Sinopsis y Comentarios : Dra . Margarita S. Morales.
Directora Postgrado de Medicina del Ejercicio y Salud. Unidad de Hipertensión Arterial –Servicio Clínica Medica. Instituto Universitario - Hospital Italiano de Buenos Aires.
Este Consenso actualiza recomendaciones y brinda nuevas evidencias en relación con los beneficios y potenciales riesgos del ejercicio en pacientes diabéticos. La información analizada y las conclusiones brindadas por los autores son de vital importancia para la prevención y tratamiento de la diabetes en la practica diaria.
El consenso de la American Diabetes association ( ADA) sobre Actividad Física, ejercicio y Diabetes tipo 2 afirma que si bien desde hace muchas décadas el ejercicio ha sido considerado como una herramienta fundamental en el manejo de la diabetes junto a la dieta y la alimentación; solo en los últimos años se ha publicado evidencia científica de alta calidad acerca del tema.
Actividad física y prevención de diabetes tipo 2
Dos estudios randomizados publicados recientemente han mostrado que la intervención sobre el estilo de vida que incluye 150 minutos de actividad física semanal y una perdida de peso corporal del 5 al 7 % reduce un 58 % el riesgo de los pacientes con alteración de la tolerancia a la glucosa de progresar a diabetes tipo 2. Pero ya en 1997 Pan XR y colaboradores observaron que la dieta sola, el ejercicio solo o la combinación de ambos eran igualmente efectivos en reducir el riesgo de progresar de Alteración de la tolerancia a la glucosa a Diabetes.
En base a estos estudios la ADA expresa que existe evidencia consistente y firme que los programas que incrementan la actividad física y producen una modesta reducción de peso reducen la incidencia de Diabetes tipo 2 en las personas con intolerancia a la glucosa.
Efectos de las intervenciones estructuradas de ejercicio sobre el control glucemico y el peso corporal en la diabetes tipo2
Boule y colaboradores llevaron a cabo un revisión sistemática y un posterior metaanálisis del efecto de intervenciones estructuradas de ejercicio en estudios clínicos randomizados de 8 o más semanas de duración, sobre la HBA Ic (Hemoglobina glicosilada) y el Índice de Masa Corporal (IMC ) de pacientes con diabetes tipo 2. Luego del período de intervención la HBA Ic fue significativa más baja en los grupos de ejercicio que en los grupos control ( 7.65 VS 8,31 % p < 0.001) en tanto que no se presentaron diferencias entre el peso corporal de ambos grupos. Un análisis de meta-regresión confirmo que el efecto del ejercicio sobre la HBA Ic fue independiente de cualquier efecto sobre el peso corporal. Por lo tanto los programas estructurados de ejercicio tienen un efecto beneficioso estadística y cínicamente significativo sobre el control glucémico que no esta mediado por la perdida de peso corporal.
Un posterior metaanáalisis de los mismos autores mostró que la intensidad del ejercicio presento mayor poder para predecir la diferencia de la HBA Ic ( r = 0.91 p = 0.002 ) que el volumen del ejercicio ( r = - 0.46 p = 0.26 ).
Estos resultados indican que aquellas personas que se ejercitan de manera moderada podrían incrementar la intensidad de ejercicio a los efectos de alcanzar un mejor control glucémico y una mayor capacidad aeróbica..
Actividad física, Aptitud aeróbica y riesgo de mortalidad cardiovascular y por todas las causas.
Grandes estudios de cohorte mostraron que los altos niveles de aptitud aeróbica o de actividad física se relacionaban con una disminución de la mortalidad cardiovascular y por todas las causas mucho mayor que lo que podría explicarse solo por la disminución de los niveles de glucosa.
Church y col. encontraron que los hombres en el primer, segundo y tercer cuartilo de aptitud cardiorrespiratoria presentaban 4.5, 3.8 y 1.6 veces mayor riesgo de mortalidad que aquellos ubicados en el cuartilo más alto de aptitud cardiorrespiratoria, aún después de ajustar por edad, enfermedad cardiovascular basal, IMC, Hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, Hipertensión Arterial, tabaquismo, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular y niveles basales de glucosa en ayunas.
No se observaron diferencias en la mortalidad de hombres con peso normal, con sobrepeso u obesos luego de ajustar por aptitud cardiorrespiratoria.
En una cohorte similar los sujetos considerados moderadamente aptos que se ejercitaban caminando, empleaban en promedio 130 minutos semanales los hombres y 148 minutos semanales las mujeres. Lo cual coincide con las recomendaciones de las distintas instituciones internacionales e incluso la OMS, de acumular al menos 150 minutos semanales de una actividad física moderada.
Aquellos sujetos que moderadamente aptos trotaban o corrían lo hacían en promedio durante 90 min/semanales los hombres y 92 minutos /semanales las mujeres; lo cual es equivalente a la recomendación de 30 minutos 3 veces por semana de actividad física vigorosa.
Los mayores incrementos en HDL y descenso de triglicéridos han sido informados en programas de ejercicio con mayor intensidad y volumen de ejercicio que el que han utilizado los programas evaluados en pacientes diabéticos.
Los mecanismos por los cuales el ejercicio puede reducir la mortalidad en los pacientes diabéticos fueron revisados por Steward e incluyen: disminución de la inflamación sistémica, mejoramiento del llenado diastólico temprano con disminución de la disfunción diastólica, incremento de la función vasodilatadora endotelial y disminución de la grasa visceral.
Frecuencia de Ejercicio
Las recomendaciones son que la mayoría de las personas deberían acumular 30 o más minutos de actividad física moderada idealmente todos los días de la semana.
El efecto de una sesión de actividad física sobre la sensibilidad a la insulina se mantiene por 24 a 72hs. dependiendo de la intensidad y la duración de la actividad.
Dado que la duración del incremento de la sensibilidad a la insulina no va más allá de las 72 hs, la ADA recomienda que no haya más de 2 días consecutivos sin actividad física aeróbica. El efecto del entrenamiento de resistencia (sobrecarga) sobre la resistencia a la insulina puede ser más prolongado quizá porque dicho efecto es mediado por incremento de la masa muscular..
Ejercicio para la perdida y mantenimiento del Peso Corporal.
La mayoría de los programas estructurados exitosos para el control de peso a largo plaza se basan en dieta, ejercicio y modificación de la conducta. El ejercicio solo sin restricción calórica y sin modificación de la conducta tiende a alcanzar solo modestas pérdidas de peso ( aprox. 2 kg. ). La pérdida de peso es pequeña en primer termino porque las personas obesas tiene dificultad para realizar el suficiente ejercicio para crear un importante déficit de energía ; además es relativamente fácil contrabalancear el déficit energético con un incremento en la ingesta calórica y con un disminución de la actividad física fuera de las sesiones de ejercicio. Sin embargo un estudio clínico randomizado con un alto volumen de ejercicio aeróbico ( 700 kcal/día , 1 hora diaria de ejercicio de moderada intensidad produjo al menos la misma pérdida de grasa que una restricción calórica equivalente y con un mayor efecto sobre la sensibilidad a la insulina.
El volumen de ejercicio necesario para lograr una sustancial pérdida de peso sin duda es mayor que el necesario para mejorar el control glucémico. En estudios observacionales aquellas personas que tuvieron éxito en mantener a largo plazo una pérdida de peso significativa realizaban 7 hs semanales de ejercicio moderado a vigoroso. Dos estudios clínicos randomizados encontraron que altos volúmenes de ejercicio ( 2000 a 2500 kcal./sem) producían mayores y más sustentables pérdidas de pesos que aquellos volúmenes de ejercicio menores ( 1000 kcal./min.).
Dado el incremento de la evidencia respecto del beneficio para la salud del ejercicio de resistencia (sobrecarga) durante los últimos años el ACSM recomienda que el mismo sea incluido en los programas de ejercicio para persona sanas jóvenes y de mediana edad, para las personas adultas y adultos mayores con diabetes tipo 2.
Con el incremento de la edad hay una tendencia a una declinación progresiva de la masa muscular, conduciendo a la sarcopenia, disminución de la capacidad funcional, disminución de la tasa metabólica d reposo, incremento de la masa grasa, e incremento de la resistencia a la insulina; el ejercicio de sobrecarga o resistencia puede tener un impacto positivo sobre cada uno de estos aspectos. .El ejercicio de resistencia incrementa la sensibilidad a la insulina en un grado similar a la actividad física de tipo aeróbica.
Entrenamiento de Resistencia (Sobrecarga)
Estudios
Dos trials clínicos proveen fuerte evidencia del valor del ejercicio de resistencia en los pacientes diabéticos tipo 2. En ambos el promedio de edad de los participantes fue de 66 años y el programa de entrenamiento involucro múltiples ejercicios de alta intensidad tres veces por semana. Al final de la intervención la HBA Ic declinó 1.1 –1.2 % en el grupo de ejercicio de resistencia y no presento cambios en el grupo control.
En el estudio de Dustan y col. se realizo una segunda fase de entrenamiento en el hogar , en la cual si bien se mantuvieron los cambios en la composición corporal, la adherencia y la intensidad del ejercicio fue menor y no fue fueron suficientes para mantener el control glucémico adecuado. Otros estudios de entrenamiento de resistencia en pacientes diabéticos tipo 2 que utilizaron programas con ejercicios de menor intensidad, si bien mostraron beneficios estos fueron menores que en los estudios realizados por Dustan y col y Castañeda y col.
Seguridad del entrenamiento de resistencia
Muchos médicos se preocupan en relación con la seguridad de los ejercicios de resistencia de alta intensidad en adultos de edad media o ancianos especialmente en aquellos que presentan alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Los autores del presente consenso de la ADA afirman no haber encontrado evidencia de que el entrenamiento de resistencia realmente incremente dicho riesgo.
Una revisión llevada a cabo por Wenger y col. que incluyo 12 estudios de entrenamiento de resistencia con un total de 246 pacientes varones que participaban de programas de rehabilitación cardiaca. no encontraron angina de pecho, depresión del segmento ST, anormalidades hemodinámicas, arritmias ventriculares ni ninguna otra complicación cardiovascular.
En un estudio de 12 hombres con cardiopatía isquémica conocida y con alteraciones electrocardiográficas inducidas por el ejercicio aeróbico moderado, el ejercicio de resistencia aún de máxima intensidad no mostró cambios electrocardiográficos.
La ADA en su consenso concluye que el entrenamiento de resistencia de moderada a alta intensidad es seguro aun en hombres con riesgo de eventos coronarios.
Mientras es bien conocido que levantar pesos pesados eleva la presión arterial no es tenido en cuenta que la presión arterial también se eleva considerablemente en personas ancianas sanas que realizan ejercicios de tipo aeróbico.
Benn y col demostraron que en hombres sanos de edad avanzada las demandas miocárdicas del ejercicio de resistencia de alta intensidad son comparables a aquellas producidas en actividades de la vida diaria tales como subir escaleras, caminar cuesta arriba o transportar 9 a 12 kg. de mercaderías.
Diversos estudios han demostrado que los ejercicios de resistencia son útiles y seguros en pacientes con enfermedad cardiaca involucrados en programas de ejercicios y en pacientes hipertensos
Ejercicios de Flexibilidad.
Los ejercicios de flexibilidad son en general recomendados como un medio para incrementar el rango de movimiento de las articulaciones y para evitar lesiones. Algunos estudios han demostrado que dichos ejercicios no reducen las lesiones, pero han sido realizados en personas jóvenes sometidas a entrenamientos de muy alta intensidad, tipo militar, por lo tanto no pueden aplicarse a personas de mediana edad o ancianas.; quienes quizá han sido sedentarios durante muchos años y por lo tanto tienen alterado su grado de flexibilidad..
Los ejercicios de flexibilidad han sido utilizados como “placebo” en los trials teniendo en cuenta que no presentan efectos metabólicos.
La ADA concluye que no hay suficiente evidencia como para recomendar los ejercicios de flexibilidad dentro de la rutina de entrenamiento de pacientes diabéticos.
Sin embargo este tipo de ejercicios es muy útil especialmente en personas que han sido sedentarias durante muchos años y las personas de mayor edad mejorando su calidad de vida, disminuyendo los dolores osteomusculares y preparando el organismo para realizar de manera más adecuada los ejercicios aeróbicos y los de resistencia.
Evaluación de los pacientes diabéticos antes de comenzar un Programa de Ejercicios
Antes de comenzar un programa de Actividad Física más intenso que una caminata enérgica , los paciente diabéticos deberían ser estudiados para identificar condiciones asociadas con una elevación del riesgo cardiovascular o que pudieran contraindicar algún tipo de ejercicio o predisponer a lesiones; tales como neuropatía autonómica severa, neuropatía periférica severa y retinopatía preproliferativa o proliferativa.
La utilidad de una Prueba de esfuerzo antes de comenzar un programa de ejercicio es controvertida según la ADA. No hay evidencia de sea rutinariamente necesario realizar tales pruebas en aquellas personas que se involucraran en actividades físicas de moderada intensidad por ejemplo caminatas; pero debería ser considerada para personas previamente sedentarias con un moderado a alto riesgo de enfermedad cardiovascular que desean hacer ejercicios aeróbicos vigorosas que excedan las demandas de la vida diaria.
La prevalencia de enfermedad arterial coronaria sintomática o asintomática es mayor en pacientes diabéticos que en personas no diabéticas de igual grupo de edad..Sin embargo muchos jóvenes diabéticos presentan un bajo riesgo para eventos coronarios.
El riesgo a 10 años de enfermedad cardiovascular en pacientes diabéticos puede estimarse en base al UKPDS (U. K .Prospective Diabetes Study ) Risk Engine.
The UKPDS risk engine: a model for estimating the risk of coronary heart disease in Type II diabetes. Disponible en:
www.dtu.ox.ac.uk/riskengine
The UKPDS Risk Engine es un programa que se puede descargar de Internet y que ha sido desarrollado específicamente para calcular el riesgo de enfermedad coronaria en pacientes con Diabetes tipo 2. Se basa en los datos de 5102 pacientes seguidos durante 20 años en el U.K. Prospective Diabetes . Informa el riesgo estimado y el intervalo de confianza del 95% para enfermedad arterial coronaria y accidente cerebrovascular en pacientes con diabetes tipo 2 sin enfermedad cardiaca conocida. Dicho riesgo puede ser calculado para cualquier tiempo dado de duración de la Diabetes tipo 2 y se basa en la edad, sexo, raza, presencia o ausencia de tabaquismo, presencia o ausencia de fibrilación auricular, niveles de HBA1c , presión arterial sistólica , colesterol total y colesterol HDL.
El riesgo a 30 años de enfermedad cardiovascular en pacientes diabéticos puede calcularse mediante el American Diabetes Association´s Diabetes PHD disponible en (http://diabetes.org/diabetesPHD)
Si el paciente tiene un bajo riesgo absoluto para enfermedad cardiovascular la posibilidad de falsos positivos en la Ergometría es elevado. En una reciente revisión la U.S. Preventive Services Task Force afirma que no debería realizarse una Prueba de esfuerzo para detectar isquemia miocárdica en pacientes asintomático con bajo riesgo de enfermedad cardiovascular (< al 10 % de riesgo de eventos cardiovasculares a 10 años ) , porque los riesgos a los que son expuestos los pacientes en los estudios invasivos indicados a partir de una Ergometría con resultado falso positivo, son mayores que los beneficios de descubrir una posible isquemia en este tipo de pacientes.
No existe prácticamente videncia en relación con la necesidad de llevar acabo un a prueba de esfuerzo antes de comenzar un programa de ejercicios de resistencia. Otra pregunta que se plantea es si en tales circunstancias deberían utilizarse pruebas de ejercicio de resistencia en lugar de la usual prueba de esfuerzo de tipo aeróbico..Por otro lado pocos centros cuentan con equipamientos para dichas pruebas y las mismas no están estandarizadas; en contraste con la pruebas de esfuerzo de tipo aeróbico que son ampliamente disponibles, estandarizadas y que han demostrado tener valor pronostico.
A pesar de todo lo expuesto en cuanto a la capacidad de las pruebas de esfuerzo para detectar isquemia en pacientes de bajo riesgo, sin lugar a dudas evaluar a los pacientes mediante una prueba de esfuerzo adecuada permite una correcta programación del ejercicio, fundamentalmente de la intensidad del mismo en base a la capacidad de trabajo físico de cada paciente en particular.
Ejercicio en ausencia de un óptimo control glucemico.
Hiperglucemia
Cuando los pacientes con Diabetes tipo 1 no reciben insulina por 12 a 48 hs. y se produce cetosis , el ejercicio puede empeorar la hiperglucemia y la cetosis. En el documento de la ADA de 2003 sugiere que el ejercicio no debe realizarse si la glucemia en ayunas es mayor de 250 mg/dl ( 13.9 mmol/l) y hay cetoacidosis presente y que debe ser realizado con cautela si la glucosa en ayunas es mayor a 300 mg/dl (> 16.7 mmol/l) aun en ausencia de cetoacidosis. En este consenso (2006) afirma que suspender la actividad física con glucemias mayores a 300mg/dl en ausencia de cetoacidosis no es necesario en pacientes diabéticos tipo 2, especialmente en estado postprandial.. En ausencia de una severa deficiencia de insulina el ejercicio leve a moderado debería tender a disminuir los niveles de glucosa sanguínea. Si el paciente esta bien hidratado y no se encuentran cuerpos cetónicos en orina y sangre no es necesario posponer la actividad física basado solamente en la hiperglucemia.
Hipoglucemia
En los pacientes que reciben insulina o utilizan medicamentos que estimulan la secreción de insulina, la actividad física puede causar hipoglucemia si no se modifica la dosis del medicamento o la ingesta de carbohidratos. Esto es ocurre especialmente cuando coinciden el pico máximo del nivel de insulina exógeno con un ejercicio prolongado. La hipoglucemia es rara en pacientes que no reciben insulina o drogas que estimulan la secreción de insulina.(sulfonilureas, repaglinida, nateglinida).
Las guías previas de la ADA afirman que en los casos en que la glucosa pre-ejercicio fuese menor de 100 mg./dl (5.6 mmol/l) es necesario que los pacientes ingieran carbohidratos adicionales. En el presenten consenso adhieren a dicha recomendación en pacientes que reciben insulina o drogas que estimulen la secreción de insulina. La suplementación de carbohidratos no es necesaria en pacientes tratados solamente con dieta, metformina, Tiazolidinedionas, inhibidores de la alfa glucosidasa intestinal (ascarbosa) sin insulina o drogas que estimulan la excreción de insulina.
Otras medicaciones concomitantes
Los pacientes diabéticos frecuentemente reciben otras medicaciones tales como diuréticos , betabloqueantes, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), hipolipemiantes y aspirina. En la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 estas drogas no interfieren en la actividad física, pero es necesario que tanto los pacientes como los médicos estén atentos a sus potenciales efectos para minimizar su impacto.
Los diuréticos especialmente en altas dosis pueden interferir en el balance de fluidos y de electrolitos. Los beta bloqueantes pueden enmascarar los síntomas de hipoglucemia; además por sus efectos cronotrópicos e inotrópicos negativos pueden reducir la capacidad de ejercicio máximo a un 87 % de la que tendría una persona sino estuviera tomando esta medicación. Sin embargo como la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 no realizan ejercicios de máxima intensidad, dicha reducción no constituye un problema. Por otro lado en los pacientes con Cardiopatía isquémica los beta bloqueantes en realidad incrementan la capacidad de trabajo físico al reducir la isquemia miocárdica.
Ejercicio en presencia de complicaciones crónicas de la Diabetes
Son necesarios estudios que establezcan los riesgos y beneficios de la actividad física en pacientes diabéticos con complicaciones crónicas. Las recomendaciones del consenso se basan en la ”opinión de expertos”
Retinopatía
No hay evidencia de que el ejercicio y la actividad física produzcan efectos adversos en la visión o en la progresión de la retinopatía diabética no proliferativa. Sin embargo en presencia de retinopatía proliferativa o de retinopatía no proliferativa severa el ejercicio aeróbico vigoroso o el ejercicio de resistencia esta contraindicado por el potencial riesgo de hemorragia vítrea o desprendimiento de retina.
No hay estudios que provean información en relación al intervalo de tiempo adecuado entre una foto-coagulación con láser exitosa y el inicio de los ejercicios de resistencia, los oftalmólogos opinan que es necesario un periodo de 3 a 6 meses.
Neuropatía periférica
No se conocen estudios que investiguen el riesgo de lesiones en pacientes con neuropatía sensorial periférica. El sentido común indica que la disminución de percepción del dolor puede conducir a lesiones de la piel, infecciones y destrucción articular de Charcot. Por lo tanto en caso de severa neuropatía periférica es conveniente aconsejar actividades físicas donde el peso corporal no impacte sobre las articulaciones de los miembros inferiores como natación, bicicleta fija o ejercicios con los brazos.
Neuropatía autonómica
La neuropatía autonómica puede incrementar el riesgo de daño inducido por el ejercicio por disminución de la respuesta cardiovascular al ejercicio, hipotensión postural, alteración de la termorregulación debido a la disminución del flujo sanguíneo de la piel y alteración de la sudoración, disminución de la visión nocturna , alteración de la sed que puede conducir a deshidratación o gastroparesis. La neuropatía autonómica se asocia estrechamente con enfermedad cardiovascular en pacientes diabéticos , por lo cual los pacientes diabéticos con neuropatía autonómica deberían ser más profundamente estudiados antes de iniciar un programa de ejercicio. Algunos expertos incluso opinan que un Estudio de Perfusión Miocárdica es el método de estudio de elección en esta población de alto riesgo.
Microalbuminuria y nefropatía
La actividad física puede incrementar de manera aguda la excreción urinaria de proteínas. La magnitud de dicho incremento esta en relación con el aumento agudo de la presión arterial. Estos hechos llevaron a muchos expertos a considerar que los pacientes con nefropatía diabética solo deberían realizar ejercicios de leve a moderada intensidad de tal manera que la Presión arterial sistólica durante el ejercicio no supere los 200 mmHg. Sin embargo no hay evidencia de estudios clínicos randomizados o estudios de cohorte que demuestren que el ejercicio intenso pueda acelerar la progresión de la nefropatía diabética.
Varios estudios randomizados en animales con diabetes y proteinuria, han demostrado que el entrenamiento aeróbico disminuye la excreción urinaria de proteínas, posiblemente debido al mejor control glucemico , a la disminución de la Presión arterial y al incremento de la sensibilidad a la insulina. El entrenamiento de resistencia también puede ser beneficioso por su efecto sobre la masa muscular, el estado nutricional, la capacidad funcional y la filtración glomerular. En base a estos hallazgos los autores del último consenso de la ADA creen que no seria necesaria contraindicar el ejercicio en los pacientes con nefropatía diabética. No obstante dada la asociación entre la microalbuminuria y la proteinuria con la enfermedad cardiovascular consideran necesario que estos pacientes realicen una prueba de esfuerzo antes de iniciar un programa de ejercicios.
Recomendaciones y niveles de evidencia
1- Medidas de estilo de vida para prevenir la diabetes tipo 2:
En pacientes con alteración de la tolerancia a la glucosa se recomienda un programa de control de peso que incluya al menos 150 minutos /semanales de actividad física de moderada a vigorosa y una dieta saludable con una modesta restricción calórica.
Nivel de evidencia A.
2- Ejercicio aeróbico
El volumen y la intensidad de ejercicio aeróbico recomendado varia en base a los objetivos:
· Para mejorar el control glucémico, contribuir a mantener un peso corporal adecuado y disminuir el riesgo cardiovascular, los autores del consenso recomiendan: al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de moderada intensidad ( 40 a 60 % del VO2 máx. o 50 a 70 % de la frecuencia cardiaca máxima) y/o al menos 90 minutos semanales de una actividad física aeróbica vigorosa ( > 60 % del VO2 máx. o > al 70 % de la frecuencia cardiaca máxima . La actividad física debería ser distribuida al menos en tres sesiones semanales y no beberían transcurrir más de dos días consecutivos sin actividad física. Nivel de evidencia A.
· Realizar ≥ 4hs semanales de actividad física mayor reducción del riesgo de Enfermedad Cardiovascular en comparación con menores volúmenes de actividad. Nivel de evidencia B.
· Para mantener a largo plazo una perdida de peso importante ( ≥ 13.6 kg. ) son útiles mayores volúmenes y frecuencia de ejercicio de ejercicio ( 7 horas por semana de actividad física aeróbica de moderada a intensa.
Nivel de evidencia B.
3- Ejercicio de Resistencia:
Si no existen contraindicaciones debería recomendarse a los pacientes diabéticos tipo 2 ejercicios de resistencia 3 veces por semana , con la intervención de los mayores grupos musculares, progresando hasta 3 series de 8 a 10 repeticiones, con una carga que no permita realizar más de 8 a 10 repeticiones. Nivel de evidencia A. Para lograr que los ejercicios sean realizados correctamente, maximizar los beneficios para la salud y disminuir el riesgo de lesiones iniciar los ejercicios de resistencia bajo la supervisión de un especialista en ejercicio.
4- Prevención de hipoglucemia:
Aquellos que reciben insulina o drogas que estimulan la secreción endógena de insulina deberían determinar su glucosa sanguínea capilar antes, después y varias horas después de finalizada una sesión de ejercicios, al menos hasta que conozcan su habitual respuesta glucémica a dicha actividad..Para aquellos pacientes que presentan una tendencia a la hipoglucemia durante o después del ejercicio se pueden aplicar varias estrategias. Reducir las dosis de insulina o drogas que estimulan la secreción de insulina, consumir porciones extras de carbohidratos antes o durante ejercicios prolongados, o combinar ambas estrategias. Nivel de evidencia E.
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Información sobre el Postgrado
Este curso tiene por objetivos
• Brindar a los médicos y otros profesionales relacionados, los conocimientos , las estrategias y herramientas adecuados para desempeñarse en la practica diaria, la docencia y la investigación en el campo de la Medicina del ejercicio relacionado con la promoción de la salud , la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas, con especial enfoque en las enfermedades cardiovasculares.
• Dar herramientas practicas para la formación de equipos multidisciplinarios que pueda trabajar en la incorporación del ejercicio como base del bienestar y la calidad de Vida en niños adolescentes ,adultos y adultos mayores a través de programas grupales y comunitarios.
Especialidades Médicas relacionadas:
Clínica Medica, Cardiología, Nefrología , Traumatología, Neurología, Pediatría, Geriatría, Endocrinología, Pediatría, Nutrición, Reumatología, Oncología.
Dirigido además a: Licenciados en Nutrición, Lic. en Kinesiología,.Lic. en Psicología y Profesores en Educación Física
Modalidad:
Curso Universitario de Posgrado. El curso se desarrollara en forma quincenal los días martes de 15 a 20 hs.Es de alcance Nacional
Organizan:
Unidad de Hipertensión Arterial -Servicio de Clínica Medica - Hospital Italiano de Buenos Aires. Instituto Universitario Escuela de Medicina Hospital Italiano de Buenos Aires.
Directores:
Dra.: Alicia N. Dorin Dra.: Margarita S. Morales
Informes: Instituto Universitario Hospital Italiano
Potosí 4240-Buenos Aires
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