Factores de agresión y la respuesta orgánica | 28 MAR 07

La salud del anestesiólogo: Parte I

Primer artículo -de una serie- acerca de los problemas de los trabajadores de la salud, fundamentalmente de los anestesiólogos, y sus implicancias.
Autor/a: Dres. Miguel Angel Paladino, Héctor Martinetti  
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo
Desarrollo

Nosotros los anestesiólogos, en especial los que ejercemos algún grado de liderazgo, debemos hacer los esfuerzos que sean necesarios para que en todos los sitios de trabajo en los cuales se desempeñen nuestros colegas, se cumpla con unos requisitos básicos que permitan minimizar tanto como sea posible todos aquellos riesgos de salud a los que estamos expuestos con nuestro ejercicio profesional.

Dr. Gustavo Calabrese
Coordinador de la Comisión de Riesgos Profesionales de la CLASA


La primera misión del médico es cuidar la salud, incluso la propia

El grado más alto posible de salud de los trabajadores, debería ser un objetivo social, ya que contribuye a que el resto de la población alcance un nivel de salud sastifactorio. El principal problema es la falta de información sobre las noxas y la débil percepción que tenemos del daño que puede causar.  La salud se ha transformado en los últimos años en un tema de interés central tanto a nivel individual como general. Lo saludable ocupa actualmente un importante lugar en la cultura social. La promoción de la salud se ha convertido  en una clave emblemática de cambios culturales y sociales.  Mujeres y hombres de nuestro tiempo sufrimos tensiones cotidianas causadas por nuestro trabajo. Sin duda hemos escuchado decir que es bueno tener un poco de estrés, puesto que ayuda a funcionar rápidamente, a ser productivas y a agudizar nuestra mente y nuestra creatividad. Sin embargo, cuando sentimos que las tensiones se nos hacen insoportables o bien nuestro cuerpo comienza a mostrar síntomas, más vale hacer un alto en el camino y preguntarnos qué es lo que no estamos haciendo bien.

Se acepta que el riesgo es un hecho inherente a toda actividad humana. Los médicos solemos menospreciar o negar los conflictos que implica para nosotros nuestra actividad profesional. Todos intuimos que existen riegos pero no tenemos claro cuáles son éstos ni cómo prevenirlos. Por lo tanto además de cuidar a nuestros pacientes deberíamos cuidarnos a nosotros mismos.
El desgaste profesional se ha descrito en multitud de profesiones en las que predomina el contacto interpersonal, tales como trabajadores sanitarios, educadores, miembros de los cuerpos de seguridad, funcionarios de justicia, personal de ambulancias, etc. Se han efectuado varios estudios al respecto. Dentro de las profesiones  es el personal médico y de enfermería uno de los más afectados por el problema. Las principales unidades en las que se produce el fenómeno son en quirófanos, unidades cuidados intensivos, unidades de cuidados paliativos, establecimientos pediátricos y geriátricos, unidades oncológicas y unidades de trasplante de médula ósea y aunque se da tanto en el medio hospitalario como extrahospitalario, pero sin duda parece ser más frecuente en el hospital. La excepcional altura alcanzada por el estrés en los trabajos hospitalarios y en su personal de salud es, sobre todo, el resultado de la combinación de una labor de intensa responsabilidad con una disponibilidad y entrega continuamente abierta a las necesidades de los enfermos.

En el ambiente hospitalario, la salud mental requiere una especial atención, debido principalmente a que existen diferentes factores que limitan el desarrollo personal y del trabajo de los empleados, entre ellos: horarios de trabajo, atención a individuos enfermos que en ocasiones enfrentan crisis, el sentimiento provocado por la muerte, las crecientes demandas de las personas que no quedan satisfechas con los servicios recibidos. Dichos factores actúan directamente sobre el individuo y el grupo de trabajo, provocando un malestar que puede manifestarse en fuertes cargas negativas, estrés e insatisfacción entre otras, lo cual genera una deficiente calidad de la atención hacia el enfermo y en el trabajador de la salud puede producirse un estado de agotamiento por estrés. Cuando los profesionales de salud se ven afectados por el Síndrome empiezan a sentirse irritables, aumentan las ausencias laborales, baja la calidad de atención, presentan disturbios del sueño y otros síntomas, que pueden inducirlos al consumo de alcohol, a la automedicación con psicofármacos o al consumo de drogas ilegales.

El mayor origen del estrés se relaciona con la presión del tiempo en el trabajo, la mayor causa de insatisfacción se asocia a las relaciones con los pacientes y los colegas. Altos niveles de estrés ocupacional se asocian con menor satisfacción en la práctica profesional y mayores actitudes negativas hacia el sistema de cuidados de la salud. Hans Selye afirmó, hace más de 50 años, que ”El hombre moderno debe dominar su estrés y aprender a adaptarse, pues de lo contrario se verá condenado al fracaso profesional, a la enfermedad y a la muerte prematura” Las personas influyen sobre su  entorno y responden a sus estímulos. Presta atención a las estructuras cognitivas, que son sus suposiciones y creencias tácitas que configuran la manera habitual que tiene la persona de representarse a sí misma y al mundo donde esta inserto o que lo rodea. En todos los casos hay que considerar la resistencia o vulnerabilidad específica que presentan los diferentes individuos a similares factores de estrés y sus variadas respuestas subjetivas, que hacen que se llegue a generar estrés que perdura en el tiempo.



El anestesiólogo y su salud

La importancia del enfoque de los factores de riesgo  radica en la posibilidad de tomar conductas preventivas. Es necesario efectuar una evaluación de los riesgos que existen en nuestros lugares de trabajo, su ubicación, su distribución además de la  identifación de su peligrosidad. La identificación, cuantificación y el control de los riesgos laborales constituye en si mismo un obstáculo para su prevención.
Para los anestesiólogos la casi única preocupación ha sido la vigilancia y el confort del paciente puesto a nuestro cuidado. Hoy es inevitable tomar conciencia de los riesgos que nuestro quehacer, presenta para nuestra salud. No negarlos y prevenirlos en la medida de lo posible es una tarea primordial.
El anestesiólogo en razón de su especialidad, está expuesto a una serie de agresiones tanto extrínsecas como intrínsecas Dentro de los factores de riesgo para padecer el Síndrome se han descrito factores individuales tales como : perfeccionismo, supresión de sentimientos, dificultades para decir "no" ante la demanda excesiva, sentimiento de ser poco responsable e ineficaz, dificultades para tomar vacaciones, baja autoestima, personalidad obsesiva compulsiva, incapacidad para contar sus problemas personales.  Ver cuadro Nº 1

El anestesiólogo, en general, es una persona de acción; de acción meditada, que según exija la situación, pueda ser lenta y reposada, o rápida e instantánea; esta adaptación a la circunstancia, esta flexibilidad capaz de ajustarse a las exigencias de cada caso y permitir dicha acción son características de nuestra especialidad. Tenemos la convicción de que la duda, es enemiga del especialista; pues la incertidumbre genera una situación de estrés adicional.
Es menester en este momento, reconocer que la realidad actual de nuestro quehacer dista mucho de su real posición, pues existe una grave crisis de la mayoría de las personas que nos dedicamos a esta profesión anestesiológica. El acto anestésico quirúrgico y su entorno, desencadenan en el anestesiólogo  una serie de dificultades por el impacto emocional que ocasiona. Esto suele darse de manera consciente e inconsciente. El estrés y el miedo o incertidumbre, siempre están presentes en mayor o menor medida, independientemente de la experiencia de cada profesional. La incertidumbre es generadora de estrés; por lo tanto, el acto quirúrgico también, ya que no sabemos que nos puede pasar o que  pasará realmente.

Toda intervención anestesiológica genera un temor que "debería " reducirse o controlarse en la medida que el mismo pueda ser superado adecuándose a la situación, pero en muchas ocasiones no es así. Las personas difieren en la percepción y evaluación de la realidad, al punto de ser factible el divorcio total entre ideas y amenazas objetivas del entorno.

Una vez que el problema se ha resuelto, el organismo vuelve a su funcionamiento normal. La tarea del anestesiólogo presupone un gran estrés, ya que de él depende estrechamente la vida del paciente. El organismo desde el punto de vista psicológico se adapta a través de cuatro ejes:
· Psicofisiológico
· Psiconeuroendócrino,
· Psicoinmunológico 
· Conductual.
 
Origen de las agresiones

El fundamemento de esta  labor se basa en la percepción y en los esfuerzos para evitar los riesgos laborales. Esta tarea se hace lenta, los problemas ambientales, sociales, sanitarios, biológicos, etc. se incrementan de manera mucho más rápida que las medidas para evitarlas. La sociedad no dispone de medios para  detectar y corregirlos. La toma de decisiones, a menudo se desarrollan en condiciones de desconocimiento e incertidumbre. El marco legal en nuestro país, en el ámbito nacional es la ley 19.587 sobre Higiene y seguridad del trabajo del año 1972 y la ley 24.557 sobre Riesgo de trabajo.
Nuestra hipótesis es que la insuficiente, errónea o definitivamente ausente percepción o identificación de lo  riesgos laborales constituye en si misma el primer obstáculo para la prevención de los mismos.

Las agresiones a las que estamos expuestos los anestesiólogos son de variado origen
· Las agresiones psicosociales vinculadas a la respuesta de cada persona frente a las exigencias planteadas (horarios extensos y/o nocturnos, exceso de trabajo, pacientes problemas, etc.). El miedo a lo desconocido..
· Las agresiones físicas como la polución sonora, iluminación, cambios de temperaturas, polución ambiental, los anestésicos halogenados, distintos tipos de radiaciones, los rayos X, los láser,  que afectan especialmente a quienes realizan anestesias en determinada áreas de diagnóstico o en determinadas cirugías.
· Las agresiones biológicas La infección por bacterias, hongos, virus, (hepatitis, VIH, etc.) son en general bien conocidos pero frecuentemente no se usan las medidas adecuadas de protección. . La cirugía con rayos láser plantea además el riesgo adicional de contaminación virósica (en particular por herpes).
· Las agresiones por posibles demandas legales. No hace muchos años el médico era considerado como un profesional de prestigio con una alta consideración social. Actualmente raro es el día, que no sale en la prensa una noticia de negligencia médica, que nos hace sentir en permanente acoso.
El "ambiente" y la forma de trabajo de los anestesiólogos predisponen a la aparición de patologías “profesionales”. El clima social en los contextos laborales - organizacionales de salud involucra el estudio de variables físicas y sociales que se encuentran insertas en el mismo. Desde la Ecología Social, se centra en el estudio de la conducta humana, abordada desde múltiples variables: sociales, biológicas, arquitectónicas, político organizativas del ambiente, características de los habitantes del contexto, así como dimensiones psicosociales de grupos e instituciones, desde la perspectiva de la percepción de los ambientes por los sujetos que los habitan
Los anestesiólogos somos  grupos humanos heterogéneos que convivimos durante períodos prolongados en ambientes cerrado o restringidos sometidos a situaciones de tensión psíquica y física. Alejados muchos días del ritmo circadiano normal. A ello se agrega la sombra cada vez más real de la demanda legal.
Hay muchas definiciones de la respuesta psicofísica a esta forma estrés porque según diversos estudios, estos conceptos, si bien pueden tener similitudes, no son lo mismo. Se puede estar estresada/o y seguir funcionando, aun cuando sea difícil. En cambio, cuando llegamos a lo que hoy puede llamarse Síndrome de burnout, etc. o, como se le llamaba hace 25 o 35 años atrás, surmenage llega, es necesario hacer cambios radicales en nuestra manera de enfrentar las tensiones. Ya a fines del decenio pasado, la Organización Internacional del Trabajo planteaba su preocupación ante el aumento de los índices de estrés laboral en el mundo. Para ese organismo, el estrés en el trabajo es uno de los grandes desafíos que se presentan a los gobiernos, a los empleadores y a los sindicatos.

Existen diferentes respuestas psicosomáticas individuales frente a estas situaciones Este síndrome ha recibido distintos nombres y descripciones que básicamente  presentan síntomas similares que podríamos sinterizar con estos signos y síntomas.

1.
 Agotamiento emocional, que se refiere a la disminución y pérdida de recursos emocionales
 
2.  Despersonalización o deshumanización, consistente en el desarrollo de actitudes negativas, de insensibilidad y de cinismo hacia los pacientes o receptores de servicio prestado.
 
3.  Falta de realización personal, con tendencias a evaluar el propio trabajo de forma negativa, con vivencias de insuficiencia profesional y baja autoestima personal
 
4. Síntomas físicos como cansancio y malestar general

Se han desarrollado una serie de síndromes que han recibido distintas denominaciones, entre otros,  mobbing, sobrecarga emocional, síndrome del Burnout, Síndrome de Desgaste Profesional, estrés  y strain que describen los síntomas y signos descriptos con algunas características distintas, pero que en el fondo tiene rasgos en común. Arbitrariamente  lo denominaremos como síndrome de agotamiento emocional. Para englobar a todos ellos
Atance Martínez en un artículo publicado en 1997 en España resume el desarrollo de los estudios sobre este síndrome.
“Este Síndrome  fue recibiendo aportaciones de otros estudiosos, hasta que en noviembre de 1981 se celebró en Filadelfia la I Conferencia Nacional sobre burnout, que sirvió para aunar los criterios. En estos primeros trabajos de Maslach y Jackson refieren una evolución del síndrome secuencial, por lo que se pasaría del cansancio emocional a la despersonalización y posteriormente a la falta de realización personal. Sin embargo, Golembiewski en 1986 y Leiter en 1989  plantean que no es necesario que esta secuencia tenga que producirse de una forma ordenada y opinan que el síndrome se puede presentar de forma aguda y crónica.
En 1980 Cherniss comenta que el síndrome puede darse como consecuencia de una sensación de ineficacia. Meyer en el mismo año se refiere a él como una pérdida progresiva del idealismo, de la energía y del propósito de los trabajadores de ayuda, como resultado de las condiciones de su trabajo frente a las demandas excesivas de los usuarios. Perlman y Hartman en 1982  aumentaron el interés por este campo debido a tres factores que señalan como fundamentales:

· El aumento de la importancia de los servicios humanos, individuales y colectivos.
· El incremento de la valoración y exigencia de los usuarios.
· El mayor interés por el estudio sobre el estrés y ambiente.
Otros autores citados por Schaufeli  se refieren al síndrome de burnout como el resultado de continuas y repetidas presiones emocionales asociadas con un compromiso intenso hacia los demás, durante un periodo de tiempo prolongado”!

¿Qué es hoy el estrés?

La  palabra estrés es la traducción española de stress, termino ingles que viene del latín “strictiare” que significa estrechar o constreñir. La etimología de la palabra es muy cercana a la palabra angustia. Como termino general estrés designa a todas las tensiones, exigencias y/o agresiones a las que es sometido el organismo humano o animal en forma aguda o crónica. También  se denomina estrés a la respuesta fisiológica y psicológica que manifiesta un individuo ante diferentes agentes estresores. 
Entre las muchas acepciones de estrés, José Navas utiliza una muy práctica: "cualquier estímulo o circunstancia real o imaginaria, que requiere que la persona haga algo diferente en su forma de actuar o pensar en dicha circunstancia o por un tiempo prolongado. Es decir, el estrés sería cualquier estímulo o situación que requiere adaptación o cambio de parte de la persona involucrada en la situación"

Hans Sayle describió en 1936 el síndrome general de adaptación detallando lo sejes biológicos de la respuesta inespecífica del organismo ante diferentes estímulos perturbantes o amenazadores a través del eje hipotálamo hipofisario y mucho se ha avanzado en ese terreno. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud lo define como "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el orga

 

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