto de la psiquis como un saber "reduccionista"?

Por ignorancia.  Por pensamiento mágico o pseudoteológicos, como los de Al Qaeda.  Por miedo a la realidad.  Cuando se enferman, hay que ver lo rápido que van a la farmacia a "reduccionarse" con un remedio.


¿De qué forma las posiciones filosóficas, espirituales o culturales influyen en el estudio de los fenómenos de la mente?

De todas las formas posibles.  Vivimos en medio de  –yo no diría posiciones, sino otra vez “ideas” – ideas filosóficas, espirituales y culturales.  No hay quien escape a ello, si es humano. 


¿Debe un cientifico ser un hombre culto o informado?

Sin duda.  Si no, será necesariamente un mal científico.


¿Detrás de qué sueños va usted por la vida?

Ah, de tantos…  Todos mis sueños, eso sí, son sueños de amor.


¿Qué quisiera recordar y qué olvidar?

Quisiera recordar lo bueno, principalmente los amores de los seres y cosas que quiero y que he querido.  Y extinguir o reprimir lo malo: los momentos malos y las personas que le han hecho daño a mí y a las personas y cosas que quiero o he querido. 

Conste que digo “extinguir” o “reprimir”; o sea, dos procesos que nuestro cerebro usa para tornar memorias menos accesibles al recuerdo.  Olvidar no quiero; porque no me gustaría repetir encuentros con momentos, lugares o personas que me han hecho mal a han hecho mal a quienes quiero.  Como cualquier ser humano, quiero reprimir mis memorias de Hitler durante la mayor parte del tiempo.  Pero no olvidarlo, porque ahí corremos  el riesgo de re-petirlo.  Como bien dijo George Santayana.   

 

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